miércoles, 13 de febrero de 2013

LA TROIKA DESTROZA EUROPA


Artículo publicado en Publico.es
Juan Torres López

Una reciente investigación del Center for Economic and Policy Research de Estados Unidos (Mark Weisbrot y Helene Jorgensen Macroeconomic Policy Advice and the Article IV Consultations: A European Union Case Study), vuelve a demostrar que las políticas que viene imponiendo el Fondo Monetario Internacional a los países europeos se basan en juicios y análisis erróneos y que resultan muy perjudiciales no solo para la inmensa mayoría de la población sino también para la economía en su conjunto, puesto que provocan efectos contrarios a los que dicen perseguir.

Este tipo de conclusiones no son nuevas pero es muy importante tenerlas una vez más en cuenta para denunciar continuamente a los miembros  de la Troika (la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el propio FMI) como responsables directos de la nueva fase recesiva en la que han hecho entrar a Europa y, por tanto, de los sufrimientos de una gran parte de su población.

La investigación señala que hay dos grandes patrones de actuación en estas políticas. Uno,  la reducción del gasto y el tamaño del sector público, en muchos casos con independencia de que eso sea apropiado, necesario o de si puede provocar una mayor caída de la actividad. El otro, disminuir la protección social a amplios sectores de la población y reducir la participación del trabajo en la renta nacional. El resultado de ambas cosas es la menor capacidad de los gobiernos para promover la actividad y el empleo y, por tanto, el  incremento de la pobreza, de la exclusión social y de la desigualdad.

En relación con las propuestas de ese tipo que recomienda el FMI, la investigación subraya que no hay evidencias empíricas que demuestren su conveniencia y eficacia y que, en la mayoría de los casos, se hacen sin tomar en consideración factores que podrían producir otros resultados distintos a los previstos por los informes del Fondo. Así, indica que éste suele proponer en todos los países la subida de la edad de jubilación sin considerar la diferente esperanza de vida en cada uno de ellos. O que hace previsiones alarmistas sobre la evolución de la población jubilada para justificar recortes en las pensiones sin tener en cuenta el incremento en la productividad, que puede permitir (como ha pasado hasta ahora) que menos empleados puedan sostener a mayor población inactiva. Y también muestra lo poco razonable que resulta la constante predilección del FMI por hacer que incremente la oferta de trabajo con independencia de cuál sea la tasa de desempleo o de participación de la población en el mercado laboral que haya en cada país.

El estudio del CEPR subraya que las políticas que el FMI impone a Europa en materia laboral están abrumadoramente orientadas a reducir los salarios, bien directamente, bien por la vía de disminuir el poder de negociación de los trabajadores. Y demuestra que esa estrategia, unida a la consolidación fiscal por la vía de disminuir el gasto público, produce una caída de la actividad y del empleo que tiende a ser tanto mayor cuanto más debilitada esté la demanda, como ahora sucede en la Europa donde se está llevando cabo. Y este efecto procíclico (que básicamente consiste en empeorar las cosas cuando estas ya van mal) se agudiza con el debilitamiento de la protección al desempleo o con el aumento en la edad de jubilación.

El estudio de las propuestas del FMI en diversos países europeos (como la experiencia de otros en años anteriores) permite comprobar que se equivoca continuamente. Para poder justificarlas, recurre a infravalorar los efectos recesivos que tienen las medidas que propone ofreciendo perspectivas de crecimiento muy optimistas, pero que, cuando llega el momento, resultan siempre exageradas y nada acertadas.

En particular, el estudio señala también que es muy significativo que el FMI realice habitualmente propuestas semejantes en diversos países o momentos sin considerar las circunstancias concretas de cada uno de ellos, con un típico planteamiento de pensamiento único, uniforme a pesar de las obvias diferencias que se dan en cada caso.

Tal y como han demostrado otros informes, este del CEPR subraya que las autoridades europeas han adoptado estas políticas a sabiendas de que iban a producir una recaída de la actividad y del desempleo y la pobreza, pero que lo han hecho pensando que solo manteniendo esa presión sobre los gobiernos podrían lograr que éstos realizaran las reformas institucionales que en realidad son las que van buscando: privatizaciones que pongan en manos de los grandes grupos privados el patrimonio público, y reformas laborales que aumenten el poder empresarial, principalmente. Concretamente, señala que el Banco Central Europeo tenía en su mano haber frenado el daño que los mercados estaban produciendo a países como España e Italia, pero que se prefirió no hacerlo para mantener la presión sobre sus gobiernos y así garantizar que siguieran aplicando reformas privatizadoras y nuevos recortes, y aunque eso empeorase la situación de sus economías o aumentara su deuda.

