jueves, 27 de noviembre de 2014

EL ALARMISMO DEMOGRAFICO


Artículo publicado en diario, Público con fecha 27-11-2104.
Vicenç Navarro
Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University

Periódicamente aparecen informes sobre la transición demográfica en Europa, indicando que Europa se está convirtiendo en un continente con demasiados ancianos y con muy pocos infantes y jóvenes, mostrando a España como un caso claro de esta alarmante situación. Se subraya que dicha transición demográfica llevará al declive de las economías europeas (y, por lo tanto, de la economía española) debido a su insostenibilidad. Se asume que una economía donde aumenta el número de ancianos y disminuye el número de jóvenes es una economía que inevitablemente entrará en declive, pues se convertirá en una economía de consumo (sobre todo de recursos públicos, tales como pensiones y servicios sanitarios públicos) a costa de una economía productiva, basada, por supuesto, en la gente joven. En este escenario, el conflicto social ya no radica en el choque de intereses entre el mundo del capital y el mundo del trabajo, sino en un conflicto entre los grupos etarios, y muy en particular entre los jóvenes por un lado y los ancianos (que viven a costa de los primeros) por el otro. No es por casualidad que suelan ser economistas conservadores de sensibilidad liberal (que en términos populares se les conoce como neoliberales) los que acentúan el supuesto desastre que implica para la viabilidad del Estado del Bienestar –pensiones y servicios sanitarios públicos- el envejecimiento de la población. Alarmados por este hecho, insisten en que las pensiones públicas y los servicios sanitarios deben reducirse y privatizarse, pues no es ni justo, ni es eficiente, ni  es posible continuar sosteniendo con el erario público al Estado del Bienestar, presentando como solución a esta insostenibilidad su privatización. No es tampoco por casualidad que sea el capital financiero –la banca y las compañías de seguros- el que promocione tal alarmismo demográfico. El principal portavoz de ese capital, el Sr. Mario Draghi, Presidente del Banco Central Europeo, resumió esta postura en unas declaraciones al Wall Street Journal, el diario de la banca estadounidense, en las que señaló que la Europa Social (es decir, el Estado del Bienestar) no era ya sostenible.

En un libro reciente, Juan Torres y yo hemos mostrado las enormes debilidades de esta postura económica neoliberal, carente de evidencia científica que la avale (ver Lo que debes saber para que no te roben la pensión, Editorial Espasa, año 2013). Comencemos con los datos, y el más inmediato es el que la crisis del sistema público de pensiones no tiene nada que ver con la transición demográfica. Repito, nada que ver. El problema de las pensiones públicas en España no es que no haya suficientes jóvenes (que con sus cotizaciones sociales pagan las pensiones de sus padres y abuelos), sino que no haya suficiente trabajo para los jóvenes. En realidad, España está exportando gente joven. No hay falta de jóvenes en España. El problema de las pensiones está, pues, en el mercado de trabajo, con un enorme desempleo, una tasa de ocupación muy baja, y unos salarios muy bajos que continúan bajando. Y todo ello como consecuencia de las políticas públicas de una clara sensibilidad neoliberal, que traducen el enorme ataque del mundo del capital (hegemonizado por el capital financiero) contra el mundo del trabajo. Y utilizo deliberadamente el término “ataque”, pues estas políticas neoliberales (que consisten en recortes del gasto público social y en reformas laborales para reducir los salarios) intentan debilitar al mundo del trabajo a fin de conseguir una mayor rentabilidad, la cual está alcanzando, no solo en España sino en toda Europa, unos niveles muy altos. El pensamiento neoliberal quiere esconder esta realidad, refiriéndose no al conflicto capital-trabajo, sino al conflicto (inexistente) entre jóvenes y ancianos.

