martes, 28 de abril de 2015

Los stablishments políticos y financieros europeos quieren acabar con Syriza.


Artículo en Publico de fecha 28 abril 2015.

Vicenç Navarro
Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y ex Catedrático de Economía Aplicada. Universidad de Barcelona

La  explicación más común que aparece en los mayores medios de información en España del estancamiento en las negociaciones entre el Eurogrupo, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea, por un lado, y el gobierno Syriza por el otro, es que este se debe a la incompetencia de este gobierno, escenificado por el comportamiento definido como teatral de su Ministro de Finanzas, el Sr. Yanis Varoufakis, que ha mostrado una gran inmadurez e “impertinencia”, expresión esta última utilizada por el Ministro de Finanzas alemán, el Sr. Wolfgang Schäuble. Se presenta así al nuevo gobierno griego como rígido, incapaz de negociar con buena fe, introduciendo demandas (como el pago de compensaciones del gobierno alemán al Estado griego por los daños causados por la ocupación nazi a la sociedad griega) que no vienen al caso, o insistiendo en la reestructuración de la deuda pública griega, un tema que el gobierno griego debiera ser consciente que se considera  innegociable.

La culpa, pues, es del gobierno Syriza. Lo que este debería hacer, según la sabiduría convencional del momento, es respetar los acuerdos firmados por el anterior gobierno, implementando las medidas de austeridad autorizadas con anterioridad, y eliminando las medidas que aparecían en su oferta electoral y que incluían, entre otras propuestas, eliminar el descenso de las pensiones, revertir las reformas laborales que faciliten el despido, y parar los desahucios (una paralización que afectaría negativamente los intereses de la banca). A la respuesta negativa a parar tales medidas que ha dado el gobierno Syriza, indicando que el electorado griego les había pedido que realizaran tales medidas, el establishment político europeo (instrumentalizado por el establishment financiero) le responde que ellos, los gobiernos presentes en el Eurogrupo, también han sido elegidos democráticamente, y que la aplicación de sus propuestas a Grecia son también resultado de mandatos populares (lo cual, por cierto, no se corresponde a la realidad, puesto que la gran mayoría de partidos gobernantes de los países europeos representados por los Ministros de Finanzas del Eurogrupo no tenían incluidas en sus programas las medidas de austeridad que han estado imponiendo a sus ciudadanos, siendo el gobierno Rajoy un ejemplo de ello. Ninguna de las políticas de austeridad estaba en la oferta electoral del PP. Y como él, la gran mayoría de partidos gobernantes en la Eurozona.

La imposición de tales políticas de austeridad a Grecia se presenta por los Ministros de Finanzas del Eurogrupo como necesaria para conseguir la recuperación de la economía griega, ignorando que han causado un enorme desastre y tragedia humana en Grecia, con la pérdida de un 25% de su PIB. Es interesante y significativo que la misma reunión del Eurogrupo en Riga que acusaba al gobierno Syriza de irresponsable por oponerse a sus propuestas, presentaba al gobierno Rajoy y sus medidas de austeridad como ejemplares (“El Eurogrupo loa las reformas de España”, La Vanguardia, 25.04.15, p.70).

La agresividad de economistas liberales y socioliberales hacia Syriza

Esta explicación del supuesto estancamiento de las negociaciones ha sido promovida en los mayores medios de información en España. Y dos economistas mediáticos que gozan de gran acceso a tales medios han sido especialmente agresivos en su crítica al gobierno Syriza. Uno es JC Díez, próximo al dirigente del PSOE, el Sr. Pedro Sánchez (y que se ha transformado casi en el corresponsal económico de El País) y otro es el Sr. Josep Oliver, en su día también en la órbita socialista (en Catalunya), que es un gran defensor de la necesidad de tales políticas de austeridad (a las que atribuyó en su último artículo en El País, “La larga marcha del empleo”, 24.04.15, lo que él definió como recuperación económica de España). Estos economistas han sido los máximos reproductores de los argumentos utilizados por el Ministro de Finanzas alemán, responsabilizando al gobierno Syriza de la paralización de las negociaciones, y culpando además a este gobierno por el considerable deterioro de la situación económica griega desde la victoria de Syriza (como también ha hecho el ministro alemán).

