jueves, 29 de noviembre de 2012

COMPETITIVIDAD ¿CON QUIEN?


Competitividad ¿con quién?

Cuando en la década de los setenta las multinacionales descubrieron la deslocalización, que permitía fabricar en los países con mano de obra barata para vender en aquellos con más poder adquisitivo, creyeron encontrar la panacea, y lo era, pero no la que creían.

Se puso de manifiesto que funciona cuando existen desigualdades tan evidentes, pero en un mundo globalizado solo sirve durante un tiempo para los países más desarrollados que durante ciertos años mantienen su capacidad adquisitiva.

Llegado el momento, como empieza a ocurrir actualmente, cuando el consumo cae por paro excesivo, por endeudamiento alto, los mercados "ricos" no pueden seguir comprando y la producción en las nuevas ubicaciones ha de destinarse a mercados internos, que necesitan a su vez subir sus salarios para poder tener poder adquisitivo y comprar. En este contexto pretender competir en base a salarios no funciona.

2 comentarios:

  1. Falta algo porque dicha maniobra, permitida y aún apoyada por los gobiernos de los países avanzados ha tenido dos consecuencias nefastas:
    1.- En los países beneficiários de lá deslocalizacion: refuerzo de las dictaduras, incluída lá comunista china.
    2.- En los países víctimas de lá deslocalización: caída de los salaios reales y, sobre todo, caída de los derechos de los asalariados al nível de lá dictadura de los países beneficiários de lá deslocalización.

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    1. Yo creo que ha llegado el momento en que el capital no necesita vender más. Solo necesita un nuevo orden mundial en el que se mantengan los privilegios de los actuales dueños del mundo. Para esto hay dos posibilidades: o ganar más dinero o empobrecer a los demás. Han optado por lo segundo.
      La estrategia es la siguiente:
      1º.- Competir en ver quien es mas burro: gran hermano, telenovelas, futbol... En este campo estamos ganando.
      2º.- Vender la moto de que la economía de mercado tiene reglas. Como ganamos a burros nos lo creemos.
      3º.- Educación para la competitividad. Estamos entre competidores, no entre compañeros. Siempre hay que desconfiar del de al lado.
      4º.- Inventarse un valor elástico y moldeable como es el valor del suelo, para organizar la mayor estafa que nunca se ha visto y nunca se verá.
      5º.- Todo preparado para que empiece la fiesta por la competitividad. Competir por ser los más sumisos, los mejores exclavos, los menos reivindicativos... En resumen, volver a mandar las cien doncellas.

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