martes, 28 de enero de 2014

Podemos: una propuesta imprescindible


Juan Torres Lopez, publicado en su blog 26 enero 2014.

La propuesta de un amplio grupo de personas encabezado por Pablo Iglesias bajo el lema Podemos me parece que supone un golpe de aire fresco y un revulsivo muy importante para promover la unidad ciudadana,  imprescindible para frenar los ataques a los derechos y los recortes sociales que estamos sufriendo.

Es lógico que pueda haber divergencias en algunos de sus planteamientos, o más o menos simpatías personales. Pero eso me parece que es lo de menos. A mí, por ejemplo, me hubiera gustado que viniese con pronunciamientos más concretos no solo sobre lo que hay que hacer en España sino, sobre todo, en Europa, pues al fin y al cabo, se presenta como una propuesta de cara a las elecciones europeas. Pero supongo que podrán ir haciéndose en el futuro inmediato y de manera común.

Comparto con sus promotores la idea de que estas elecciones son fundamentales. Nadie es tan simple como para pensar que solo con éxitos electorales se puede transformar la sociedad. Es preciso, además y sobre todo, que una gran mayoría social se empodere y ejerza su capacidad de decisión frente a los grupos que hoy deciden por todos. Pero es igualmente evidente, o al menos así me lo parece a mí, que si no se ocupan las instituciones con el apoyo de esa gran mayoría, tampoco puede lograrse ningún tipo de transformación. Por muchas que sean las huelgas y movilizaciones, si los de arriba siguen disponiendo del Boletín Oficial de Estado y tomando decisiones, seguiremos perdiendo derechos y bienestar porque nos gobernarán a su antojo.

Las elecciones europeas de mayo son muy importantes por ambas razones. Porque pueden servir para movilizar y avanzar hacia el el empoderamiento de la población y porque pueden permitir que se ocupen instituciones que ahora van a tener mucha más capacidad para frenar o impedir el daño que están produciendo las políticas dominantes.

Coincido también con la idea de que será muy difícil, por no decir imposible, que se consigan resultados electorales capaces de avanzar en esa dirección si no hay candidaturas unitarias y si éstas, en lugar de representar viejas formas de hacer política, no se identifican con la indignación y el rechazo de la mayoría de la sociedad hacia la forma en que hoy día se vienen gestionando los asuntos públicos. Un rechazo que es tan frontal que implica que ninguna fuerza política contaminada de lo viejo va a poder ser capaz de regenerar, como es necesario que ocurra, la vida social y económica.

Y sobre todo coincido en la convicción de que la única forma de promover candidaturas de esa nueva naturaleza y demostrar que efectivamente lo son es convocar elecciones primarias abiertas.

¿Cómo se puede decir a la ciudadanía que se ofrece un nuevo modo de representación y de hacer política si al final son los aparatos de siempre los que nos imponen la cara y el curriculum de nuestros representantes?

Es verdad que, antes que nada, hay que ponerse de acuerdo en qué medidas se defienden y en qué programa común se asume, pero basta con echar un simple vistazo a los documentos que se vienen elaborando, no solo desde la izquierda sino por cualquiera que de verdad quiera una auténtica democracia y bienestar social para España, para darse cuenta de que establecer los puntos de acuerdo no es un problema mayor.

Avanzar hacia ese programa de acción, algo que tampoco puede ser ajeno al debate abierto y participativo, es una tarea urgente pero igualmente lo es, y me atrevería a decir que incluso aún más, promover nuevos liderazgos y empoderar a personas que vengan a proporcionar aire nuevo a las instituciones y a la representación popular. Algo que se puede conseguir si se convocan las primarias que propone Podemos.

¿O es que de verdad hay otra alternativa para visualizar la amplia gestación ciudadana de cualquier candidatura y para que se revelen las preferencias ciudadanas sobre el nuevo tipo de personas que quiere como representantes?

En estos momentos hay varias opciones políticas que proponen el encuentro y la convergencia, la unidad frente a la agresión que sufrimos: una organización política muy importante, Izquierda Unida, y algunas otras que se van abriendo paso, además de plataformas diversas que proponen lo mismo. Todas ellas y sus dirigentes y responsables tienen ante sí una responsabilidad muy grande.

Es imprescindible que se convoquen cuanto antes y que acuerden la unidad de acción que pase por acuerdos programáticos fundamentales, la puesta en marcha de nuevas formas de organización desde la base y la convocatoria de elecciones primarias abiertas.

No se trata de sustituir la iniciativa de ninguna de ellas. Cada una puede y debe dar los pasos que mejor considere para proponer ideas, políticas y personas que puedan optar a ser candidatas. Se tratar de salir de su espacio para ir al universo de la ciudadanía que es mucho más amplio y que integra a todas las sensibilidades, ideologías y posiciones políticas, variadas pero con el común denominador de querer acabar con todo lo terrible que está pasando.

Los responsables de todas esas organizaciones y plataformas tienen ante sí un dilema fundamental: deberse a sus aparatos o a la ciudadanía. Habría que pedirle cuentas si no dan pasos visibles, concretos, efectivos y urgentes para poner en marcha esas candidaturas de nuevo tipo sin las cuales solo se conseguiría, si acaso, alguna que otra victoria precaria e incluso pírrica.

Agradezco a los promotores de Podemos y concretamente a Pablo Iglesias su propuesta y generoso ofrecimiento y los animo a no caer en la tentación de crear un espacio más, sino de exigir la convergencia de todos los existentes.

Como ellos dicen, ¡Podemos!

lunes, 27 de enero de 2014

ASÍ NOS VEN EN ALEMANIA



La verdad sin disimulos.

Traducción, reducida, de un artículo publicado el jueves 6 en varios periódicos económicos alemanes, por Stefanie Claudia Müller, su corresponsal en España:

En Alemania crece la crítica contra la supuesta "mentalidad de fiesta" de los españoles; en España los medios cada vez son más negativos con la supuesta dureza de la canciller Merkel. Pensamos que la situación es mucho más compleja de lo que presentan ambos gobiernos y la mayoría de los medios. España no es Grecia, pero España puede ser un paciente crónico si Alemania, junto con Europa, no contribuye a solucionar sus verdaderos problemas.

España no debería recibir más dinero sin que se cambie a fondo el sistema político y económico, hoy en manos de una oligarquía política aliada con la oligarquía económica y financiera, y sin que se aumente la participación ciudadana real en las decisiones políticas .

Las razones verdaderas de la crisis del país, nada tienen que ver con salarios demasiado altos -un 60 % de la población ocupada gana menos de 1.000 euros/mes, ni pensiones demasiado altas -la pensión media es de 785 euros, el 63% de la media de la UE-15- ni pocas horas de trabajo, como se ha trasmitido a veces desde Alemania. A España tampoco le falta talento, ni capacidad empresarial ni creatividad. Tiene grandes pensadores, creativos, ingenieros, médicos excelentes y gestores de primer nivel.

La razón de la enfermedad de España es un modelo de Estado, fuente de todo nepotismo y de toda corrupción, impuesto por una oligarquía de partidos en connivencia con las oligarquías financiera y económica, y con el poder judicial y los organismos de control a su servicio. En España no existe separación de poderes, ni independencia del poder judicial, ni los diputados representan a los ciudadanos, solo a los partidos que los ponen en una lista. Todo esto lleva también a una economía sumergida que llega al 20% del PIB y que frena la competencia, la eficacia y el desarrollo del país. Además, detrae recursos con los que podrían financiarse educación y sanidad.

Las ayudas para España, igual que para otros posible candidatos de rescates, no deben ir a bancos ya casi en bancarrota y fuertemente politizados. En la CAM, el Gobierno ha comprometido 16.000 millones de dinero público en lugar de cerrarla; en Bankia, 23.000, y el Ejecutivo acaba de darle 5.000 millones urgentemente para cubrir pérdidas en vez de cerrarla, y además de forma tan extraña que despierta todo tipo de recelos.¿Por qué se ha utilizado el dinero de los españoles (FROB) en vez de esperar los fondos de la UE? Es lícito suponer que la razón es la siguiente: los bancos no quieren que la UE investigue sus cuentas.