Tanto Díez como Oliver parecen desconocer la acumulada evidencia científica que muestran cómo tales políticas de austeridad han deteriorado enormemente el estado de la economía no sólo griega, sino de la mayoría de países de la Eurozona al reducir la demanda doméstica en estos países, siendo una de las mayores causas de la Gran Recesión. Muchos expertos como Krugman, Stiglitz, Weisbrot, Baker, Galbraith, Jeff Faux y una larga lista de economistas bien conocidos, también han atribuido las crisis a esta limitada demanda doméstica causada por los recortes y bajadas salariales, añadiendo su voz a una explicación que, siendo minoritaria al principio, está convirtiéndose en mayoritaria en amplios círculos académicos europeos (aunque no en España) debido a la robustez de la evidencia acumulada durante estos años de Recesión. En cuanto a la supuesta recuperación de la economía española, esta no se debe a estas medidas de austeridad. Todo lo contrario, ha sido el descenso de las políticas de austeridad (debido a consideraciones electoralistas) y sobre todo al descenso del precio del petróleo, a la devaluación del euro y a las medidas de expansión monetaria del BCE las que han sido responsables de tal crecimiento económico que se presenta como recuperación.

El objetivo del establishment financiero y político europeo no es expulsar a Grecia del euro, sino expulsar a Syriza del gobierno griego.

Una razón aducida frecuentemente por estos y otros autores defensores de las políticas de austeridad es que estas han sido necesarias para “salvar el euro”. Este “salvar el euro” ha sido una constante entre ellos. El euro, sin embargo, nunca ha estado en peligro ni de desaparecer ni de colapsar, tal como algunos hemos estado señalado desde su principio. Y la causa de que nunca haya estado en peligro es que sistemáticamente ha beneficiado a los que mandan en la Eurozona (el establishment financiero) a costa de la mayoría.

Tal argumento –de salvar el euro- se está utilizando ahora de nuevo cuando se indica que hay una posibilidad de que la rigidez e incompetencia de Syriza fuerce la expulsión de Grecia del euro, pues sus políticas hacen imposible su permanencia en esta unión monetaria. En contra de lo que dicen estos autores, lo último que desea el establishment político de la Eurozona (instrumentalizado por el establishment financiero) es que Grecia salga del euro. Lo que desean (y hay que ponerlo en cursiva) es expulsar a Syriza del gobierno griego, es decir, que colapse su apoyo electoral y que sea sustituido por el partido anterior, servil a sus intereses. Este ha sido y continúa siendo el objetivo de la agresividad mostrada por los establishments financieros, políticos y mediáticos europeos. Se mostró claramente este objetivo incluso antes de que ganaran las elecciones. Las intervenciones del BCE, de la Comisión Europea y del Consejo Europeo, por no decir del gobierno alemán y de sus aliados (como el gobierno Rajoy) en las elecciones griegas fueron notorias, participando activamente en la campaña en contra de Syriza. Y nueve días (sí, solo 9 días) después de que saliera elegido Syriza, el BCE cortó la línea de crédito al gobierno griego en una medida de una enorme hostilidad (equivalente a un acto bélico), sin tan siquiera esperar a tomar esta decisión cuando hubiera correspondido según el calendario marcado, en fechas posteriores. Este acto de hostilidad, fue seguido por una redefinición muy marcada de los términos en los cuales la banca privada griega podía prestar dinero al Estado, comprando deuda pública, una medida que el BCE nunca había aplicado a los gobiernos anteriores, responsables de los enormes déficit y deuda públicos que el gobierno Syriza había heredado.

Estas medidas fueron aplicadas con pleno conocimiento de que crearían una gran fuga de capitales. 24.000 millones de euros han abandonado Grecia desde diciembre. Esta situación, resultado de una enorme agresividad hacia el gobierno Syriza, está dificultando enormemente que el Estado pueda conseguir prestado dinero de los mercados financieros (es decir, de la banca), situación que es resultado de las acciones tomadas por el BCE. Ninguno de estos hechos aparece en los artículos del Sr. J.C. Díez o del Sr. Josep Oliver (“¿Corralito griego ya?”, La Vanguardia, 24.04.15). Según ellos, Syriza y su comportamiento, su supuesta rigidez e inflexibilidad, son los responsables de la situación en la que se encuentra el gobierno Syriza.

