Artículo de Pablo Echenique en
eldiario.es de fecha 14-7-2019.
Es legítimo buscar ventajas para la
propia formación política y, de hecho, es lo que todos hacemos en las campañas
electorales. Pero, cuando conseguir una ventaja para tu partido implica
empeorar el país, no resulta ni moral ni responsable hacerlo
A las personas que estamos en política
nos votan y nos pagan para que nos pongamos de acuerdo para resolver los
problemas del país, no para que nos pasemos dos meses y medio implementando
tácticas de presión mediática
Es un placer tener la oportunidad de escribir este artículo defendiendo las
ventajas de un gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos en
eldiario.es. En esta época de ruido, tácticas mediáticas de presión, amenazas
de repetición electoral, ajedrez aleatorio, tertulias sobre cuándo se van a
llamar los líderes por teléfono y semiótica experimental "de
cooperación", creo que nos viene bien a todos dedicarnos un rato a hablar
de lo importante, poner un poco de racionalidad y sensatez en el debate y
llamar a las cosas por su nombre.
Así que, ¿por qué un gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos?
¿Cuáles son sus ventajas?
En primer lugar, quiero aclarar que, para mí, las únicas ventajas
importantes y, desde luego, de las únicas que voy a hablar, son las ventajas
para la gente de mi país. Para mejorar sus condiciones materiales de vida y
para que todo el mundo pueda tener más seguridad vital, más derechos y más
esperanza en el futuro.
Porque quien, en esta coyuntura, sólo piense en las ventajas para su propia
formación política corre el riesgo de ir en contra de los intereses, las
necesidades y los anhelos de las personas que viven y trabajan en España.
Es legítimo buscar ventajas para la propia formación política y, de hecho,
es lo que todos hacemos en las campañas electorales. Pero, cuando conseguir una
ventaja para tu partido implica empeorar el país, no resulta ni moral ni
responsable hacerlo.
Como mejor se entienden las cosas es con un ejemplo:
¿Era ventajoso electoralmente para Podemos que la moción de censura que
hizo presidente a Pedro Sánchez saliera adelante? Es obvio que no. Lo sabíamos
nosotros en ese momento y así se ha demostrado. La plataforma política llamada
Moncloa suele dar una gran ventaja electoral al partido que la controla. Esto
lo sabe todo el mundo.
Pero, ¿era ventajoso para España que sacásemos al PP de la Gürtel del
gobierno aunque eso pudiera perjudicar electoralmente a Podemos? Obviamente sí.
Por eso trabajamos más que el PSOE para que esa moción de censura saliera
adelante. En ese momento pusimos los intereses del país por encima de los
intereses electorales de nuestro partido y estamos muy orgullosos de haberlo
hecho.
Retomemos entonces desde aquí. ¿Por qué un gobierno de coalición entre el
PSOE y Unidas Podemos? ¿Cuáles son sus ventajas, no para los partidos sino para
la gente de nuestro país?
La primera es que, si llegamos a un acuerdo de gobierno de
coalición, acabaríamos de una vez con este bochorno que no se
merecen los ciudadanos que se matan a trabajar y a pagar impuestos. A las
personas que estamos en política nos votan y nos pagan para que nos pongamos de
acuerdo para resolver los problemas del país, no para que nos pasemos dos meses
y medio implementando tácticas de presión mediática para conseguir todo el
poder sin negociar con nadie. La gente está harta y este modo de proceder
degrada la política. Hay que ponerle fin.
En segundo lugar, si formamos un gobierno de coalición
entre el PSOE y Unidas Podemos, estaremos cumpliendo nuestras promesas
de campaña y, por lo tanto, respetando la soberanía del pueblo español
expresada en las urnas el 28 de abril. Nosotros dijimos claramente en campaña
que nuestro objetivo era gobernar y Pedro Sánchez dijo en campaña que no habría
ningún problema para que Unidas Podemos formase parte del gobierno. Traicionar
lo que uno expresa en campaña también degrada la política y la democracia.
Tres. Si llegamos a un acuerdo de gobierno de coalición entre el PSOE y
Unidas Podemos y Pedro Sánchez lo presenta al Congreso de los Diputados el
próximo 22 de julio, conseguirá la mayoría simple de la cámara, se quedará muy
cerca de la mayoría absoluta y será investido Presidente del Gobierno. Si
llegamos a un acuerdo de gobierno de coalición, Pedro Sánchez tiene la
investidura hecha y no hay ninguna necesidad de esperar hasta
septiembre ni asustar a la gente con una repetición electoral. Para comprobar
que esto es así, basta leer lo que han dicho los demás partidos con representación
en el Congreso y coger una calculadora.
Nota al pie: Hasta hace poco el PSOE negaba este hecho y era una de las
excusas que más repetían sus portavoces: "No dan los números. Unidas
Podemos resta. Si entran en el gobierno la investidura tendrá menos apoyos que
si no están." Hasta que Pablo Iglesias hizo una propuesta muy sencilla:
"Llevemos un acuerdo de gobierno de coalición al Congreso y, si no sale
adelante, nosotros nos replantearemos nuestra posición." El PSOE ya no
repite este argumento. Todo el mundo sabe que los números dan.
Cuatro. En la actual situación, en la que PP, Ciudadanos y Vox están inmersos
en una competición para ver quién es más reaccionario y hacerse así con el
trono de la derecha (y por eso mismo ninguno va a prestar sus votos al PSOE),
los 123 escaños del PSOE son menos que los 147 del bloque de la derecha. Por lo
tanto, un gobierno de partido único del PSOE (aunque sea en la modalidad
posmoderna "de cooperación") sería un gobierno débil e inestable. Por
el contrario, un gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos
se asienta sobre una sólida base parlamentaria de 165 escaños que
aportaría la estabilidad necesaria para afrontar los retos (algunos de ellos
muy urgentes) que tiene España.
Cinco. Asumiendo la posibilidad de que, en algún momento, la guerra por el
trono de la derecha se acabase y alguno de los tres partidos se abriese a
llegar a pactos con el PSOE (algo que ha sido lamentablemente la primera opción
de Pedro Sánchez a pesar de sus promesas en campaña y a pesar de lo que
coreaban sus bases la misma noche electoral en Ferraz), un acuerdo de gobierno
de coalición con Unidas Podemos sería precisamente, en ese escenario, la
garantía de que el PSOE no se ve tentado de pactar medidas de derechas con
Ciudadanos o el PP. Hace unos días, la Ministra de Hacienda en funciones,
María Jesús Montero, a la que tengo aprecio y presume de ser una persona de
izquierdas, planteaba esto como un problema. Por el contrario, mí me parece que
el hecho de que el futuro gobierno no lleve a cabo medidas de derechas es una
ventaja para los españoles.
Nota al pie: Cuando mencionamos en alguna entrevista que, en 20 de 28
países de la Unión Europea, hay gobiernos de coalición, es habitual que se nos
cite el ejemplo de Portugal para persuadirnos de que lo mejor es que los 3,7
millones de españoles que han votado a Unidas Podemos se queden fuera del
gobierno. "En Portugal, el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista
Portugués dieron la investidura al socialista Antonio Costa sin entrar en el gobierno",
nos dicen. Efectivamente esto es así, y también es un hecho que en los últimos
meses Antonio Costa ha pactado con la derecha una reforma laboral para
precarizar a los trabajadores y no reconocer los más de nueve años de
congelación de salarios de los profesores de la educación pública. No queremos
que lo mismo pase en España.
Seis. Si, cuando hay una fuerza política con casi 4 millones de votos, en
la que sus dirigentes, sus militantes y sus votantes tienen voluntad de aportar
sus ideas, sus propuestas y su trabajo a la gobernabilidad de España, se la
veta de los espacios de gobierno sin dar ninguna razón convincente y por medio
de la presión y la amenaza, se está lanzando un mensaje muy tóxico y muy
peligroso para la democracia: "Hay votos de primera y hay votos de
segunda. Más te vale votar a una opción que guste a los poderosos o, si no,
vamos a usar todos los cañones después de las elecciones para que tu voto valga
mucho menos que el voto de los que han votado bien." Un gobierno de
coalición entre el PSOE y Unidas Podemos contribuiría a recuperar la fe
de la ciudadanía en la democracia como gobierno del pueblo y no como
un juego amañado para que, al final, siempre gobiernen los mismos.
Nota al pie 1: Si vuelven a sacar a Portugal, la respuesta es muy sencilla:
Ni el Bloco de Esquerda ni el Partido Comunista Portugués querían gobernar en
coalición con el Partido Socialista. No es el caso en España. (A veces da un
poco de vergüenza ajena tener que contestar a ciertos "argumentos",
pero no perdamos la paciencia).
Nota al pie 2: Las mismas consideraciones se aplican a los vetos
personales. Si se lanzase una campaña de presiones para vetar a Pedro Sánchez
diciendo que el Presidente del Gobierno tiene que ser un "independiente de
reconocido prestigio" y no puede ser del PSOE, o que sí, que puede ser del
PSOE, pero tiene que ser "un perfil técnico, no político", se estaría
entonces diciendo a millones y millones de votantes del PSOE que las elecciones
son un timo y que no tiene ningún efecto que hayan ido al colegio electoral el
28 de abril a votar a Pedro Sánchez. Algo muy irresponsable y muy peligroso
para la democracia.
Siete. Un gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, sin vetos, y
con una representación de cada una de las dos fuerzas políticas razonablemente
proporcional a los votos obtenidos en las elecciones situaría a España
dentro de los parámetros de la normalidad democrática y de época. Como
decía, en 20 de 28 países de la Unión Europea hay gobiernos de coalición con
estas características y lo mismo ocurre o puede ocurrir en las comunidades
autónomas de nuestro país en las que no ha habido mayorías absolutas. Somos
conscientes de que España viene de décadas de dictadura y después décadas de un
bipartidismo casi perfecto, pero ese tiempo pasó. Los españoles ahora votan una
mucho mayor pluralidad y más pronto que tarde la clase política, incluyendo la
de los dos partidos dinásticos, tendrá que desarrollar esa cultura de la
coalición que es más avanzada democráticamente y que es la norma en Europa.
Nota al pie 1: El PSOE repite mucho que el caso estatal es diferente porque
PSOE y Unidas Podemos no sumamos mayoría absoluta en el Congreso y, en otros
ámbitos, las fuerzas que componen el gobierno sí la suman. Este tampoco es un
argumento válido. En muchos de esos 20 países de la Unión Europea los gobiernos
de coalición son en minoría y no pasa nada. En Andalucía, la derecha ha
configurado un gobierno de coalición en minoría y es posible que ocurra lo
mismo en Murcia y en la Comunidad de Madrid. En Navarra, si finalmente hay
acuerdo de progreso liderado por el PSN, seguramente se formará un gobierno de
coalición en minoría. En Barcelona, Barcelona en Comú y el PSC han llegado a un
acuerdo para gobernar juntos y que Jaume Collboni (del PSC) sea el primer
teniente de alcalde de Ada Colau, aunque las dos fuerzas no sumen mayoría
absoluta.
Es muy habitual que haya gobiernos de coalición en minoría y hay que
recordar además que la suma de 165 escaños que sumamos PSOE y Unidas Podemos
está cerca de la mayoría absoluta (176 o 174 si tenemos en cuenta que hay
cuatro diputados catalanes suspendidos) y esto conforma una base parlamentaria
muy estable. La prueba, lo que ya comenté: que Pedro Sánchez ya tiene hecha la
investidura si lleva al Congreso un acuerdo de coalición con nosotros. ¡Y eso
que aún no ha negociado con nadie!
Nota al pie 2: Además de los gobiernos de coalición en minoría, otra cosa
habitual (por no decir imposible de evitar) es que los socios de coalición
piensen diferente en temas importantes. Por eso sorprende la insistencia del
PSOE en argumentar que el hecho de que pensemos diferente respecto del
conflicto en Catalunya impide el gobierno de coalición. Si esto fuera así, no
habría 20 gobiernos de coalición en la Unión Europea, ni en Canarias, ni en
Baleares, ni en la Comunidad Valenciana, ni en el Ayuntamiento de Barcelona.
Sorprende además doblemente cuando Pablo Iglesias se ha comprometido a aceptar
el liderazgo del PSOE en este asunto y respetar con 100% de lealtad lo que
acordemos. No se deben poner como excusa temas de tanta importancia.
Ocho. Un gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos sería capaz
de llevar a cabo medidas más valientes que un gobierno de partido único
del PSOE (aunque sea en la modalidad posmoderna "de cooperación")
para recuperar derechos para las mayorías sociales, reducir la precariedad
laboral, controlar los precios de los alquileres y la factura de la luz,
acercarnos a la igualdad real entre hombres y mujeres, aumentar la justicia
fiscal o recuperar la financiación de nuestra sanidad pública, nuestra
educación pública, nuestro sistema público de dependencia y nuestro sistema
público de ciencia y universidades. La prueba de que esto es así: El Santander,
la CEOE, Moody's, el fondo buitre BlackRock y Morgan & Stanley diciendo
públicamente que nos quieren fuera del gobierno. Creo de verdad que los
acuerdos entre diferentes pueden tener componentes virtuosas. En el acuerdo
presupuestario entre el PSOE y Unidas Podemos que tuve el honor de coordinar
junto a Ione Belarra, creo que la combinación entre la experiencia del PSOE y
la valentía y la ausencia de deudas con los poderosos de nuestra formación
política dio un buen resultado para mejorar la vida de los españoles.