El escándalo actual

El enorme crecimiento de la productividad y el aumento del porcentaje de la población que trabaja explica el gran crecimiento de la riqueza en nuestras sociedades, crecimiento que podría sostener (e incluso aumentar) los Estados del Bienestar. Esta situación es más que evidente en España, donde el PIB de hoy es veinticuatro veces superior (en moneda constante) al que existía a principios del siglo XX, dato que por lo visto era desconocido (o fue ocultado) por el llamado “Comité de (supuestos) Expertos” nombrado por el gobierno del PP (que tenía como objetivo –nunca declarado- mostrar que las pensiones públicas tenían que reducirse). Estos “expertos” indicaron que, puesto que la esperanza de vida de las personas de 65 años se ha doblado desde principios del siglo XX hasta hoy, la economía española no puede permitirse el lujo de ir pagando las pensiones de los ancianos que continúan jubilándose a los 65 años. Los llamados “expertos” no se hicieron la pregunta  lógica: ¿por qué una economía que se ha multiplicado por 24 en el periodo 1900-2000, no puede pagar las pensiones de una población cuya esperanza de vida a los 65 años se ha multiplicado por 2?

Cuando los economistas neoliberales señalan que es injusto que la edad de jubilación (65 años) no haya variado desde hace algo más de noventa años, no dicen nada sobre el hecho de que el número de horas diarias de trabajo (8 horas) en el mundo laboral no haya variado nada desde el siglo XIX. En realidad fue John Maynard Keynes el que predijo que el aumento de la productividad permitiría que la gente trabajara solo 15 horas a la semana en 2030. No se tiene en cuenta, pues, que el enorme crecimiento de la riqueza, resultado del crecimiento de la productividad, permite una notable expansión del Estado del Bienestar.

El impacto de la productividad

Hace unos cuarenta años el 18% de la fuerza laboral trabajaba en el campo en España. Hoy es solo el 2%, y con lo que este porcentaje produce hay suficiente alimento para mantener a la población española. Imagínese la ridiculez que hubiera significado que algún economista hubiera dicho en aquel momento, hace 40 años, que España se moriría de hambre hoy –año 2014- como resultado de falta de trabajadores en el campo. Pues una situación idéntica ocurre con las pensiones. El hecho de que en el año 2050 vaya a haber, en lugar de 2,4 trabajadores por pensionista (con datos de 2010), solo 1,15, no tiene que ser ningún problema, pues 1,15 trabajadores producirán más riqueza de la que hoy producen 2,4. Es más, cualquier país puede escoger pagar las pensiones a través de fondos generales del Estado (como ya están haciendo muchos países) en lugar de hacerlo a través de las cotizaciones sociales. Y hay suficiente riqueza en el país para sostener el altamente popular Estado del Bienestar.

El problema, pues, no es la falta de riqueza, sino la distribución de la riqueza, el tema clave del que el capital (es decir, la gran banca y la gran patronal) no quiere que se hable, pues es el máximo beneficiario de las políticas públicas que han favorecido sistemáticamente sus rentas a costa de las rentas del trabajo. Al inicio de la crisis, España se gastaba 66.000 millones de euros menos en su Estado del Bienestar de lo que se debería haber gastado por su nivel de riqueza económica. Y no se los gastaba porque el Estado no los recogía. En España la mayoría de la población que estamos en nómina pagamos en impuestos un porcentaje de nuestros ingresos semejante (solo ligeramente inferior) al promedio de los ciudadanos de los países de la UE-15 (el grupo de países de semejante nivel de desarrollo económico al de España). En cambio, los que derivan sus ingresos de la propiedad del capital pagan solo un 10% de lo que hacen sus homólogos en la UE-15. Y estos tienen un enorme poder político y mediático. ¿Se dan cuenta de por qué se habla tanto de transición demográfica y tan poco de la redistribución de la riqueza?

miércoles, 7 de mayo de 2014

LO QUE NUESTRAS RESPETABLES EMPRESAS ESCONDEN.


Artículo de Bonifacio Cañibano en diario Público de fecha 30/04/2014.