Las políticas de austeridad impuestas a Grecia han reducido su PIB un 25%, porcentaje nunca alcanzado en ningún país en tiempo de paz. Y ello ha beneficiado al capital financiero, tanto griego como alemán, francés y español, entre otros, con un enorme daño a la mayoría de la población griega. La evidencia de que ello ha sido así es abrumadora. Pero ello no es obstáculo para que el BCE, la Comisión Europea, el Eurogrupo, el Consejo Europeo, el FMI y el gobierno alemán continúen insistiendo en las mismas políticas que han conducido a la enorme crisis humanitaria. Nada menos que el que fue director de la oficina europea del FMI, el Sr. Reza Moghadam, escribió un artículo en el Financial Times (“Stalemate can be replaced with sanity in eurozone dealings with Greece”, 08.04.15) en el que concluía que lo que está ocurriendo en las negociaciones era profundamente injusto, pues “Europa está exigiendo al gobierno griego actual la implementación en cuestión de semanas de toda una serie de medias que los gobiernos anteriores no realizaron en varios años”.

En realidad, las demandas del gobierno griego son más que razonables. Son las mismas que se aplicaron al gobierno alemán en los años cincuenta. Y entre ellas, pide que no se le exija el pago de la deuda a no ser que la economía griega comience a crecer de nuevo. La rigidez en las negociaciones es la que presenta el Ministro de Finanzas alemán, y sus aliados (el gobierno portugués y el español, junto con los gobiernos del Este de Europa), la mayoría de clara orientación neoliberal es la causa de la situación actual. Su objetivo es destruir a Syriza, no sacar a Grecia del euro. Véase la alegría mostrada en el reportaje de El País (conocido por su animosidad a Syriza y Podemos) subrayando el supuesto declive del apoyo popular a Syriza (de una manera característica y previsible, El País manipula el título, indicando que “el calvario de la negociación reduce el apoyo popular al gobierno de Syriza” –El País, 24.04.15-, título que contrasta con los datos proveídos en el mismo artículo, donde se ve que el apoyo a Syriza ha aumentado de un 36% en enero a un 38% ahora). Esto es lo que están intentando en su estrategia, cuya última noticia es el intento de neutralizar, e incluso expulsar, al Ministro de Finanzas griego, deseando que vuelvan sus aliados, las derechas griegas, que llevaron al país al desastre, para poder así controlar Grecia a su antojo, como hicieron en los años que precedieron a la victoria de Syriza.

Una última observación. Ruego que el lector distribuya extensamente este artículo. Yo no tengo las cajas de resonancia que tienen los antes citados economistas. Todo lo contrario, los medios de información y persuasión de este país, conocidos internacionalmente por su escasa diversidad, no publican voces críticas como la mía. De ahí que tengo que pedirle al lector que, como ocurría durante la dictadura, los artículos se conozcan pasándolos mano a mano. Gracias.

lunes, 20 de abril de 2015

Alemania y los capitales en fuga


Artículo de Manuel Ballbé. Catedrático de Derecho Administrativo UAB. Publicado en el cuarto número 0 del semanario AHORA.


La enorme deuda alemana camuflada explica la estrategia contra el sur de Europa, la de propagar intencionadamente pánico financiero allí para lograr una huida masiva de capitales hacia Alemania. Eso es lo que ha sucedido con Grecia.

Las recientes declaraciones del presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Jüncker, en las que afirmó que “la troika atentó contra la dignidad de Grecia” y admitió que “la troika es poco democrática”, suponen el reconocimiento de la perversión de utilizar el descrédito como arma  arrojadiza. En el futuro no debe descartarse que el derecho y los tribunales sean la última salida para poner orden en este “mercado caníbal”; este problema no es sólo político y económico sino jurídico, y se debe encauzar en los tribunales como el de la UE o el Tribunal Judicial de la OMC (Appellate Body), una instancia a la que Grecia debería recurrir de inmediato.

Como se  muestra en la tradición jurídica norteamericana, contra los abusos de posición dominante de las grandes corporaciones y la protección de la democracia económica a través del derecho de la competencia y la garantía de los derechos de las minorías, las cuestiones económicas no se dirimen solo en el ámbito político y financiero, sino fundamentalmente en el judicial.  Hay que recordar que los jueces, en el siglo XIX, ya anulaban los derechos de acreedores si actuaban con finalidad especulativa desestabilizadora.

Es la  vieja y efectiva estrategia de los grupos activistas norteamericanos  de movilización, pero también por la vía judicial, bajo el principio de “regulation through litigation”, es decir,  litigar para conseguir el reconocimiento de nuevos derechos de las minorías discriminadas. En este caso para frenar el abuso de los poderes bancarios, bajo una hegemonía alemana, que ha atacado a un pequeño gran país como Grecia, como ha reconocido Juncker;

La estrategia de propiciar la fuga de capitales del sur de Europa al norte se debe a una realidad incontestable, que los economistas siguen sin documentar y denunciar: la enorme deuda alemana camuflada, provocada por la quiebra de algunos de los bancos más importantes de Alemania, que el propio Bundesbank, en 2012, reconocía que fue causada por “los pasados excesos de los grandes bancos alemanes en su actividad internacional”.

El Dresdner Bank, el segundo del país quebró en 2009, y fue absorbido por el tercero, el Commerzbank, que el gobierno Merkel nacionalizó a su vez en un 25% y lo rescató inicialmente con 100.000 millones de euros.

El cuarto banco de Alemania, el Hypo Real Estate, quebró estrepitosamente.  Hoy cuando se anuncia su privatización, sabemos que en este banco se inyectaron, según el periódico económico alemán Handselblatt, 200.000 millones de euros para reflotarlo, que evidentemente sufragaron los trabajadores alemanes, pero también los capitales que fueron forzados a huir desde el sur de Europa hacia Alemania, cuando se tramó la campaña de descrédito contra Grecia y el más que anuncio de su salida del euro.

Todas estas quiebras de facto y rescates tuvieron lugar sin ninguna transparencia y sólo se dieron a conocer en 2012 “por  la filtración del informe confidencial del supervisor financiero alemán, el BaFin, confirmado por otro de Merrill Lynch, que valoraban en 800.000 millones los activos tóxicos del país en 2009.

El informe de Moody’s sobre los bancos alemanes de 6 de junio de 2012  describía el problema de una fuerte descapitalización y riesgo de liquidez de los mismos, pero mantenía su rating porque consideraba, en una coletilla sorprendente, que había “una alta probabilidad de un apoyo externo proveniente de múltiples fuentes, como típicamente es asequible para el sector público bancario alemán”.

Precisamente en ese mismo momento, Bloomberg reflejaba el 12 de junio de 2012 la efectividad de la amenaza de expulsión del euro a Grecia y de la propagación de pánico financiero en beneficio de Alemania con un ilustrativo título: “La fuga de capitales deja a los bancos alemanes inundados de depósitos baratos”.  Y precisaba que en un año “los depósitos en Alemana se incrementaron en un 4,4% hasta los 2,17 billones de euros, mientras que los depósitos en España, Grecia e Irlanda se encogieron un 6,5% hasta 1,2 billones de euros en el mismo período, incluyendo el 16% que bajaron en Grecia”.  Y precisaba que “sólo en 6 meses el Deutsche Bank ingresó 5.000 millones de euros de depositantes del sur y el Commerzbank 7.000 en el primer trimestre del 2012”.

Pero todavía más importante, destacaba Bloomberg: “También recibieron 20.000 millones de euros los bancos alemanes en el exterior”, especialmente en Suiza y Luxemburgo, como el Commerzbank Internacional SA de Luxemburgo (CISAL).

Los economistas no se han ocupado de aflorar todos estos datos decisivos para hacer un diagnóstico y entender el porqué de una política de austeridad impuesta al sur,  que articula un ataque especulativo propiciando pánico financiero para que el gran capital acumulado en el sur fuera deslocalizado  “voluntariamente” a los bancos del norte.

