Artículo de
Xavier Caño Tamayo en Nueva Tribuna de fecha 20/4/2018.
Bancos y fondos de inversión presionan para que las pensiones públicas
se rebajen más y más y los asalariados crean que han de suscribir planes
privados de pensiones.
Desde el sector de fondos privados de pensiones dan por hecho que la
reforma de las pensiones de 2013, perpetrada unilateralmente por el Gobierno
Rajoy, hará perder poder adquisitivo a los pensionistas
El fin de semana de 14 y 15 de abril, miles y miles de pensionistas
salieron de nuevo a la calle en un centenar de manifestaciones y
concentraciones por todo el Reino de España para exigir pensiones dignas.
Tercera vez en poco tiempo que los pensionistas toman las ciudades para exponer
alto y claro sus reivindicaciones que se resumen en exigir pensiones dignas.
A pesar de esa claridad, Rajoy ha tenido la desfachatez de responderles,
que “la recuperación económica no ha llegado a donde todos queremos y
no tenemos los recursos suficientes para poder subir más las pensiones”.
Sin embargo, sí hay recursos para salvar de la quiebra autopistas que no hacían
falta (las radiales de Madrid o la de Madrid-aeropuerto de Barajas). O para
salvar bancos.
Hay recuperación económica y así lo muestran el crecimiento del PIB, la
inversión en bienes de equipo, el mayor consumo de familias, más ventas y cifra
de negocios, más exportaciones... Pero que recuperación es si no permite subir
las pensiones ni actualizarlas según el coste de vida. No es recuperación
verdadera, sino solo contra-reforma laboral del Partido Popular que no logrado
reducir el paro a niveles europeas, ha disparado el trabajo precario,
cronificado los bajos salarios y abierto un horizonte sin futuro a los jóvenes
que soportan un 37% de paro.
La OCDE advierte a España
También la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE)
se ha referido a los pensionistas españoles. En reciente informe alerta de que
en España "será difícil garantizar una pensión decente".
Situación en España muy preocupante para la OCDE, porque pronto
será el segundo país más envejecido de la organización, tras Japón, lo que hace
muy inseguro el futuro de la ciudadanía de la tercera edad.
En ese escenario, los fondos privados de pensiones están encantados con la
reforma del sistema español de pensiones, perpetrada en 2013 por el gobierno
Rajoy. Les ofrece un gran espacio de negocio para captar más y más asalariados
que suscriban sus mal llamadas pensiones privadas. Por eso Ángel
Martínez-Aldama, presidente de Inverco (Instituciones de Inversión Colectiva),
declaró que, con la previsible bajada de las nuevas pensiones en los próximos
años, las públicas "deberían complementarse con un sistema de
capitalización". En román paladino significa que pretenden crear
grandes fondos de inversión para especular en los mercados financieros. Fondos
alimentados con las aportaciones mensuales de millones de asalariados, claro.
Como en Reino Unido y Holanda, por ejemplo, Inverco espera una oleada de
suscripciones a sus sistemas privados de pensiones, gracias a la rebaja de las
pensiones públicas.
Pensiones 'privadas', especulación y crisis financieras
El problema es que el dinero de esos planes de pensiones es
para especular. Pero la especulación financiera es muy suya. Solo recordemos
que desde 1873 ha habido varias crisis financieras internacionales de
desagradables consecuencias para mucha gente.
Hubo crisis ese año en las bolsas de Viena y Nueva York, crisis que provocó
una profunda recesión internacional. En 1890 la hubo en Argentina y Uruguay y
la crisis de 1907 afectó a EEUU, Canadá y México. La más conocida de 1929
estalló por el colapso de la bolsa de Nueva York y provocó la Gran
Depresión que empobreció a más de medio mundo y estuvo en el origen de la
Segunda Guerra Mundial. En 1982, hubo una crisis atroz por las deudas externas
de América Latina. Y en 1989 y 1990 hubo crisis financiera en Japón más las
crisis asiáticas de 1997 y 1998.
En 2001 hubo en EEUU la crisis financiera de las empresas puntocom,
por la euforia especuladora con las nuevas empresas del naciente mundo de
Internet. La crisis de 2008 es la actual y más conocida porque estalló en los
mercados financieros de Nueva York y Londres en otoño de 2008 y luego siguió la
recesión mundial. Aún colea y el origen de la crisis estuvo en la monumental
estafa de venta de bonos-basura que ocultaban préstamos hipotecarios
incobrables que envenenaron el sector financiero, reduciendo los balances
bancarios a casi nada.
Cabe concluir, pues, que fiar la futura pensión privada complementaria del
jubilado a la especulación financiera es verdaderamente arriesgado. Es lo que
tiene frecuentar malas compañías y especular en mercados financieros.