Causó conmoción que en la feria del libro de Frankfurt del 2002 el grupo Bertelsmann pidiera perdón por haber colaborado con los nazis en Alemania. Tardó 62 años en hacerlo, pero produjo estupor que todo un grupo empresarial reconociera su pasado oscuro. Aquel fue un gesto inusual que las corporaciones no suelen practicar. ¿De qué les suena Bertelsmann?… Es accionista de Antena 3 TV y del Círculo de Lectores, entre otras muchas cosas y el Gobierno de Zapatero, con su insuperable frivolidad, les condecoró con la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil “por su papel en el fomento del cambio social”. Bien, he aquí unos empresarios que fueron nazis pero se han arrepentido. No ocurre lo mismo con otros muchos.
No ocurre con Dragados y Construcciones, con Agromán, con Huarte, con Banus Hermanos, con los Ybarra, con San Román ,MZA, Renfe, Entrecanales, Duro Felguera, Babcock Wilcox, Astilleros de Cádiz… y otras muchas de una larga lista de empresas que se enriquecieron utilizando “gratis total”, como trabajadores- esclavos, a los prisioneros republicanos de las cárceles franquistas.
Ha sido la jueza argentina María Servini, que instruye en Buenos Aires la causa contra el franquismo, quien ha vuelto a sacar a la luz el papel desempeñado por estas empresas, a las que las asociaciones de la Memoria Histórica quieren hacer coparticipes en la reparación de las víctimas, que se acercan a la prodigiosa cifra de 400.000 personas, la mayoría, obviamente, ya muertas. ¿Piden lo imposible? Hay precedentes.
A las grandes corporaciones les ha ido tradicionalmente bien con el fascismo. Coca Cola, por ejemplo, en los cinco años anteriores a la Segunda Guerra, paso de vender 243.000 cajas en Alemania a cuatro millones y medio. La misma progresión experimentaron con los nazis empresas como la General Motors, Ford, IBM, Standard Oil, ITT, Westinghouse, General Electric o IG Farben. Esta última, cuya sucesora es la Bayer, fue la responsable de fabricar el veneno con el que se gaseaba a los judíos. La IG Farben es un buen ejemplo para el caso que nos ocupa. La empresa está todavía “en liquidación”, pero realmente no funciona desde que terminó la guerra. Esto es así porque no ha compensado a los trabajadores-esclavos que empleaba y que tras la derrota alemana le ganaron en los tribunales el derecho a ser indemnizados. También el dueño de la Krupp fue condenado a 12 años de prisión, en el juicio de Núremberg, por explotar a los trabajadores-esclavos de los campos de concentración. Pero las compañías que tuvieron que responder ante la Justicia fueron excepciones; la mayoría de las grandes corporaciones no fueron juzgadas a pesar de ser corresponsables de la muerte de cientos de miles de prisioneros en los campos nazis. Hoy parecen empresas respetables. ¿O no lo es Pelikan, que fabricaba la tinta indeleble para marcar a los prisioneros, o La Siemens que los torturaba, o BMW, Astra, AEG, Yunker o Volkwagen, que se enriquecieron con las miserables condiciones de vida y muerte de los trabajadores-esclavos?
No fueron juzgadas, pero casi seis décadas después de terminar la Segunda Guerra llegaron a un acuerdo judicial con las víctimas sobrevivientes y tuvieron que participar en su indemnización. Es cierto que ya, para entonces, la mayoría de sus trabajadores-esclavos habían muerto y solo tuvieron que resarcir a 600.000 personas. Bien lo sabe, por ejemplo, el Deutsche Bank que tuvo que pagar la parte que le correspondía por haber participado en estos crímenes.
En España, el país de los ciento cincuenta mil fusilados enterrados en las cunetas, tampoco se ha juzgado a las empresas que participaron y se enriquecieron con los crímenes del franquismo. Los del PP-PSOE han consensuado que de estas cosas no hay que hablar en la mesa y se ocultan alevosamente, como todo lo concerniente a la Guerra Civil. No se lo explican a los adolescentes en los institutos, cuando estudian historia de España, ni a los jóvenes en la Universidad. Pero fue así. Cientos de miles de personas trabajaron como esclavos para las empresas, para la Iglesia en sus horas más sanguinarias y para las administraciones franquistas. Y cómo decía Machado,” la verdad es la que es y sigue siendo verdad aunque se cuente al revés”
¿Qué decir de los empresarios falangistas que se llenaron las manos de sangre y monedas y todavía ni siquiera se han disculpado? ¿Qué decir, por ejemplo de los Ybarra, los actuales accionistas mayoritarios de ABC, que cedieron a Queipo de Llano el “palacio del conde”, situado muy cerca de Sevilla, para que lo convirtiera en una cárcel de republicanos? ¿Cómo actuar ante esta familia, fascista de toda la vida, que cedió uno de sus barcos, el “Cabo Carvoeiro” y lo ancló en el Guadalquivir para que sirviera de cárcel flotante? Cientos de ciudadanos salieron de los oscuros camarotes de esta nave para ser fusilados en las tapias del cementerio de Sevilla. ¿Deberían de ser juzgados los Ybarra? ¿Cómo tendrían que indemnizar a sus víctimas? Quizás algo diga la justicia argentina. La española ni respira, anda como un zombi desde que la preside Gallardón. Aquí es exacta aquella sentencia de Brecht: “Muchos jueces son absolutamente incorruptibles; nadie puede inducirles a hacer justicia”.
Trabajadores sin derechos y sin salarios. No los tenían los prisioneros- esclavos y apenas los trabajadores que podemos denominar “libres”, que eran poco más que siervos a los que se prohibía ir a la huelga, sindicarse o reivindicar salarios y derechos. He ahí la foto del capitalismo salvaje y de unas condiciones laborales que se parecen tanto a lo que ahora piden otros empresarios, cuyo estandarte lleva el actual presidente de la CEOE, Joan Rosell. Ese que quiere eliminar los contratos indefinidos, pagar una “ayuda mínima a los parados, para que sobrevivan”, limitar el derecho de huelga, implantar el despido libre y echar a la calle a 300.000 funcionarios. Rosell también tendría que pedir perdón – y no lo ha hecho- porque su organización haya tenido en la presidencia a un delincuente-mentecato, que antes de ir a la cárcel nos decía – como él también dice- que “hay que trabajar más y ganar menos para salir de la crisis, de la que todos somos culpables”.
Nunca, desde la eclosión de los fascismo europeos, ha habido una agresión tan virulenta contra los derechos de los trabajadores, como la que estamos viviendo ahora. La lucha de clases se ha vuelto otra vez despiadada. Con este panorama no va por el camino correcto un primero de mayo, costumbrista, rutinario, desmovilizador, discontinuo y litúrgico como nos proponen los sindicatos mayoritarios… otra vez.