Ahora también sabemos que el Deutsche Bank, “estaba horriblemente descapitalizado, debido a la alta exposición que tiene en el Mercado de Derivados” (casino desregulado y privatizado), como alertó Hoeing,  vicepresidente de la Federal  Deposits Insurance Corporation y exmiembro de la Reserva Federal, el 14 de junio de 2013.

Con el escándalo LuxLeaks también se ha descubierto que el Deutsche Bank residía en el paraíso  fiscal de Luxemburgo; durante todos estos años no habría pagado el impuesto de sociedades, mientras los demás bancos (griegos y españoles, por ejemplo) que competían con él, tenían que soportar esta más que desleal competencia.

En estos momentos el Deutsche Bank se enfrenta a una avalancha de investigaciones criminales y civiles impulsadas por  la Fiscalía de EEUU,  por su implicación en el cártel que manipuló el Líbor-Euríbor y del Forex (Mercado de Divisas), así como por su participación en las hipotecas basura. Estos días también se enfrenta al riesgo de no superar el primer stress test al que se somete en Estados Unidos. Para hacer frente a todas estas investigaciones tiene previsto nombrar al conocido penalista Steven F. Reich como Consejero General del Deutsche Bank para América.

También el  Commerzbank, segundo banco alemán seminacionalizado, se enfrenta a la  temida Securities and Commodities Fraud Task Force de Nueva York, que la investiga por presunto lavado de dinero.

Todos estos métodos tan poco ortodoxos de la banca alemana nos confirman que la imposición de austeridad tenía un componente claro de dominación incluso política, y que provocar pánico financiero les servía para rellenar el agujero existente en sus propios bancos, provocado por lo que fue la causa de la crisis financiera mundial: el mercado de derivados,  desregulado y privatizado desde el año 2000, en manos de un cártel de trece megabancos, entre ellos el Deutsche Bank.

sábado, 18 de abril de 2015

RATO, O UN CASO DE EMERGENCIA DEMOCRATICA


 

Artículo de Juan Carlos Monedero, de fecha 16 abril 2015 en Público.

Una mano inclina el cogote de Rodrigo Rato para que entre en un coche policial. Se desvanece, en un instante, una época. La del milagro económico. La del argumentario contra lo público. La de la criminalización de los sindicalistas críticos y el desprecio a los trabajadores. La del éxito de lo privado, la liberalización del suelo, el azul del PP hasta en los telediarios, el ladrillo, el cemento y las tuneladoras, la era de Rouco, los telediarios mercenarios, José Luis Moreno y José María Fidalgo, el desparpajo de la cazadora de talentos ladrones Aguirre, la de las privatizaciones felices de la sanidad y la educación, la de los españoles mirando en los cubos de basura mientras Ana Botella les multaba e invitaba al mundo a un relaxing cup of café con leche. La del saqueo de las cajas de ahorro, la de la universidad entregada a Bolonia y devuelta a los ricos.  La era de Aznar y la Gürtel, de Esperanza Aguirre y la Gürtel, de Cristina Cifuentes y la Gürtel. Maldita Venezuela que no lo tapa todo. A ver si Maduro hace algo que está la cosa fea.

Una mano inclina el cogote de Rodrigo Rato, detenido, mientras registran su casa. Alzamiento de bienes, fraude fiscal y blanqueo. Con el apoyo del Ministro Montoro. Que hace amnistías fiscales para sus colegas. Montoro el deslenguado. El que usa el aparato del Estado contra los adversarios políticos. El del despacho donde atienden los problemas fiscales de las grandes fortunas. Un fiscal, que viene de esa época, hace un escrito urgente al juez de guardia para que Rato sea puesto en libertad en cuanto acabe la práctica de los registros. Qué fiscal tan diligente. Personas pobres que han robado un par de cientos de euros no tienen tan buenos abogados. Los ricos siempre han sido impunes porque ellos han escrito las reglas de juego. Hoy algo se ha roto. Una mano, detenida como un paso de baile, baja la arrogante cabeza de Rato para que entre en el coche. El fiscal tiene miedo a ese coche y se acaricia su propio cogote. No pocos fiscales, en estos tiempos del PP, pertenecen al pasado aunque no lo sepan. Una época se acaba y nunca faltan mercenarios que antes de abrazar el nuevo régimen, siempre  con maneras de converso, deciden ser los más execrables defensores del necrosado nepotismo. Ni siquiera la historia se acuerda de esos seres tan infames. Pero tienen su cuota parte en el daño.

