miércoles, 30 de mayo de 2018

¡Sí a la moción de censura! Preparando una agenda transformadora!


Pedro Sánchez ha hecho lo que tenía que hacer, y mucho nos habríamos evitado si en 2015 Podemos y Cs hubiesen pactado con el líder del PSOE una hoja de ruta constituyente
Artículo de Juan Laborda en su blog de Vozpopuli de fecha 29/5/2018.

España vive una profunda crisis social, económica, y política. Todas ellas convergen y se sintetizan en una honda depresión moral. Y es en este caldo de cultivo donde algunos nacionalismos periféricos han medrado para introducir, además, una crisis territorial. La crisis de España, en definitiva, es generalizada. No solo afecta a la clase política gobernante, que también, es extensible a unas élites económicas, intelectuales y académicas, en líneas generales dóciles con el poder, todo por mantener un statu-quo, sus ”privilegios”. Como corolario obvio nunca en los últimos cuarenta años España había pintado tan poco en la esfera internacional. Las élites actuales son sin duda las más mediocres de nuestra joven democracia. Pero también nosotros, los ciudadanos, tenemos nuestra ración de culpa, especialmente la clase media. Hemos validado con nuestro voto dichos comportamientos.

Esta degradación moral alcanzó bajo el actual partido en el poder niveles de hedor insoportables. Tras la primera sentencia por el caso Gürtel, el actual ejecutivo debería haber dimitido. No solo no lo han hecho, sino que además se han autodenominado garante de la estabilidad patria. ¡Pero qué estabilidad ni qué carajo! España, país de ensambladores, camareros y crupieres, tiene la tasa de paro más alta de la OCDE, alcanzando límites insufribles cuando la ajustamos por precariedad y temporalidad. Los salarios son míseros, y nuestros jóvenes no tienen ningún futuro aquí. ¿De qué estabilidad hablan? ¿Que la economía está creciendo desde 2014? Sí, pero por factores no atribuibles a ellos: la relajación del ajuste presupuestario, con la aquiescencia de Bruselas; la entrada de flujos financieros foráneos en nuestra economía, derivados de la política monetaria del BCE; y la bajada no prevista del precio del petróleo y otras materias primas. Y como corolario, una deuda soberana récord histórico. Pero estos vientos empiezan a soplar en contra.

En realidad quienes nos desgobiernan aprovecharon la crisis para beneficiar al 1% más rico. No lo digo yo, lo detallan los datos oficiales de Banco de España o de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Implementaron una devaluación salarial que no ha servido para aumentar la competitividad de nuestras empresas. ¿Saben que han hecho nuestras empresas con las bajadas salariales? ¡Subir precios para mejorar márgenes, aumentando aún más la participación del factor capital en la renta nacional a costa de las familias y de los trabajadores! Eso, lo deberían saber, es social y económicamente ineficiente. El desprecio de nuestros gobernantes por los más débiles y humildes alcanza cotas insoportables.

Una hoja de ruta constituyente

Tras la sentencia Gürtel no quedaba otra que convocar una moción de censura. En este sentido, Pedro Sánchez ha hecho lo que tenía que hacer. Además era el único que legalmente lo podía hacer. Mucho nos hubiésemos evitado si allá por 2015 Podemos y Cs hubiesen pactado con Sánchez una hoja de ruta constituyente encaminada a solucionar los gravísimos problemas de España. Aunque con retraso, aún estamos a tiempo de al menos programar otra que ponga las bases de una sociedad mejor. Pero me temo que los tactismos, ahora de Rivera, como antes de Iglesias, descarrilarán esta nueva oportunidad. Espoleados por unos sondeos, cocinados por aquellos que quieren que todo siga igual, la formación naranja parece que ansía unas elecciones anticipadas.
Déjenme soñar y pensar que al final la oposición se pone de acuerdo y pacta una hoja de ruta. Esta hoja de ruta ya la detallé hace un año. Permítanme recuperarla. El preámbulo de la moción de censura podría explicitarse así: “Durante los dos próximos años este gobierno de transición consensuado con las fuerzas políticas y sociales pondrá las bases que permitan una regeneración y rearme moral, económico y social de nuestro país”. Pero para ello deberá explicitar un conjunto de cambios legales, reformas y propuestas que sean el común denominador de todos aquellos que quieran dar la vuelta a la situación actual.