Finalmente, la investigación señala que las medidas que promueve el Fondo en Europa son claramente contradictorias con otros objetivos que habían propuesto alcanzar las propias autoridades europeas. Así, hace ver lo difícil que será alcanzar los resultados previstos en investigación y desarrollo tecnológico o en erradicación de la pobreza e igualdad para 2020 mientras se sigan desarrollando estrategias fiscales tan restrictivas como las impuestas hasta ahora.

En definitiva, tenemos una prueba más de que las políticas que se están aplicando en Europa con la excusa de acabar con la crisis y hacer frente a la deuda son un fraude gigantesco. El informe de Mark Weisbrot y Helene Jorgensen vuelve a demostrar que los análisis del Fondo parten de una visión deformada de la realidad y que sus conclusiones y propuestas carecen de suficiente soporte empírico. Ratifica lo que ya puso de evidencia incluso una evaluación independiente de su conducta a la hora de analizar la llegada de la crisis y sus respuestas (IMF performance in the run-up to the financial and economic crisis: IMF surveillance in 200407): los analistas del Fondo sobrevaloran sus prejuicios y se refuerzan unos a otros las ideas preconcebidas, no tienen en cuenta lo que contradice sus puntos de vista y se refugian en un pensamiento de grupo que les impide ver la realidad cuando esta no es la que desean reflejar en sus documentos. Son un caso claro de captura intelectual (intellectual capture, dice esta evaluación que acabo de mencionar). Algo que sería impensable que pudiera suceder una vez detrás de otra si no fuera porque se hace al servicio de los poderosos, porque todo ese trabajo falseado es lo que permite justificar como si fueran científicas y favorables para todos las políticas que solo benefician a la minoría privilegiada de nuestras sociedades.

3 comentarios:

  1. la unmnion hace la fuerza y la fuerza de la verda recaera sobre estos sicopatas neoliberales de la trama financiera de fondos de imbersion,en el otro lado tienen ganado lo mas oscurro del universo que disfruten de la vida materialista del suspiro.

    ResponderEliminar
  2. Anonimo, no te quito la razon, pero no lastimes el idioma.

    ResponderEliminar
  3. LAS PARADOJAS DE LA DEUDA PUBLICA Y EMISION DE DINERO.
    Publicado en La Vanguardia

    ¿Alguna vez se ha planteado cómo es posible que alguien pida prestado en nombre de otro que no ha dado su consentimiento o que incluso ni siquiera ha nacido?
    Esto es lo más habitual de lo que parece, pero me imagino que no han caído en la cuenta que se da de hecho casi todas las semanas.
    ¿Quién da la orden de emitir deuda pública?
    ¿Quién la paga o la tendrá que pagar?
    ¿Qué fin suele tener la deuda pública?
    ¿Somos conscientes que cuando se emite deuda pública el que da la orden (Gobierno) y el deudor(ciudadano) no es el mismo y sin el consentimiento del ciudadano?
    En un sentido estricto, desde el punto de vista jurídico, la deuda pública es un fraude ya que el que contrae la deuda y el que debe pagar no es la misma persona ni presta su consentimiento.
    ¿No sería lógico que existiera un procedimiento mediante el cual los ciudadanos dieran o no su consentimiento?
    Por si fuera poco, la deuda pública se contrae sin ningún tipo de garantía real, ni con la obligación de indicar para qué se va a usar. La única garantía es que se supone que siempre habrá contribuyentes que la paguen, pero el Estado no hipoteca nada para garantizarla. Es más, la mayoría de las veces nos endeudan para pagar gasto corriente e incluso para pagar los intereses o amortizar la deuda vieja. El sistema en el fondo es piramidal, y prueba de esto es que se ha aumentado el saldo vivo de la deuda pública casi ininterrumpidamente.
    ¿Cuánto tiempo puede funcionar este sistema sin que se solicite una quita de la deuda?
    Pero para mas INRI lo curioso de esta deuda es que muchas veces el deudor(ciudadano) coincide con el acreedor (ciudadano que ha comprado la deuda). Vamos que es el colmo de las paradojas posibles. Y encima se solicita sin ninguna intención de rentabilizarla, a no ser que sea desde un punto de vista político por el partido de turno.
    Para aquellos que están muy a favor de la deuda pública y la emisión de dinero sólo les pediría que pensasen un poco lo que es en realidad la deuda pública.
    ¿Algún padre responsable dejaría a su hijo más deuda de la que ha recibido?
    Pues esto es la deuda pública :una herencia que no se puede adquirir a beneficio de inventario.
    ¿Pregúntale a tu hijo qué opina de este comportamiento de nuestros políticos?
    Ha llegado el momento de exigir a nuestros políticos un proceso democrático para decidir emitir deuda pública y dinero.

    ResponderEliminar