miércoles, 2 de abril de 2014

PARA HACER UNA REVOLUCION


Artículo de Antonio San Román Sevillano publicado en El diario con fecha 24/3/2014

Para hacer una revolución se precisa algo más que una crisis económica, un descontento social generalizado y la frustración de las ambiciones políticas y sociales de los grupos políticos que buscan cambiar el sistema social. Tiene que haber una ideología unificadora que dé cohesión social al descontento de clases generales tan heterogéneas y a las aspiraciones de grupos políticos tan diversos que se diferencian tan sólo en aquello del frente nacional de liberación judaico y frente judaico de liberación nacional –Monthy Pyton y Juan Carlos Monedero, en uno, dixit- o, lo que es lo mismo, la mayoría de las veces en la egolatría de los dirigentes de cada grupúsculo, como acabamos de ver en IU. Hay que “matar” a los burócratas de los partidos. Nadie debe acomodarse en un cargo para siempre.

Se precisa, ante todo, la unión de tanto frente de liberación. Generosidad en la renuncia. Abiertos sin temor al abrazo a lo común, a la comunidad. Hay que sentarse en una mesa redonda con honestidad, cara a cara, para poner en un mismo programa los puntos en común a favor y los que no queremos para la nueva colectividad que queremos construir. Hay una sociedad muy concreta fuera del cenáculo de tanto grupúsculo. Y, por tanto, se deben hacer proposiciones que ilusionen y no asusten, que no provoquen el rechazo de esa ciudadanía, que espera soluciones y no más problemas. El proyecto de partido es un proyecto para un partido. El proyecto final debe ser un proyecto de y para todos. Como escribe, Callinicos: <<… toda alternativa al capitalismo en su forma actual debería, en la medida de lo posible, satisfacer, como mínimo, los requisitos de justicia, eficiencia, democracia y sostenibilidad>>. La sociedad en marcha debe legitimar el proyecto. No hay que proponerse vencer tomando el Palacio de Invierno o Parlamento en una noche por la fuerza. Hay que convencer para poder, realmente, vencer.

Nuestra revolución no tiene porqué hacer saltar el país del antiguo régimen al nuevo. Porque si saltamos sin haber convencido, nos dejaremos atrás a la mayoría social, temerosa ante lo desconocido. Avanzar juntos, despacio, pues vamos lejos, aquel lema del 15M.

Ante todo, no proponer la violencia como solución, que por temor es rechazada por la mayoría social. Y porque, sobre todo, quien realmente posee los recursos verdaderamente violentos es quien está ejerciendo el poder. Los poderes establecidos pueden aplastar un movimiento por el cambio mediante la represión directa y el poder judicial (Alex Callinicos). Si la ejercemos nosotros, frente a esa violencia institucional, una vez más, nos espera el fracaso. La violencia consustancial a toda lucha revolucionaria, en la nuestra sólo debe manifestarse en el campo de lucha de lo simbólico.

Por ello, desde el principio y a media que se avance en la lucha,  se irá creando un vocabulario de esperanza y protesta, rehusando todo aquel lenguaje negativo y toda aquella acción violenta que provoque el rechazo de parte de la población que viaja con nosotros. Lo simple es lo más directo y lo más eficaz.

Se deben elegir los símbolos de la lucha, que deben ser unificadores. El movimiento social arranca en la emotividad. Hay que extraer  tales símbolos de las vivencias de la sociedad, no de las estructuras. Se es persona antes que profesor, camarero, periodista, político, agricultor, bombero, médico, etc. Hay que construir el significado de lo que vivimos en nuestras mentes en relación con nuestro entorno. Si tenemos un problema de comunicación, tenemos un problema de supervivencia. La gente somos, ante todo, emocionales. Nuestro cerebro es emocional, en primer lugar. Primero sentimos, luego racionalizamos. (Manuel Castells) El discurso debe tener sentido enunciando con coherencia la realidad que nos afecta.

Debemos nombrar al enemigo, ponerle rostro. Su identificación hace más fácil la unión de quienes luchan.

Alcanzar la unidad del precariado (hoy la antigua clase media con carrera universitaria, master, idiomas, en el paro o trabajos tan precarios que se asoman a la esclavitud) y los obreros  -canis y chonis, entre otros- (ver el excelente artículo de Nega dirigido a Pablo Iglesias), también en el paro o en un infra empleo que da sustento a la neo esclavitud. Todos, en definitiva, precariado, pues todos somos eventuales y prescindibles frente a los oligarcas. Hay que encontrar un punto de encuentro entre quienes buscan escapar de los imperativos de la actual sociedad de mercado, y los deseos consumistas de la mayor parte de la población. Rescatar para la lucha a los que ya están excluidos: desde el precariado de la clase media alta, pasando por los que están entre el curro corriente y en el umbral de la pobreza hasta los que ya están fuera de cualquier nivel visible del sistema capitalista. Éstos, están siendo emocionalmente  usados contra todos nosotros como un nivel al cual no queremos descender.