Es necesario llevar a cabo un conjunto de reformas que hagan de España una democracia de facto y de iure. Cosas básicas, elementales. Viendo atónitos los escándalos que circulan estos días es necesario apuntalar una separación efectiva de poderes. Es ineludible una ley antimonopolio que prohíba explícitamente la participación en el accionariado de medios de comunicación de bancos y otros vehículos de inversión, y viceversa. Es fundamental terminar con las puertas giratorias de políticos y funcionarios. Las grandes empresas, especialmente aquellas que viven del Boletín Oficial del Estado, deben entender de una vez por todas que les será más rentable invertir en formación de sus trabajadores, en innovación de procesos o productos, que en políticos y/o funcionarios. Y, por higiene democrática, es fundamental acabar con todo aquel personal de la administración pública colocado a dedo por los partidos de turno -amigos, familiares, militantes…-, mientras se refuerza el correspondiente a los pilares básicos de nuestro estado del bienestar: educación, sanidad, justicia, dependencia, inspección, seguridad,….

Desde un punto de vista económico el gobierno de transición “promoverá todas las reformas económicas y sociales encaminadas a un modelo productivo más eficiente, económica, ecológica y energéticamente; y, obviamente, mucho más justo -la pobreza se está cebando con los jóvenes, con los más débiles-". Hay que acabar con el capitalismo de amiguetes y el Totalitarismo Invertido en que se ha convertido España, donde la igualdad de oportunidades son meras palabras huecas que hace tiempo el viento se llevó. Es necesario repensar la educación de nuestros hijos y nietos como el motor clave para que alcancen su auténtica libertad, no sometidos a ningún proceso de alienación, y, obviamente, para que el ascensor social funcione. No es de recibo, al menos para mí, que según el barrio en el que se nazca, los niños y niñas de este país están predestinados a ser carne de cañón.

Hoy en día es más necesario que nunca algo de lo que carecemos, nuevas élites audaces que promuevan una profunda reforma fiscal -aumentar la imposición a rentistas, mientras se baja la del factor trabajo, el IVA y la de las pequeñas y mediana empresas-; lucha sin cuartel contra los oligopólios patrios, y, muy especialmente, un cambio radical del actual marco energético. El objetivo es claro: iniciar una fase de incremento y modernización de nuestro aparato productivo. Ello será complementado con una lucha sin cuartel contra la creciente desigualdad, mientras se defiende políticas redistributívas. La evidencia empírica demuestra que la baja desigualdad después de impuestos está altamente correlacionada con un crecimiento más alto y duradero, y que las políticas redistributivas no tienen un impacto negativo en el crecimiento, al revés, el gasto en sanidad y educación es positivo.

Déjenme soñar y pensar que al final un grupo de hombres y mujeres buenos, de diferentes ideologías, se ponen de acuerdo en sentar las bases de una España más libre, justa y próspera. Y un deseo final: ansío que aquellos que actúen por tactismo y descarrilen esta oportunidad ojalá lo acaben pagando en las urnas.

lunes, 14 de mayo de 2018

España, aunque no lo crean, tiene futuro



España sí que tiene futuro, pero pasa por una reforma que establezca la separación de poderes, el control sobre el poder político, y la igualdad de acceso al sistema de todos los ciudadanos, de manera que el ascensor social funcione.
Publicado por Juan Laborda en Vozpopuli con fecha 24/4/2018.
España atraviesa una profunda degradación política, económica, social, y, en el trasfondo de todo, moral. La última felonía, difundida por ciertos medios acólitos, la creencia de que España habría superado en renta per cápita a Italia. ¡No! Y ustedes saben bien el porqué: un PIB sobreestimado entre un 17% y 18%. El sistema está agotado. Ya no valen maquillajes encaminados a asear el Régimen, véase operación Ciudadanos, para que, dando la impresión de que algo cambia, todo quede igual. El futuro está en nuestras manos y pasa ineludiblemente por asumir nuestras obligaciones como ciudadanía, presionando y avanzando hacia un sistema donde la libertad e igualdad de acceso sean sus rasgos distintivos.
Todos nuestros problemas como país -salarios míseros, pensiones, baja población ocupada, futuro lúgubre de nuestros jóvenes, desigualdad creciente, impuestos desorbitados, desconfianza en la clase política, descentralización fallida del Estado, corrupción…- responden a una pregunta clave, ¿cómo se gobierna España? Permítanme para ello recomendar dos libros fundamentales, básicos, desde dos ópticas distintas, pero plenamente convergentes en el análisis del problema. Por un lado, “Catarsis” de Javier Benegas y Juan Manuel Blanco, publicado por la editorial Foca, y cuya aproximación se hace desde una óptica liberal. Por otro, el libro de Andrés Villena, desde el 15M, “¿Cómo se gobierna España?”, resumen divulgativo excepcional de la tesis doctoral del autor, publicado por la editorial Comares.
¿Cómo se gobierna España?
Benegas y Blanco en “Catarsis” detallan cómo el hedor que transpira desde las cloacas del Régimen del 78 es insoportable, nauseabundo. Nuestra democracia es de muy baja calidad, regida por un sistema de acceso restringido dominado por los privilegios, la corrupción, el caciquismo, el intercambio de favores y las barreras a la participación. El libro está lleno de anécdotas que, partiendo de una excepcionalidad, se han convertido en la norma.
Villena en “¿Cómo se Gobierna España?” demuestra, usando modelos de ecuaciones estructurales, que los gobiernos patrios son redes partidistas copadas por sectores de influencia política, parlamentaria, autonómica, empresarial y universitaria. Como consecuencia España acaba siendo gobernada a golpe de puerta giratoria bajo la presencia de algunos grupos de poder no elegidos por los ciudadanos. En definitiva, la gestión del poder recae en grupos afines no controlados por los ciudadanos, núcleo político, donde las puertas giratorias son el rasgo distintivo.
Vamos camino de convertirnos en un país de camareros y crupieres, salarios bajos, endeudado hasta las cejas y con una democracia de muy baja calidad
Este análisis podría complementarse con otra idea fundamental para entender nuestro devenir, y que ha marcado el futuro de nuestro país. ¿Cuál ha sido el papel asignado a España dentro de la Unión Europea, y asumido y jadeado por nuestras élites políticas y económicas? Como consecuencia del papel que nos asignaron, España no sólo ha ido perdiendo paulatinamente peso e influencia en la esfera internacional. La cuestión es que además hoy carecemos de unas élites, políticas y económicas, medianamente preparadas para defender con uñas y dientes el bienestar y el futuro de sus conciudadanos. Nuestro problema, en definitiva, es la mediocridad de quienes nos dirigen. Jamás habíamos caído tan bajo. El resultado, la falta de un relato de pasión e ilusión en la defensa de los intereses de nuestros conciudadanos.
Nuestro declive dentro de Europa
Si echamos la vista atrás, el origen de los problemas actuales se remonta a mediados de los 80, justo con la entrada en vigor del Tratado de Adhesión a la Comunidad Europea, cuando las élites patrias cedieron ante las del norte y centro de Europa. Asumieron sin más una reconversión industrial y una liberalización y apertura de nuestros mercados de bienes y servicios, que unidos a la libre movilidad de capitales, acabó siendo absolutamente nefasto para nuestro devenir futuro. El papel que nos “asignaron” implicaba una desindustrialización masiva, una tercerización de la economía y una bancarización excesiva.
El problema se agudizó cuando el Banco Central Europeo, allá por 2002, implementó una política monetaria excesivamente expansiva, con el objetivo último estimular la economía teutona para que Alemania no tuviera que expandir su crecimiento vía política fiscal. Ello aceleró e infló hasta límites insospechados la burbuja inmobiliaria patria. Pero no contentos con tanto dislate, nos dieron doble ración de cicuta, ya que los pasivos bancarios garantizados se acabaron convirtiendo en deuda pública, impidiendo una restructuración privada de la deuda a costa de acreedores, básicamente foráneos.
Pese a nuestras élites España es emprendedora, con un tejido exportador empresarial excepcional que, desde 1994, no deja de aumentar sus ventas por el mundo, tanto a nivel intensivo como extensivo
En definitiva, y derivado de lo que describen Benegas, Blanco y Villena, nos hemos convertido en un país de camareros y crupieres, salarios bajos, endeudado hasta las cejas, sin futuro. Eso sí, nuestras élites patrias, profundamente rentistas, bajo una amalgama de normas y regulaciones destinadas a favorecer a las grandes empresas amigas, están forradas, sin aportarnos absolutamente nada. Y todo ello bajo la mirada atenta de unos medios de comunicación aduladores del poder, y desleales con sus conciudadanos.
España tiene futuro
Aunque cada día que pasa es más complicado, España sí que tiene futuro. Pasa irremediablemente por una reforma que establezca la separación de poderes, el control sobre el poder político, y que se garantice la igualdad de acceso al sistema de todos los ciudadanos españoles, de manera que el ascensor social funcione. Porque a fecha de hoy no somos iguales ante la ley. Las élites obtienen descaradamente un trato de favor desde todos los poderes del Estado. Es necesario, en definitiva, una profunda regeneración de la vida pública que devuelva la capacidad de decisión a los ciudadanos y a la sociedad civil, y orille sin miramientos a todos aquellos que han secuestrado nuestra democracia.
Cuando ello ocurra, nuestros problemas económicos y sociales se irán desinflando porque, pese a nuestras élites, y, paradójicamente, España es emprendedora, con un tejido exportador empresarial excepcional que, desde 1994, no deja de aumentar sus ventas por el mundo tanto a nivel intensivo como extensivo. Y todo ello a pesar de un sistema impositivo, unas normas y regulaciones que favorecen al Ibex 35, profundamente rentista, y que apenas genera valor añadido en nuestra querida España. Pero para ello, hoy y ahora los españoles tenemos unas obligaciones, luchar por garantizar la libertad y una igualdad de acceso que unos pocos nos han hurtado. De nosotros depende.


viernes, 11 de mayo de 2018

Podemos Madrid: al cielo o al suelo.