La noche del jueves 16 de abril, a las 22:40, desaparece el hashtag #FueraLaMafia 17A. Un llamamiento para que el viernes 17 la ciudadanía le recuerde al PP que está harta de sus acciones criminales. En las redes sociales surge una gran consternación: ¿por qué ha desaparecido algo que están construyendo decenas de miles de tuiteros en toda España? ¿Cómo es posible que ese llamado, convertido en apenas unos minutos tendencia nacional, haya sido retirado? ¿Es que los poderosos mandan sobre las redes? Alguien ha llamado a Twiter para frenar ese llamamiento. Otra vez una concentración delante de la sede del PP. Y la cúpula del PP tiene pánico. Lo que más les asusta es que la gente se dé cuenta de que se comportan como una asociación para delinquir.

Aquella vez fue a las cinco. Este viernes es a las siete. Pero tiene la misma lógica: decirle a los ladrones de nuestra democracia que ya sabemos qué tienen entre manos, que no vamos a permitirlo. Un petrolero que amenaza la costa canaria regresa vientos del pasado. La cabeza de Rato, responsable de agachar la cabeza de continentes enteros cuando era Director del FMI, se inclina para entrar en un coche policial. Rato, que le quitó medicinas y educación a los países del Sur, que ha compartido vinos caros y suites lujosas con la enemiga de los ancianos Lagarde, con el enemigo de las mujeres Strauss-Kahn, que le quitó a los madrileños la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid, entra en un coche policial para que sepamos que todos este esfuerzo de protesta no ha sido en vano. Tantos desahuciados de Bankia tendrán, al menos, una pequeña compensación por todo lo que han sufrido. He visto a una preferentista dejar caer una lágrima. Ayer, mientras los trabajadores esperaban la sentencia del Supremo que les daría la razón, lloraba porque una anciana acababa de morir sin recuperar sus ahorros. La gente como Rato no llora por nadie.

Quedan, todavía, todos los necesarios responsables de esta etapa de rapiña. Los Montoro, Guindos, Esperanza Aguirre,  Mariano Rajoy, Cospedal, Soraya Sáez de Santamaría, Javier Arenas, Carlos Floriano, Ana Mato, el Ministro Fernández, Gallardón o Javier González, Camps, Matas, Bárcenas o Jesús Sepúlveda. Y el gran jefe bajo cuyo mandato se gestó la Gürtel y todos estos desaguisados: José María Aznar. El de la foto de las Azores. Y no olvidamos a los periodistas mercenarios que los han defendido. Qué etapa. ¿Cómo hemos podido los españoles aguantar tanta mentira? Igual estábamos viendo el fútbol o planeando el siguiente viaje. Ellos estaban enriqueciéndose sobre nuestras espaldas. Y usando el aparato del Estado para hacer negocios e intentar silenciar a los opositores.

Una mano inclina el cogote de Rodrigo Rato, Vicepresidente del Gobierno de Aznar, el mismo al que el sonriente Presidente de la foto de las Azores había señalado como sustituto, para que entre en un coche policial. Se desvanece, en un instante, una época. Caen las estatuas pero quedan los pedestales. Si el pueblo no reacciona, vendrán los mismos perros con distintos collares. No pueden irse otra vez de rositas. Es hora de recordar que en democracia el pueblo es el que manda. Pásalo.

jueves, 16 de abril de 2015

BIPARTIDISMO, TOCADO PERO NO HUNDIDO

Artículo de Enrique Herrando Mariscal de fecha 15/04/2015 en infolibre.

 

A seis semanas de las elecciones municipales y autonómicas, se va dibujando una intención de voto que empata a cuatro partidos: Podemos (22,1%), PSOE (21,9%), PP (20,8%) y Ciudadanos (19,4%). IU (5%) y UPyD (2%) quedan muy lejos de los cuatro. El 77% de los encuestados desean que PP y PSOE dejen de ser los partidos predominantes en la escena política, mientras que el 20% quiere que gane con claridad uno de los dos partidos, según el sondeo de Metroscopia, elaborado para el diario El País.