Pensiones 'privadas' como complemento, negocio para fondos de inversión
Pero reconozcamos que Inverco no quiere que desaparezcan las pensiones
públicas. Deben existir, asegura su presidente, y defiende combinar las
pensiones públicas con las aportaciones de fondos privados. Lo que no dice es
esos fondos y bancos implicados presionan para que las pensiones públicas se
rebajen más y más y los asalariados crean que han de suscribir planes privados
de pensiones. Así hacen negocio los fondos de inversión, tras los que están los
grandes bancos.
Desde el sector de fondos privados de pensiones dan por hecho que la
reforma de las pensiones de 2013, perpetrada unilateralmente por el Gobierno
Rajoy, hará perder poder adquisitivo a los pensionistas. Según el Banco de
España, habrá una caída muy significativa de la tasa de sustitución de 20
puntos porcentuales en 2060. Esa tasa es el porcentaje de la pensión de
jubilación a cobrar respecto al último sueldo de la etapa laboral. ´Calculen.
Así, en unas décadas, las pensiones serán una quinta parte más bajas que las
actuales. Si hoy cobras 1000, cobrarás 800. El mundo al revés. Las pensiones
bajarán en vez de aumentar, pero la vida y los precios subirán.
Desde el Banco de España explican que ese descenso será por aplicar el
índice de revalorización del gobierno del PP. Invento para que las subidas
anuales de las pensiones sean siempre las mínimas: ese miserable 0,25%. Será así
porque la Seguridad Social siempre estará en déficit, pues así lo han preparado
Rajoy y su gobierno. Por ejemplo, apuntando como pérdida de la Seguridad Social
los millones pedidos al gobierno para abonar la última pensión extraordinaria
de diciembre, cuando podía haber sido una transferencia y no constar como
déficit.
También se rebajarán las pensiones por el 'factor de sostenibilidad',
segundo invento de la depredadora reforma de 2013. Moderno pillaje (en vigor
desde 2019 para los pensionistas que se jubilen ese año) que incorpora la
esperanza de vida al cálculo de la pensión, aunque no han concretado como será.
La embaucadora propuesta es que, como vivimos más años, el dinero de las
pensiones se rebaja para atender esos años de más. Como si fuera un dinero
fijo, intocable e inamovible. Y no es así. El dinero para pensiones debe ser el
que se presupueste sin cálculos raros. Ese 'factor de sostenibilidad' pretende
que, si vives más años, cobras menos pensión y, si no te gusta, muérete.
De hecho, hubo un cargo gubernamental de Japón que pidió a los jubilados
de su país que se hicieran el hara-kiri para contribuir al equilibrio
presupuestario. Y no es un chiste.
El truco de la esperanza de vida
Para financiar las pensiones (y todos los derechos sociales necesarios)
sobran los inventos tramposos sobre sostenibilidad
Incorporar la esperanza de vida (cada vez mayor en países desarrollados)
para calcular las pensiones es perverso y falaz. Porque la esperanza de vida es
un futurible inexacto e impreciso, más la falsedad manifiesta de que el dinero
para pensiones se da a entender que es de un volumen limitado. ¿Por qué ha de
serlo? Hablamos de derechos y la pensión es un derecho humano. Pero les da
igual y el Banco de España ya ha profetizado que las pensiones públicas solo
serán posibles... si se recortan. Lo que supondría una pérdida constante del
poder adquisitivo de los pensionistas... hasta que la mayoría caiga en riesgo
de pobreza y exclusión social.
Lo cierto y justo es que hay que dar puerta al sistema actual por el que
las pensiones se financian con las cotizaciones de los trabajadores activos. Ya
no sirve en tiempo de inseguridad económica. Lo que ha de imperar en las
pensiones públicas es que recibir una pensión decente es un derecho
indiscutible sin necesidad de recurrir a complementos de fondos privados.
Miren Etxezarreta, catedrática emérita de Economía Aplicada de la
Universidad de Barcelona, denuncia desde hace años el disparate económico de
hablar de insostenibilidad de las pensiones, porque, aunque hoy se financien
con las cotizaciones de los trabajadores, no tiene porque ser así. Hay estados
(Dinamarca o Suecia), donde las pensiones se financian con impuestos.
Para financiar las pensiones (y todos los derechos sociales necesarios)
sobran los inventos tramposos sobre sostenibilidad. La solución es una
fiscalidad justa, progresiva y suficiente. Justicia Fiscal. Y no marear la
perdiz con la insostenibilidad de las pensiones públicas, falacia nada sutil en
beneficio de los fondos de inversión, la banca en general y otros negocios
capitalistas dignos de toda sospecha.
Cobrar una pensión decente es un derecho a respetar. A rajatabla. No es un
principio 'inspirador', sino un derecho a concretar en cifras suficientes.
Cobrar una pensión ha de ser un derecho tangible, intrínsecamente relacionado
con el derecho esencial que hace posibles todos los demás: el derecho a la vida
del artículo 3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Pues, si no se
dispone de medios materiales que garanticen la existencia (alimentarse,
vestirse, vivir bajo techo, calefacción en invierno), el derecho a la vida se
convierte en una burla. Y una pensión digna asegura esos medios materiales y,
por tanto, garantiza el derecho a la vida.
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