Artículo de Juan Laborda en su
blog en vozpopuli de fecha 13.10.2016
El crecimiento se ha ido, se ha
esfumado, desapareció hace tiempo. Fue reemplazado por la mayor generación de
deuda de la historia, instrumento utilizado por las élites para mantener la
tasa de retorno del capital e implementar una acumulación de riqueza sin
precedentes. Esta es la única realidad y no hay nada que indique que no se veía
venir. Pero hay culpables, claro que hay culpables. Existe una estrecha
relación entre una fase de crecimiento y/o contracción económica y los actores
políticos. La economía no es más que el encubrimiento de la política.
La clase dominante trata de
aferrarse a un poder menguante, produciendo números positivos falsos.
La clase dominante -política,
económica y mediática- trata de aferrarse a un poder menguante, produciendo
números positivos falsos y afirmando no solo que la suya es la única manera de
actuar -cuando solo es más de lo mismo- sino que además no hay alternativa. Un
ejemplo es lo sucedido alrededor del déficit presupuestario patrio, la deuda
soberana y la política fiscal. Al final pasará aquello que ya predijimos, una
vez mantenido el “Régimen”, se volverá a implementar un duro ajuste
presupuestario que afectará negativamente al crecimiento económico. Pero ya se
han cobrado su primera víctima, el Partido Socialista Obrero Español. Es el
sacrificio inicial para tratar de mantener el statu-quo.
Banca, deuda soberana y Euro
sistema
Ahora toca de nuevo la
austeridad. El objetivo final es liberar fondos de todos por si acaso vienen
mal dadas y la banca europea estalla. Pero a su vez hay que seguir generando
deuda pública que sirva de colateral a la banca patria. En su momento nos
obligaron a “reconvertir” nuestra industria, pusieron límites a nuestro sector
agrario. Ahora ya saben las consecuencias, país de camareros y crupieres, país
que solo crece vía burbujas, país endeudado sin límites. Solo resiste, como esa
aldea gala, un sector exportador patrio de pequeñas y medianas empresas inmune
hasta ahora al “Juego de Tronos”.
Se permitió la expansión fiscal
al ejecutivo del PP por razones estrictamente políticas, mantener al régimen
patrio que forma parte de la estructura de poder de las élites extractivas
paneuropeas
Ya saben ustedes nuestros
argumentos detrás de tanta barbaridad. Por un lado, las entidades financieras
españolas, para evitar que colapsen, reciben ingentes cantidades de inyección
de liquidez del Euro sistema (Banco Central Europeo y Bancos Nacionales), lo
que ha provocado el aumento de los desequilibrios del Target 2 (ya explicamos
todo ello en un blog previo). Por otro, desde mediados de 2013, permitieron una
expansión fiscal al ejecutivo del PP por razones estrictamente políticas,
mantener al “Régimen” patrio que forma parte de la estructura de poder de las
élites extractivas paneuropeas, a la vez que se generaba ese colateral
necesario para que la banca siga recibiendo fondos del Euro sistema.
Las élites alimentan el populismo
xenófobo
Pero el trasfondo es más duro. El
objetivo final de los defensores de la austeridad era intentar cambiar el
modelo social, privatizar todo -incluida la sanidad y la educación-, forrarse a
nuestra costa. Se trataba de favorecer un proceso de acumulación de riqueza en
pocas manos. Pero ahora están asustados. Saben que a las élites políticas
actuales les queda poco tiempo. Los partidos tradicionales serán culpados, y
con razón, en la mayoría de los casos, por la caída del sistema económico. Y
aquí viene el problema. Las élites en este escenario favorecerán movimientos
xenófobos. Gente como Bernie Sanders y Jeremy Corbyn, que tienen ideas
valientes sobre la redistribución de la riqueza, no les interesan y harán todo
lo posible por apartarlos de la escena política. Ah, no les quepa ninguna duda
que ahora esas élites limitarán la globalización. No por convicción, sino por
necesidad.
Es completamente falso que las
nuevas personas llegadas de fuera sean de alguna manera las culpables del
deterioro de las condiciones de vida de uno
El descontento se está
extendiendo como la espuma en la mayoría de las democracias, fundamentalmente
por que ha sido completamente ignorado por las clases dominantes. Un ejemplo es
el empobrecimiento de las clases medias. Por eso surgen dinámicas peligrosas a
las cuales las mismas élites se suelen agarrar, e incluso instigar. Si la
mayoría de la gente tuviera una vida confortable de clase media, la aversión a
los inmigrantes y refugiados sería menor. Pero hay que buscar un culpable
distinto a la superclase. Es completamente falso que las nuevas personas
llegadas de fuera sean de alguna manera las culpables del deterioro de las
condiciones de vida de uno. Pero es un terreno fértil para la xenofobia. Las
élites dominantes enseguida se adaptan a esta situación. La historia es un buen
ejemplo de cómo coquetean con esa alma xenófoba, el odio al que viene de fuera.
Y todo por no ceder una parte de su riqueza y favorecer un crecimiento
económico que beneficie a todos.
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