Publicado en Saque de
esquina, el blog de Eduardo Garzón el 2/05/2020.
¿Os acordáis de la prima
de riesgo? Durante la pasada crisis económica iniciada en 2008 en nuestro país
prácticamente no se hablaba de otra cosa. Todos los días teníamos titulares
anunciando la evolución de la prima de riesgo, algo parecido a lo que ocurre
hoy día con el número de contagiados y fallecidos por Coronavirus. Un aumento
era una pésima noticia y una reducción todo lo contrario. Pero por qué ahora no
se habla nada de la prima de riesgo a pesar de estar también en crisis
económica? La respuesta es muy sencilla, y también es algo de lo que casi nunca
te van a hablar.
La prima de riesgo es
básicamente un indicador del riesgo que supone invertir en un activo financiero
determinado. A mayor prima de riesgo, mayor riesgo conlleva esa inversión.
Pensemos que un bono público es un título que emite el Estado a cambio de una
cantidad de dinero que tendrá que devolver en el futuro (más unos intereses).
Si se cree que el Estado va a tener problemas para devolver ese dinero, los
inversores pedirán intereses más elevados para compensar ese riesgo, por lo que
la prima de riesgo (que se calcula en relación a esos intereses) aumentará. Y
al contrario, si no hay dudas de que ese dinero se devolverá, la prima de
riesgo será baja, nadie pedirá compensación extra por el riesgo de impago,
porque no habrá o será muy reducido.
¿Por qué subió la prima
de riesgo española a partir de la crisis de 2008? Porque el déficit público y
la deuda aumentaron mucho en muy poco tiempo, y lo más importante y de lo que
nunca nos hablan, porque España no tenía ningún banco central detrás que la
respaldara. El banco central de España es el Banco Central Europeo que responde
por todos los países de la Eurozona, no sólo por España. Esto lo sabían los
inversores, así que exigieron más tipos de interés porque sabían que el BCE no
iba a salir en rescate de uno o de varios países del sur. Tenían razón: el BCE
no hizo nada durante años así que la prima de riesgo escaló y escaló.
Muchos otros países
tuvieron déficit y deudas públicas más importantes, como por ejemplo Estados
Unidos y Japón, pero como estos sí tenían un banco central que respaldara sus
bonos públicos, sus tipos de interés y por lo tanto sus primas de riesgo, no
aumentaron mucho: los inversores sabían que siempre iban a recuperar su dinero.
No ocurría eso en la insolidaria Eurozona.
¿Y por qué el BCE no
respaldó la prima de riesgo de España, Italia, Grecia, Portugal e Irlanda? Los
países denominados PIGS (cerdos) por sus siglas.
Pues hay varias teorías,
pero la más verosímil es la siguiente: porque las autoridades europeas,
controladas por los países del norte, querían utilizarlo de escarmiento para
que los Estados del sur se ataran el cinturón porque supuestamente habían
despilfarrado mucho dinero (cuando la realidad es que los países del sur
gastaban y gastan mucho menos que los países del norte, aunque también ingresan
mucho menos). Esta falsa idea de que los países del sur habían vivido por
encima de sus posibilidades se extendió y fue lo que hizo que las autoridades
europeas, comandadas por Alemania, actuaran así.
Pero entonces las cosas
empezaron a caldearse en Europa. La subida de la prima de riesgo empeoró las
cosas, pero también lo hicieron los recortes de gasto, aumentos de impuestos y
reformas laborales que la Unión Europea exigió a cambio de ayudar. Esto generó
mucho paro, pobreza y desigualdad, y mucho cabreo. Los partidos de extrema
derecha empezaron a ganar fuerza por buena parte de Europa; Syriza, un partido
abiertamente comunista se presentaba en las encuestas como ganador de las
siguientes elecciones en Grecia, y en España estalló el 15 M, por poner sólo
algunos ejemplos. Así que las autoridades europeas aflojaron la soga, porque ya
se sabe, Dios aprieta pero no ahoga.
Este cambio ocurrió en
verano de 2012, cuando Draghi pronunció sus palabras mágicas:
“Haré lo que haga falta
para preservar el euro. Y créanme, será suficiente.”
Hombre, claro que iba a
ser suficiente, como que un banco central puede controlar la prima de riesgo
siempre que quiera, aunque eso nunca nos lo van a reconocer abiertamente porque
no les interesa. El BCE empezó a crear dinero, de la nada, como sólo puede
hacerse, y comenzó a comprar esos bonos públicos que tenían los inversores en
sus manos. Estos programas de compra fueron ganando fuerza progresivamente y en
la actualidad todavía siguen activos y con muchísima fuerza por cierto. Claro,
que pasa con la prima de riesgo cuando los inversores saben que el banco
central va a estar disponible para comprar los bonos? Pues que disminuye. Ya no
hace falta exigir intereses porque los inversores saben que se pueden deshacer
de los bonos siempre que quieran vendiéndoselos al BCE. Dejan de tener miedo.
Y así fue cómo se
solucionó el “problema” de la prima de riesgo. Desde entonces bajó hasta
situarse en mínimos y ahí sigue salvo alguna que otra oscilación.
Por cierto, adivinad qué
excusa utilizaban los que se negaban a que se actuara así. Lo habéis adivinado:
la inflación. Decían que si se creaba dinero para comprar estos bonos públicos
la inflación se dispararía y muchos hablaron incluso de hiper-inflación. Nada,
el cuento que utilizan siempre para meter miedo a pesar de que no tenga ningún
sustento científico. La realidad es que no sólo no la inflación no aumentó,
sino que incluso descendió, y mucho. Casi aciertan estos eruditos de la
economía.
Esta es la demostración
de que el problema no era (ni es) que los países del sur tuvieran elevados
déficit y deudas; el único problema es que el BCE no actuó como banco central
únicamente por motivos ideológicos, para castigar a los países del sur. Por eso
ahora con esta crisis no hay problema con la prima de riesgo, porque el BCE ha
aumentado incluso la cantidad de dinero que está creando para respaldar los
bonos públicos. Se puede decir que han aprendido la lección, al menos en esta
cuestión monetaria, en la fiscal están a años luz de aprenderla, pero eso es
tema de otro vídeo.
¿Cuánto sufrimiento económico
y social nos hubiésemos ahorrado en la crisis pasada si las cosas se hubiesen
hecho bien desde un principio? Mejor no imaginarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario