Artículo de Eduardo
Garzón en su blog Saque de Esquina con fecha 9/4/2020.
Acabamos de conocer que el Banco Central
de Inglaterra va a crear dinero para financiar las políticas públicas necesarias
para combatir el Coronavirus.
Vaya, vaya…. Eso que está absolutamente
prohibido en la Eurozona porque nos dicen que genera hiperinflación y no sé
cuántas plagas bíblicas más… Lo cierto es que eso es precisamente lo que se
hacía antes de la firma del Tratado de Maastricht en 1992 y que en parte
permitió que España pudiera erigir su Estado del Bienestar en tan sólo unos
pocos años de democracia.
Hay que decirlo claro: lo único que se
perseguía prohibiendo que el banco central crease dinero para financiar políticas
públicas era regalar la creación de dinero a la banca privada y que ésta
pudiera lucrarse a nuestra costa, algo que ha hecho y sigue haciendo en la
actualidad. No hay más. El resto son cuentos inventados que se han creído
muchos economistas.
El cuento principal es que la creación de
dinero para financiar políticas públicas crea inflación pero que la creación de
dinero para financiar préstamos bancarios no. Por algún tipo de brujería que
nunca nos han sabido explicar pero que repiten hasta la saciedad y que se creen
a pie juntillas. Es fanatismo, no ciencia.
El ejemplo británico despertará a muchos:
se puede crear dinero para financiar gasto público y no tiene por qué pasar
nada (siempre dependerá de cuánto se cree y para qué, pero es harto difícil -incluso
en el peor de los casos- que pueda generar una inflación preocupante). Lo único
que seguro pasará es que los bancos ganarán menos dinero, que es lo que a toda
costa querían evitar. Esperemos que cunda pronto el ejemplo en la Eurozona.
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