 Artículo de Juan Carlos Monedero de fecha 22/4/2018 en Público.

Nacer con fuerza pero mantener el impulso
Los comienzos fulgurantes siempre tienen una crisis de crecimiento. Lo importante no es ganar los primeros partidos o golear a los gigantes en algunas confrontaciones. La grandeza está en, después de un arranque mágico, mirar a largo plazo y disponerse a ganar una liga que será igualmente larga. Gobernar en el ayuntamiento de Madrid, de Barcelona, de Santiago, de A Coruña, de Zaragoza, de Cádiz, tener cinco millones de votos y haber sacado 71 diputados forma parte de esa llamarada. Solventar la crisis de Madrid puede ser la piedra de toque de lo que vaya a pasar con Podemos en las elecciones municipales y autonómicas de 2019 y las generales de 2020.
Pasar de amigos a compañeros
Lo que en Podemos fue inicialmente de gran ayuda –un partido fundado por personas muy próximas en un Departamento universitario- luego se convirtió también en un problema. Lo dice Shakespeare en su Julio César: si conoces a un individuo tanto en su cotidianeidad, te resulta más complicado entender después sus nuevas funciones. Es verdad que la amistad dificulta entender el papel de los órganos porque siempre tienes la tentación de hablarlo personalmente. Eso es un problema en Podemos. Esto se solventa engrasando la organización. Que los órganos sirvan. Tienen que hablar menos las personas y hablar más los órganos.

Aceptar las decisiones del partido o marcharte

En un partido hay un Secretario General, que es quien gana los procesos internos. Y hay una Ejecutiva, que lleva el día a día. Y una Asamblea, que es el órgano máximo. Eso hay que respetarlo. En nombre de la amistad no valen las ambiciones personales ni hacer valer ningún privilegio más allá de los órganos. Cinco millones de votos tienen que ver con un proyecto político, no con voluntades particulares. Por eso es esencial la democracia interna en las organizaciones. Y cuando no se respeta, se sitúa uno fuera del partido. Aunque te apoyen los medios enemigos de tu organización en tu camino al margen de tu partido (aunque reclames además los recursos del partido). Además, no es verdad que te quieran. Te usan para hacer daño al partido. Y lo honesto es no dejarte utilizar.
Donde menos te lo esperas, salta la liebre

Decía Gramsci: ataca al adversario intelectualmente en donde sea más fuerte, y golpéalo políticamente en donde sea más débil. Nunca ha estado tan frágil el PP en Madrid como con el Mastergate. Es paradójico, pero es así.
El PP ha reventado quizá las más relevantes instituciones madrileñas: hundieron y se robaron la Caja de Ahorros y Monte de Piedad (Bankia). Han puesto en un brete el agua de Madrid en el Canal de Isabel II. Han asestado un golpe brutal a la sanidad pública privatizándola, endeudando a la comunidad y sin aumentar el número de camas. Y han demostrado su herencia nacional-católica reduciendo el número de profesores en la pública y apoyando a la enseñanza privatizada (con espectáculos como el cobro de Granados de un millón de euros por colegio concertado). Sin embargo, lo que más ha indignado a la ciudadanía ha sido la corrupción vinculada al falso máster de Cifuentes y al Máster regalado de Pablo Casado. Porque las familias entienden el esfuerzo que significa pagar una carrera y el endeudamiento que les implicó pagar un máster a sus hijos. De hecho, lo entienden mejor los padres que los hijos. Esta crisis beneficia a los de Rivera. Como son muy parecidos -salvo porque Ciudadanos nunca ha gobernado-, el trasvase de votos del PP a Ciudadanos está servido.
Frente a la picaresca inmunda de Cifuentes y Casado, la figura de Ángel Gabilondo, un hombre gris y aburrido al que no se le conocen grandes ideas (aunque haya leído mejor a Kant que otros políticos), creció de manera no menos paradójica. La moción de censura presentada por Podemos que no quiso apoyar cuando el caso Lezo, resucitó de la mano de asesores que le dijeron al profesor: si el marco político se convierte en que el PP es un partido que se ha robado una universidad pública, un Rector “Bolonia”, aburrido, recto y serio, convencional, burocrático y previsible es un regalo del cielo. Y un partido que no contaba, el PSOE, volvía a contar, al tiempo que Ciudadanos emergía como el recambio del PP. Queda mucho tiempo, pero ahora mismo ese marco, aunque sacrifica las grandes corrupciones del PP para quedarse con una más pequeña, es poderoso.

Un espectáculo interno bochornoso

Hubo gente en Podemos que, en este marco de repunte del PSOE y Ciudadanos, se puso nerviosa. De pronto nos encontramos, otra vez y para bochorno generalizado, con una nueva edición de aquello que se llamó Jaque Pastor, es decir, gente de Podemos que desobedecía a las bases, que despreciaba el resultado de las primarias y Vistalegre y que, apoyada por algunos medios de comunicación (alguno incluso progresista), estaba dispuesta a dar un golpe palaciego contra la dirección de Podemos. Más allá de que esto nos obliga a todos los que tenemos algo que ver con Podemos a pedir disculpas, este Mate Pastor 2, como lo ha llamado Enric Juliana, marca un punto de inflexión en Podemos: o sale de esta segunda crisis con las cosas claras o las inscritas y los inscritos no van a estar dispuestas a seguir dando la cara.
Carolina Bescansa desencontró su rumbo desde, al menos, Vistalegre 2. Es probable que incluso antes. Como experta electoral debiera haber previsto que lo que decían las encuestas en las elecciones generales de junio de 2016 sobre el sorpasso no era cierto. Eso determinó una campaña electoral errónea, donde Podemos perdió un millón de votos. La autocrítica brilló por su ausencia. En Vistalegre 2 quiso jugar una baza personal que las bases no acompañaron, lo que le llevó a buscar espacios públicos aun a costa de hacer daño al partido (los medios siempre te van a dar una enorme cancha cuando alguien relevante de Podemos dice que el partido se equivoca en cualquier cosa, sea la plurinacionalidad, la prisión permanente revisable o cualquier otro asunto).

El último disparate, con maneras de sainete, ha sido autofiltrar en su canal de Telegram un documento. En él se planteaban unos acuerdos con Íñigo Errejón para tumbar a Pablo Iglesias, repartiéndose el partido, puestos, recursos y, por supuesto, traicionando a las bases de Podemos que decidieron en Vistalegre el rumbo de la organización. Inaudito. En ese documento, primaban los intereses personales por encima de los del conjunto de la organización. Descubiertas sus intenciones por la torpeza de guardar el documento en su canal público, cometió además el error imperdonable de mentir, echando las culpas a un inexistente equipo y diciendo que no lo había mandado desde su teléfono personal, cosa que obligó a los medios a demostrar que estaba faltando a la verdad. Despreciar a las bases y mentir van contra los documentos éticos de Podemos. El Congreso pierde a una mala política y la Universidad gana una buena profesora.

Las listas Macron solo son buenas para el bipartidismo

Antes de la autofiltración, Bescansa se había reunido durante un par de horas con Íñigo Errejón en su despacho del Parlamento. De no tener nada que ver con ese delirio, su obligación al salir de esa reunión debiera haber sido comunicar esa locura a los órganos del partido. Cosa que no hizo y que tiene muy enfadadas a las bases de Podemos. Porque llueve sobre mojado. Sin embargo, la responsabilidad obligaba a encontrar una solución. Pablo Iglesias recibió un encargo en Vistalegre: cuidar del partido. Ante el escándalo, reunió a las partes, las escuchó y zanjó la discusión sobre la candidatura de Errejón a la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Iglesias ha entendido que Errejón es un buen candidato de Podemos a la Comunidad. Cosa que comparto siempre que no se parezca excesivamente a Gabilondo (¿por qué te van a votar a ti si no quedan claras las diferencias?  ¿No es evidente que el PSOE no tiene proyecto, lo que se demuestra en su desesperado intento de buscar candidatos a la alcaldía fuera de su partido? ¿No debe Podemos recordar las cosas que le llevaron a nacer como partido? ¿Cómo que Podemos no quiere molestar a los de arriba?). La candidatura de Errejón en Madrid no será en los términos personalistas que defendían algunos medios y que buscaban una suerte de Lista Macron progresista. Al contrario, vuelve a recuperar el espíritu 15M. Es una lista con voluntad de ganar que recoge el mandato de las bases. Esto es esencial porque es lo que permite a las bases entenderla como una lista que representa la existencia de Podemos como la fuerza del cambio en Madrid y en España.

Escribía recientemente Owen Jones que las Listas Macron tienen tres problemas: por un lado, el exceso de márketing quita firmeza contra los grandes retos (lo que no quieres confrontar porque no es un “marco ganador” nunca lo vas a poner en tu agenda de gobierno). En segundo lugar, al no ir al fondo del problema, corres muchos riesgos de que la solución se deslice hacia el  statu quo. En el caso de Macron, bajar impuestos a los ricos, subir las exigencias laborales, demonizar a los inmigrantes, plegarse a Merkel o bombardear Siria. En tercer lugar, y no menor, las listas Macron debilitan el triunfo de la izquierda y las fuerzas progresistas. De hecho, los laboristas ingleses, denuncia Jones, están intentando poner en marcha una lista de estas características que para lo único para lo que serviría sería para evitar que Corbyn ganase las elecciones. No es extraño que, en España, los medios de comunicación que no quieren que gane Podemos lleven haciendo lo posible y lo imposible para que nazca una Lista Macron –siempre presentada como una lista tecnócrata, moderna, avanzada- que pudiera romper a la formación morada. Los mismos que hacen ese elogio envenenado y falso son los que nunca han votado ni votarán a los morados. Pero hace tiempo que las bases de Podemos han visto esa intención y, además, la inteligencia ha triunfado.

Desenlace en Madrid: al cielo o al suelo

La enorme responsabilidad política de Pablo Iglesias ha contado con la generosidad y visión de Ramón Espinar, con la inteligencia de Íñigo Errejón y la lealtad y consciencia de las bases de Podemos para zanjar definitivamente esta inoportuna crisis. Iglesias ha escuchado a Errejón y ha dicho que confía en él como candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid (en un escenario donde ha quedado claro que Podemos tiene que hacer un esfuerzo por incrementar la presencia de las mujeres). Esta crisis se ha solventado atendiendo al interés de todas las partes: de Errejón, que quiere hacer una campaña con autonomía y tener su propio equipo, y del conjunto de la organización, que no aceptaba una “superbaronía con poderes plenipotenciarios” y que quiere que Podemos en la Comunidad de Madrid sea una pieza fundamental del cambio en 2019 y 2020.

El desenlace de la candidatura de Podemos en la Comunidad de Madrid a favor de Errejón ha dejado con el pie cambiado a los Anticapitalistas, que esperaban poder afianzar su presencia pese al escaso apoyo que han recibido en los procesos de primarias. La portavoz Lorena Ruiz-Huerta anunció en televisión que se salía del proyecto, cosa que sería un error. Podemos tiene que armar un Frente Amplio y hacen falta todos. De lo contrario, seguirá gobernando la derecha. Es verdad que no es fácil, porque cuando gobernar no es una prioridad para una formación política (IA prima la pureza de su ideología), su capacidad de entorpecer la tarea de gobierno es muy alta. Los Anticapitalistas debieran también pensar que la última vez que se presentaron en solitario sacaron en toda España 23.000 votos, mientras que ahora son quizá el grupo trotskista con mayor presencia institucional del mundo. Esa responsabilidad quizá les haga cambiar de opinión.

La última palabra, como no podía ser de otra manera, la tienen las bases, que son las que van a decidir el orden de la lista de Podemos en la Comunidad de Madrid. Podemos está inventando nuevas formas de hacer política heredadas del 15M. Ya no son las cúpulas quienes deciden en una reunión secreta quién se presenta y quién no. Es el momento de la democracia interna. En las listas van a ser las inscritas y los inscritos quienes indentifiquen lo que significa nueva política y lo que está lastrado por una biografía institucional demasiado densa (es lo que, creo, pasa con  Tania Sánchez). Creo que si se acierta, Podemos podrá decir “De Madrid al cielo”, porque hay cientos de miles de madrileñas y madrileños esperando una fuerza política capaz, honesta, consciente y valiente que ponga fin a un cuarto de siglo de saqueo del PP.

Los procesos de primarias son procesos de confrontación de proyectos. No hay que tenerles miedo (recordemos la lucha entre Bernie Sanders y Hillary Clinton en las primarias demócratas). Lo relevante es que, una vez que las bases decidan, el partido se ponga, como una sola mujer y un solo hombre, manos a la obra. Es en las primarias donde tienen que emerger las diferencias, las miradas, las heterogénas tácticas y las desiguales estrategias. Lo honesto es hacerlo a la luz, para que pueda debatirse. Claro que hay proyectos diferentes en Podemos. Pero todos comparten la importancia del nuevo ciclo, la herencia del 15M, el fin de las políticas de austeridad, la urgencia medioambiental, la revolución feminista, el reto migratorio, la creación de empleo digno, la necesidad de sumar lucha institucional y lucha social. Si Podemos es capaz de hacer de este debate en Madrid un proceso virtuoso quedarán sentadas las bases para que 2019 y 2020 sean los años del cambio en España porque Podemos habrá consolidado su condición de partido-movimiento en nuestro país.



martes, 8 de mayo de 2018

Cobrar una pensión decente no es principio 'inspirador' sino un derecho a ejercer


Artículo de Xavier Caño Tamayo en Nueva Tribuna de fecha 20/4/2018.
Bancos y fondos de inversión presionan para que las pensiones públicas se rebajen más y más y los asalariados crean que han de suscribir planes privados de pensiones.
Desde el sector de fondos privados de pensiones dan por hecho que la reforma de las pensiones de 2013, perpetrada unilateralmente por el Gobierno Rajoy, hará perder poder adquisitivo a los pensionistas
El fin de semana de 14 y 15 de abril, miles y miles de pensionistas salieron de nuevo a la calle en un centenar de manifestaciones y concentraciones por todo el Reino de España para exigir pensiones dignas. Tercera vez en poco tiempo que los pensionistas toman las ciudades para exponer alto y claro sus reivindicaciones que se resumen en exigir pensiones dignas.
A pesar de esa claridad, Rajoy ha tenido la desfachatez de responderles, que “la recuperación económica no ha llegado a donde todos queremos  y no tenemos los recursos suficientes para poder subir más las pensiones”. Sin embargo, sí hay recursos para salvar de la quiebra autopistas que no hacían falta (las radiales de Madrid o la de Madrid-aeropuerto de Barajas). O para salvar bancos.
Hay recuperación económica y así lo muestran el crecimiento del PIB, la inversión en bienes de equipo, el mayor consumo de familias, más ventas y cifra de negocios, más exportaciones... Pero que recuperación es si no permite subir las pensiones ni actualizarlas según el coste de vida. No es recuperación verdadera, sino solo contra-reforma laboral del Partido Popular que no logrado reducir el paro a niveles europeas, ha disparado el trabajo precario, cronificado los bajos salarios y abierto un horizonte sin futuro a los jóvenes que soportan un 37% de paro. 
La OCDE advierte a España
También la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) se ha referido a los pensionistas españoles. En reciente informe alerta de que en España "será difícil garantizar una pensión decente". Situación en España muy preocupante para la OCDE, porque pronto será el segundo país más envejecido de la organización, tras Japón, lo que hace muy inseguro el futuro de la ciudadanía de la tercera edad.
En ese escenario, los fondos privados de pensiones están encantados con la reforma del sistema español de pensiones, perpetrada en 2013 por el gobierno Rajoy. Les ofrece un gran espacio de negocio para captar más y más asalariados que suscriban sus mal llamadas pensiones privadas. Por eso Ángel Martínez-Aldama, presidente de Inverco (Instituciones de Inversión Colectiva), declaró que, con la previsible bajada de las nuevas pensiones en los próximos años, las públicas "deberían complementarse con un sistema de capitalización". En román paladino significa que pretenden crear grandes fondos de inversión para especular en los mercados financieros. Fondos alimentados con las aportaciones mensuales de millones de asalariados, claro.
Como en Reino Unido y Holanda, por ejemplo, Inverco espera una oleada de suscripciones a sus sistemas privados de pensiones, gracias a la rebaja de las pensiones públicas.
Pensiones 'privadas', especulación y crisis financieras
El problema es que el dinero de esos planes de pensiones es para especular. Pero la especulación financiera es muy suya. Solo recordemos que desde 1873 ha habido varias crisis financieras internacionales de desagradables consecuencias para mucha gente.
Hubo crisis ese año en las bolsas de Viena y Nueva York, crisis que provocó una profunda recesión internacional. En 1890 la hubo en Argentina y Uruguay y la crisis de 1907 afectó a EEUU, Canadá y México. La más conocida de 1929 estalló por el colapso de la bolsa de Nueva York y provocó  la Gran Depresión que empobreció a más de medio mundo y estuvo en el origen de la Segunda Guerra Mundial. En 1982, hubo una crisis atroz por las deudas externas de América Latina. Y en 1989 y 1990 hubo crisis financiera en Japón más las crisis asiáticas de 1997 y 1998.
En 2001 hubo en EEUU la crisis financiera de las empresas puntocom, por la euforia especuladora con las nuevas empresas del naciente mundo de Internet. La crisis de 2008 es la actual y más conocida porque estalló en los mercados financieros de Nueva York y Londres en otoño de 2008 y luego siguió la recesión mundial. Aún colea y el origen de la crisis estuvo en la monumental estafa de venta de bonos-basura que ocultaban préstamos hipotecarios incobrables que envenenaron el sector financiero, reduciendo los balances bancarios a casi nada.
Cabe concluir, pues, que fiar la futura pensión privada complementaria del jubilado a la especulación financiera es verdaderamente arriesgado. Es lo que tiene frecuentar malas compañías y especular en mercados financieros.
Pensiones 'privadas' como complemento, negocio para fondos de inversión