Control estricto y duras condiciones. Esas condiciones no pueden solamente representar recortes sociales o subidas brutales de impuestos, como hace ahora el Gobierno de Mariano Rajoy con la excusa de Europa . Se tiene que cambiar más en España que cortar gasto social, que de todos modos es mucho más bajo que en Alemania, y hay otros gastos infinitamente más relevantes que se pueden eliminar. Además, los casos de corrupción resultan tan escandalosos, incluso en el propio Gobierno, que uno solamente puede llegar a una conclusión: el dinero de Europa no puede ser manejado por personas tan increíblemente corrompidas.

La pasada semana el ministro de Industria Soria -imputado también por corrupción urbanística en Canarias- acusó al ministro de Hacienda en el Consejo de Ministros de favorecer descaradamente a la empresa líder de renovables, Abengoa, de la que había sido asesor, en la nueva regulación de estas energías, que reciben más de 7.000 millones de euros de subvenciones anualmente. Y Rajoy, al que entregó una carta probatoria, ni dijo ni hizo absolutamente nada.


Los últimos datos de las cuentas públicas conocidos la pasada semana son escalofriantes. El déficit del Estado a julio ascendió al 4,62% del PIB, frente a un déficit del 3,5% comprometido con la UE para todo el año (del 6,3% incluyendo regiones y ayuntamientos). Pero lo realmente inaudito es que España está gastando el doble de lo que ingresa. 101.000 millones de gasto a julio frente a 52.000 millones de ingresos.

El tema del déficit público es algo que roza la ciencia ficción, y que ilustra perfectamente la credibilidad de los dos últimos gobiernos de España.

En noviembre de 2011, el anterior Gobierno dijo que el déficit público era del 6% del PIB; a finales de diciembre, el nuevo Gobierno dijo que le habían engañado y que el déficit era superior al 8%, y que se tomaba tres meses para calcularlo con toda precisión. A finales de marzo, se dijo que definitivamente era del 8,5%, y ésta fue la cifra que se envió a Bruselas. Dos semanas después, la Comunidad de Madrid dijo que sus cifras eran erróneas y el Ayuntamiento de la capital igual… el déficit era ya del 8,7%.

Sin embargo, el INE dijo que el PIB de 2011 estaba sobrevalorado y, con la nueva cifra, el déficit era del 9,1%; dos días después, Valencia dijo que su déficit era de 3.000 millones más; o sea, que estamos en el 9,4% y las otras 15 CCAA y 8.120 ayuntamientos aún no han corregido sus cifras de 2011. Lo único que sabemos es que están todas infravaloradas. El déficit real de 2011 puede estar por encima del 11% , por lo cual en 2012 se está gastando el doble de lo que se ingresa. Como dice el Gobierno de Rajoy, “estamos en la senda de convergencia”. Y es verdad… de convergencia hacia Grecia.

Claramente, la joven democracia española tiene todavía muchos déficits de representatividad y de democracia que deberían interesar a la canciller Merkel y también a Europa, si queremos evitar una Grecia multiplicada por cinco y salvar el euro. Esto es lo que ha hecho posible el despilfarro masivo de las ayudas europeas, con una asignación disparatada de las mismas, a pesar de que estas ayudas han supuesto una cifra mayor que la del Plan Marshall para toda Europa.

Es frustrante que a causa de este sistema oligárquico nepotista y corrupto se destroce talento y creatividad y que ahora muchos jóvenes se vean forzados a trabajar fuera, muchos en Alemania. Esa situación nos ha llevado a una distribución de riqueza que es de las más injustas de la OECD.La antaño fuerte clase media española está siendo literalmente aniquilada.

Resumiendo: no es una falta de voluntad de trabajo, como se piensa tal vez en algunos países del norte de Europa, lo que hace que España sufra la peor crisis económica de su Historia. Es un sistema corrupto e ineficiente. La crítica del Gobierno alemán y sus condiciones para un rescate de España se deberían concentrar en la solución de esos problemas. En caso contrario, solo conseguirán que una casta política incompetente y corrupta arruine a la nación para varias generaciones.

*Stefanie Claudia Müller es corresponsal alemana en Madrid y economista.

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