Hay que recoger la cultura popular y darle la vuelta, alcanzar convencer a la gente que el poder está en nuestras manos. Convencerlos de tomar el Parlamento a través de la política. Porque el Parlamento es una institución hecha a la medida de la proyección que nosotros queramos darle sobre nuestra sociedad. Quienes tienen el poder construyen las instituciones según sus intereses y valores. Y nosotros, la mayoría, queremos construir nuestro país –y, cuando toque,  nuestra Europa, nuestro Mundo-,  a la medida de nuestros intereses, de nuestros valores. Aspiramos a un mundo sustentado en la justicia, los Derechos Humanos como base. El Poder puede que sea global –las  transnacionales, la Troika, el G-8, sobre todo quienes están detrás de todos éstos.-, pero la política es local. Si vencemos, nosotros decidiremos la política y, por tanto, la acción política socio-económica para nuestro país. Mostrar que las soluciones técnicas son una cosa y las políticas otras. Aquéllas están supeditadas a éstas. El mercado no es un ente superior desconocido. El mercado son las tomas de decisión de los dueños de las transnacionales, de la banca, etc., sus relaciones entre ellos –sus luchas de poder- y su relación con nosotros, productores y consumidores. La Globalización económica de hoy es lo que en el siglo XIX se conocía como imperialismo. La diferencia que modifica y magnifica este capitalismo salvaje es el tipo, calidad y cualidad de las comunicaciones.

Existe una lucha de clases. Hasta los multimillonarios manifiestan y admiten en público que la van ganando. Hay que hacerla visible a través del conflicto local, primero, y mundial después, entre ricos y pobres. Hay que demostrar a los pobres porqué somos pobres, quiénes nos van empobreciendo cada día. Quieren una mano de obra servil, tan infra pagada como privada de las garantías y los derechos más elementales. La neo-esclavitud. Al comenzar el siglo XXI el número de pobres estaba aumentando a un ritmo de casi medio millón por semana. No podemos dejar de ver y mostrar que en nuestro país, y todos los de nuestro entorno, la diferencia entre los ricos y los que no lo somos no deja de aumentar. Y se abisma entre nuestro mundo -el sur de occidente-, y el sur del mundo, ¡África, como ejemplo, tan cerca y tan lejos!

Buscar la adhesión y, sobre todo, la colaboración creativa de cuantas más mujeres mejor. Si la mujer cambia de mentalidad, las relaciones sociales cambian. La mujer es el mayor motor para el cambio de mentalidades.

Rescatar de la nostalgia los buenos recuerdos de sueños y luchas de juventud de los mayores de cincuenta años. A los más jóvenes hay que proponerles la construcción conjunta para todos de sus elevados sueños.

Hay que mostrar a todos lo que no se dice en los medios bajo la publicidad y propaganda de políticos y mercados.

Proponer la subversión permanente, porque la realidad nueva, cuando llega, llega con voluntad de permanecer, de fosilizarse, de instituirse como verdad absoluta. Y eso siempre significa la derrota. Nada ha de inscribirse en piedra, pues la vida es movimiento perpetuo, y sus necesidades y requerimientos son mutables. Las mentalidades de acero crean sociedades rígidas, prontas a la parálisis, con falaces estructuras que aprisionan a quienes las componen. Una subversión anti-totalitaria en nombre de los derechos humanos, en nombre de la justicia para construir la libertad.

No recuerdo quien dijo o escribió: Piensa globalmente, actúa localmente. ¡Podemos, claro que podemos! Hasta arrojarlos en el mar para rescatar nuestros náufragos y construir un espléndido futuro para todos.

lunes, 17 de marzo de 2014

Banca y Banco España: la manipulación permanente de los balances


Resumimos del artículo de Roberto Centeno en El Confidencial de fecha 17.03.2014

Una de las causas más importantes del desastre económico en el que nos encontramos ha sido la actuación del Banco de España. No sólo ha incumplido flagrantemente su función, motivo suficiente para haber destituido a toda su cúpula directiva; sino que su actuación puede calificarse justamente de delictiva, en el sentido de que su gestión ha causado un gravísimo perjuicio a la nación y lo sigue causando a día de hoy. El Banco de España pudo haber evitado lo peor de la crisis sólo con haber cumplido sus obligaciones.

En España sucede lo que en ningún país civilizado. Todo el poder está copado por el Rey, los dos partidos hegemónicos y la oligarquía financiera. Este poder omnímodo –los nuevos señores de horca y cuchillo– está chantajeando al duopolio televisivo A3-La Sexta y Telecinco-Cuatro, con la amenaza de quitarle nueve canales, retirarle toda la publicidad institucional –la controlada por la banca y volver a permitirla en la televisión estatal– si no pasan por el aro de la adulación y el apoyo incondicional a dicho poder absoluto. Los medios de la Iglesia, COPE y 13TV, bajo el nuevo mando de monseñor Blázquez, han recibido órdenes de eliminar de raíz en noticias y tertulias todo vestigio de crítica  a las oligarquías y al Rey. Delenda est veritas.