El bipartidismo está muy tocado, pero no hundido. Llama la atención que, pese a ser de conocimiento general que el PP ha defraudado a Hacienda, incurrido en delitos de corrupción desde hace veinte años, pese a los recortes, las privatizaciones, los reiterados incumplimientos de su programa, etc., etc., etc., siga obteniendo ese 21%. Lo mismo se aplica al escándalo de los ERE en Andalucía, un fraude de 650 millones a los ciudadanos que no ha impedido la victoria del PSOE en las autonómicas. Ambos hechos dicen mucho sobre la cultura política de este país.

Los dos grandes se defienden con uñas y dientes. El mensaje del PP es claro y sencillo: “Estamos saliendo de la crisis que nos dejó el PSOE gracias a nuestra política y a nuestra experiencia y conocimientos.” Tres mentiras encadenadas: ni la crisis fue cosa del PSOE, por mal que la gestionase, ni hemos salido de la crisis sino todo lo contrario, ni sus ministros o portavoces brillan precisamente por su excelencia. Quizás al PP no le quede otro remedio que huir hacia delante afirmando que la noche es día, sobre todo cuando las previsiones de crecimiento europeo a corto plazo no son precisamente halagüeñas.


También el mensaje del PSOE es una falacia: “Somos la izquierda, hemos hecho todo lo bueno que se ha hecho en este país y luchamos contra el partido corrupto.” ¿El PSOE de izquierdas? Cierto que en su haber está la construcción de un Estado del Bienestar, raquítico pero real, durante las dos primeras legislaturas de González. Luego, con Zapatero, la ley anticorrupción, la ley del aborto, la ley de la memoria histórica, la legalización de los matrimonios homosexuales. Pero una política de izquierdas significa sobre todo y ante todo una política económica que se oponga al fraude fiscal y otros delitos económicos de bancos y multinacionales, que haga pagar impuestos a la Iglesia, que audite la deuda pública y se niegue a pagar la deuda ilegítima, que derogue la actual ley de desahucios, que invierta en servicios públicos, que acabe con las privatizaciones, etc., etc. Nada de esto ha hecho el PSOE. Es más, las primeras privatizaciones las llevó a cabo González, los primeros recortes Zapatero, el acuerdo para modificar el artículo 135 fue cosa de Zapatero y Rajoy y así podríamos continuar. El PSOE juega siempre a hacer mucho ruido con su mano izquierda agitando el sonajero de los derechos sociales mientras con la derecha va firmando lo que le dictan quienes mandan sin tener que presentarse a elecciones. Aparte de que la corrupción está a la orden del día en el partido desde los tiempos de F. González.

La cultura política de este país está hecha de miedo grabado en los huesos, un miedo que viene de la guerra y de una dictadura que asesinó, torturó, encarceló o exilió a muchos centenares de miles de ciudadanos. Y también de un sentimiento de inferioridad respecto al poder que nos hace tragar con tantas y tantas cosas. Y de una generalizada ignorancia política fomentada desde ese mismo poder. Y de la manipulación a través de una mayoría de medios. Y, todo hay que decirlo, de la comodidad de delegar en políticos profesionales nuestra propia responsabilidad hasta encontrarnos con que esa casta nos ha convertido en siervos de las multinacionales y los bancos.

En todas esas deficiencias se apoyarán los del bipartidismo y utilizarán la enorme maquinaria de propaganda a su disposición durante los meses que quedan hasta las generales. Van a luchar con uñas y dientes para defender sus sillones. Desmontar sus falacias es tarea de todos. Después, votemos a quien menos malo nos parezca, pero, por favor, ni a Cánovas ni a Sagasta. Ya está bien de trileros.

miércoles, 1 de abril de 2015

OTRA GRAN ESTAFA: EL BANCO MALO


Artículo de David Bollero, de fecha 1 abril 2015 en Público.

Ojalá pudiera decir que me ha sorprendido, pero no. Esta mañana leía en El Confidencial que la rentabilidad de la Sareb peligra. Vayamos por partes: ¿recuerdan qué es la Sareb? La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria o, para entendernos, el banco malo que se sacó de la manga Luis de Guindos, ministro de Economía. Este banco malo era el encargado de hacerse cargo de los activos tóxicos de los bancos, esto es, de esa ingente cantidad de inmuebles que los bancos tenían en su haber después de haber desahuciado a sus habitantes por impago de la hipoteca.

Simplificando, era eso. Y digo simplificando, porque no sólo había impagos de hipotecas de pisos, sino también obras sin terminar. A finales de 2013, recuerdo que tuve ocasión de entrevistar a personal de Sareb y entonces cifraban este número en unos 650 activos (obras que planeaban demoler, por cierto).

¿Qué significa que se dude de la rentabilidad de la Sareb? No es sólo que no vaya a generar beneficios a sus accionistas, sino que si no es capaz de pagar su deuda, adivinen quiénes somos los avalistas: efectivamente, el Estado. En todo caso, si hay que reponer capital, porque ya se ha pulido 1.200 millones de euros en 2 añitos y sólo quedan en caja 350 millones, será el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) –de nuevo, nosotros- quien tenga que poner el 48%.

Parte de las dudas que alegan los responsables de la Sareb para cuestionar su rentabilidad vienen a contradecir al ministro de Economía pues hablan de “incertidumbres del ciclo económico”, mientras que Guindos no hace más que hablar de crecimiento por encima de las previsiones, por lo menos, hasta 2020. Lo curioso de todo es que cuando nació la Sareb en 2012, la incertidumbre era muchísimo mayor y entonces la consultora KPMG lanzó unas previsiones de rentabilidad del 15%.

¿Por qué se inflarían de ese modo las cifras? Sencillo, porque había que lograr a toda costa que el FROB no superara el 50% del accionariado pues, de hacerlo, computaría como deuda pública y no le saldrían las cuentas al trilero de la economía y ex Lehman Brothers, Luis de Guindos.

¿Quiénes son los accionistas? Pues en realidad entraron casi todos los grandes bancos, con la excepción de BBVA, lo que de nuevo nos convierte a los españoles en accionistas indirectos. ¿Por qué? Porque entre los accionistas hay por un lado entidades nacionalizadas como BFA-Bankia, Catalunya Caixa, NCG Banco-Banco Gallego y Banco de Valencia; y por otro, las asistidas con ayudas públicas (BMN, Liberbank, Caja3 y Ceiss). Dicho de otro modo, a efectos prácticos, el 95,5% de la financiación de la Sareb es dinero público y únicamente el 4,5% de su capital viene del sector privado.

 

La llegada de los fondos buitre

Lo que no cuentan los políticos y mucho menos el actual presidente de la Sareb, Jaime Echegoyen, es que el banco malo ha sido una cortina de humo para repartir el botín entre amiguetes. Ni más ni menos. ¿Cómo va a ser rentable una entidad si se dedica a vender inmuebles a precio de saldo?

Uno encajaría bien esas pérdidas si al menos las viviendas se hubieran vendido baratas a colectivos desfavorecidos, pero no es el caso. Los grandes beneficiados de los tejemanejes de la Sareb han sido los fondos buitre. Un buen ejemplo de ello fue la Operación Toro, con la que el banco malo vendió un paquete de 939 viviendas repartidas por Andalucía, Canarias y la Comunidad Valenciana, 750 garajes y trasteros y un local comercial, por valor de 100 millones de euros.

En aquella operación, el fondo buitre HIG Capital se llevó los mejores inmuebles con una pérdida a cargo de los españoles del 18% aproximadamente. Unos inmuebles que, seguramente, HIG Capital vendería a posteriori a precios desorbitados forrándose. El precio medio de venta al que se había comprometido Sareb para esos activos era de 125.000 euros, y al que finalmente se vendieron fue de apenas 100.000. Sencillamente, Sareb vendía en pérdidas. Y esto es sólo un ejemplo.

Jugada maestra para Guindos y sus amiguetes financieros que, seguramente y cuando abandone la política, será quienes le devuelvan los favores prestados.