Pero reconozcamos que Inverco no quiere que desaparezcan las pensiones públicas. Deben existir, asegura su presidente, y defiende combinar las pensiones públicas con las aportaciones de fondos privados. Lo que no dice es esos fondos y bancos implicados presionan para que las pensiones públicas se rebajen más y más y los asalariados crean que han de suscribir planes privados de pensiones. Así hacen negocio los fondos de inversión, tras los que están los grandes bancos.
Desde el sector de fondos privados de pensiones dan por hecho que la reforma de las pensiones de 2013, perpetrada unilateralmente por el Gobierno Rajoy, hará perder poder adquisitivo a los pensionistas. Según el Banco de España, habrá una caída muy significativa de la tasa de sustitución de 20 puntos porcentuales en 2060. Esa tasa es el porcentaje de la pensión de jubilación a cobrar respecto al último sueldo de la etapa laboral. ´Calculen. Así, en unas décadas, las pensiones serán una quinta parte más bajas que las actuales. Si hoy cobras 1000, cobrarás 800. El mundo al revés. Las pensiones bajarán en vez de aumentar, pero la vida y los precios subirán.
Desde el Banco de España explican que ese descenso será por aplicar el índice de revalorización del gobierno del PP. Invento para que las subidas anuales de las pensiones sean siempre las mínimas: ese miserable 0,25%. Será así porque la Seguridad Social siempre estará en déficit, pues así lo han preparado Rajoy y su gobierno. Por ejemplo, apuntando como pérdida de la Seguridad Social los millones pedidos al gobierno para abonar la última pensión extraordinaria de diciembre, cuando podía haber sido una transferencia y no constar como déficit.
También se rebajarán las pensiones por el 'factor de sostenibilidad', segundo invento de la depredadora reforma de 2013. Moderno pillaje (en vigor desde 2019 para los pensionistas que se jubilen ese año) que incorpora la esperanza de vida al cálculo de la pensión, aunque no han concretado como será. La embaucadora propuesta es que, como vivimos más años, el dinero de las pensiones se rebaja para atender esos años de más. Como si fuera un dinero fijo, intocable e inamovible. Y no es así. El dinero para pensiones debe ser el que se presupueste sin cálculos raros. Ese 'factor de sostenibilidad' pretende que, si vives más años, cobras menos pensión y, si no te gusta, muérete. De  hecho, hubo un cargo gubernamental de Japón que pidió a los jubilados de su país que se hicieran el hara-kiri para contribuir al equilibrio presupuestario. Y no es un chiste.
El truco de la esperanza de vida
Para financiar las pensiones (y todos los derechos sociales necesarios) sobran los inventos tramposos sobre sostenibilidad
Incorporar la esperanza de vida (cada vez mayor en países desarrollados) para calcular las pensiones es perverso y falaz. Porque la esperanza de vida es un futurible inexacto e impreciso, más la falsedad manifiesta de que el dinero para pensiones se da a entender que es de un volumen limitado. ¿Por qué ha de serlo? Hablamos de derechos y la pensión es un derecho humano. Pero les da igual y el Banco de España ya ha profetizado que las pensiones públicas solo serán posibles... si se recortan. Lo que supondría una pérdida constante del poder adquisitivo de los pensionistas... hasta que la mayoría caiga en riesgo de pobreza y exclusión social.
Lo cierto y justo es que hay que dar puerta al sistema actual por el que las pensiones se financian con las cotizaciones de los trabajadores activos. Ya no sirve en tiempo de inseguridad económica. Lo que ha de imperar en las pensiones públicas es que recibir una pensión decente es un derecho indiscutible sin necesidad de recurrir a complementos de fondos privados.
Miren Etxezarreta, catedrática emérita de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona, denuncia desde hace años el disparate económico de hablar de insostenibilidad de las pensiones, porque, aunque hoy se financien con las cotizaciones de los trabajadores, no tiene porque ser así. Hay estados (Dinamarca o Suecia), donde las pensiones se financian con impuestos.
Para financiar las pensiones (y todos los derechos sociales necesarios) sobran los inventos tramposos sobre sostenibilidad. La solución es una fiscalidad justa, progresiva y suficiente. Justicia Fiscal. Y no marear la perdiz con la insostenibilidad de las pensiones públicas, falacia nada sutil en beneficio de los fondos de inversión, la banca en general y otros negocios capitalistas dignos de toda sospecha.
Cobrar una pensión decente es un derecho a respetar. A rajatabla. No es un principio 'inspirador', sino un derecho a concretar en cifras suficientes. Cobrar una pensión ha de ser un derecho tangible, intrínsecamente relacionado con el derecho esencial que hace posibles todos los demás: el derecho a la vida del artículo 3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Pues, si no se dispone de medios materiales que garanticen la existencia (alimentarse, vestirse, vivir bajo techo, calefacción en invierno), el derecho a la vida se convierte en una burla. Y una pensión digna asegura esos medios materiales y, por tanto, garantiza el derecho a la vida.