Lamentablemente, el gobierno no cumplió importantes elementos de ese acuerdo,
precisamente por tratarse de un gobierno de partido único de ordeno y mando. Un
gobierno de coalición es también una mayor garantía de que los acuerdos
programáticos se van a cumplir.
Nota al pie: Hay compañeros y compañeras dentro de Unidas Podemos que
defienden que es mejor que demos la investidura a Pedro Sánchez a cambio de un
acuerdo programático y que nos quedemos voluntariamente fuera del gobierno. Los
argumentos que suelen manejar son dos (1) que entrar en el gobierno sería
perjudicial para las perspectivas electorales de Unidas Podemos en las próximas
elecciones porque (2) no íbamos a conseguir hacer nada desde el gobierno o se
iban a invisibilizar nuestros logros. En primer lugar, decir que, incluso
aunque este razonamiento fuera correcto, hicimos campaña diciendo que el
objetivo era gobernar. Los casi 4 millones de personas que nos votaron lo
hicieron con ese compromiso encima de la mesa. Renunciar a él después de las
elecciones por un análisis teórico sería, cuando menos, irregular.
Entrando a los argumentos concretos, creo que es enormemente difícil
predecir el resultado de futuras citas electorales en la época en la que
vivimos y, en todo caso, dar más importancia a las condiciones materiales de
vida de mis compatriotas que a la evolución electoral de mi partido para mí es
un principio ético fundamental en política. Porque sí creo que vamos a ser
capaces de hacer cosas importantes para la gente de este país desde el
gobierno. Si eso no fuera posible, ¿por qué las cloacas, los
"independientes de reconocido prestigio", los modelos inéditos en el
mundo entero "de cooperación", los perfiles "técnicos y no
políticos", o las bonitas palabras del Santander, la CEOE, Moody's, el
fondo buitre BlackRock y Morgan & Stanley?
Nueve. Un gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos podría
convertirse en un ejemplo para toda Europa de que otra política
económica es posible. Un ejemplo de que el dogmatismo neoliberal de la
austeridad que nos recetó precarizar los empleos y deteriorar nuestros
servicios públicos y nuestro estado del bienestar como la única manera posible
de salir de la crisis-estafa que los buitres financieros y la banca
internacional provocaron no sólo ha generado un ingente sufrimiento humano, no
sólo se ha demostrado ineficaz para reactivar la economía o bajar la deuda, no
sólo ha creado una Europa de dos velocidades subalternizando a los países del
Sur y no sólo es la causa principal del resurgimiento del antiguo fantasma del
fascismo en el continente, es que además es una burda mentira que sea la única
política económica posible. Tomando como base el acuerdo presupuestario ya
firmado entre el PSOE y Unidas Podemos, que podamos demostrar juntos que
(incluso dentro de los estrechos márgenes fiscales de la actual Unión Europea)
se pueden desarrollar políticas públicas que pongan la vida en el centro, que
demuestren ser más eficaces económicamente y que sean faro en Europa es una
oportunidad de país demasiado importante como para malograrla por intereses de
partido.
Diez. Estoy convencido de que, del mismo modo que la moción de censura y el
posterior acuerdo presupuestario entre el PSOE y Unidas Podemos (incluyendo la
mayor subida del salario mínimo de la historia de nuestra democracia) amplió en
España la base electoral progresista, de un 47,5% y 167 escaños el 26J de 2016
al 48,9% y 185 escaños el 28A de 2019, la conformación de un gobierno de
coalición estable que pueda dedicarse con lealtad, con fuerza y con valentía a
implementar las políticas descritas en los puntos anteriores seguiría ampliando
el porcentaje de españoles que votan justicia social, servicios públicos
dignos, cuidar a la gente corriente y poner límites a los privilegios de los
poderosos. Estoy convencido de que un acuerdo de gobierno de coalición entre el
PSOE y Unidas Podemos serviría para seguir ampliando el campo de
progreso en nuestro país, porque uno de los principios fundamentales
que me empujó a abandonar temporalmente mi (mucho más tranquila) vida de
científico es que creo en la inteligencia de mi pueblo y, por eso, sé que, si
ponemos de lado las tácticas de partido y sabemos colaborar para mejorar la
vida de la gente, eso se verá reflejado en futuras citas electorales que nos
permitirán profundizar aún más en ese camino. No planteemos la negociación de
gobierno como una partida de ajedrez (aleatorio o normal), en la que siempre
hay uno que pierde y otro que gana… y el que gana nunca es nuestro país. Si
sabemos cooperar, un gobierno de coalición puede ser un win-win-win:
Gana el PSOE, gana Unidas Podemos y ganan los españoles.
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