Las actuaciones delictivas del Banco de España

Veamos las principales actuaciones delictuosas del Banco de España para asegurar que ese bloque de poder omnímodo permaneciera y permanezca incontrolado:

1.-  En mayo de 2006, los inspectores del Banco de España advierten al gobernador, el indigno Caruana, en un escrito de cuatro páginas de su “complaciente lectura de la situación económica española” está iniciando el camino al desastre. En dicho escrito llamaron la atención sobre la irresponsabilidad de consentir a bancos y cajas la concesión créditos al sector inmobiliario sin cobertura de solvencia contra la expresa prohibición del reglamento del Banco de España. Gravedad rayana en lo criminal si tenemos en cuenta que los créditos eran concedidos no con recursos propios, sino con un endeudamiento exterior masivo.

En 2011, Zapatero afirmó que “ni siquiera el FMI pudo prever la crisis”. ¿Y qué fue entonces la carta de los inspectores del Banco de España cinco años antes? El susodicho Caruana, que ya estaba haciendo las maletas, le hizo llegar el citado documento al ya designado sucesor  Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO). Este lo tiró a la papelera sin exageración retórica, ese desprecio a la norma era flagrantemente ilegítimo. Por cosas menos graves meten en la cárcel a cargos políticos en el mundo civilizado.

2.- En la primavera de 2007, el Banco de España y el abyecto Solbes perpetraron una de las mayores felonías de nuestra historia económica. Sabiéndolo falso –The Economist y FT afirmaban entonces que los pisos en España estaban sobrevalorados en un 30%– incitaron a la gente a comprar porque “los pisos nunca pueden bajar de precio, sólo subir”. Por ello, “cuanto más se endeuden las familias más ricas serán”.

3.- En agosto de 2007 estalla la crisis financiera internacional. El Banco Central Europeo convoca en una reunión de urgencia a los gobernadores de los bancos centrales de la Eurozona para buscar soluciones al desastre. Asisten todos menos MAFO, que está de vacaciones y no le da la gana interrumpirlas.  El 12 de agosto, el otro irresponsable absoluto, Solbes, afirmó que la crisis financiera no tendría efecto alguno sobre nuestro país. Siendo España el país más endeudado del planeta, esta afirmación era directamente de cárcel.

4.- En los meses anteriores a las elecciones generales de marzo de 2008, el mundo entero estaba en recesión. ¿Todo? No, un país llamado España resistía contra todos como el poblado de Astérix. No tenían la poción mágica, pero tenían a MAFO, que aseguró dos semanas antes de las elecciones que la economía española había crecido un 0,8% en el cuarto trimestre de 2007, frente al 0,7% el trimestre anterior.  Zapatero había obrado el milagro, ¡la economía española estaba creciendo, no hundiéndose como el resto del mundo! O sea, no había ninguna crisis. Seis meses después, el Banco de España rectificaría: la economía estaba cayendo en 2007, no subiendo.

En los meses y años siguientes, el Banco de España –sirviendo a los cuatro pilares del poder omnímodo y en contra de los intereses más elementales del pueblo español– no dejaba de hacer trampa, ocultación, cambios normativos o manipulación grosera para engañar a los ciudadanos y a los agentes económicos, hasta el punto que la credibilidad del Banco de España y del INE en los medios internacionales es de absolutamente cero. Como decía el anterior presidente del BCE, “las estadísticas españolas son muy difíciles de creer”.      

6.- Pero tal vez la actuación más inicua que ha llevado a la ruina a decenas de miles de familias humildes ha sido la estafa de las preferentes. El sistema financiero, al que el poder omnímodo y los medios denominaban “el más sólido del mundo”, estaba quebrado y fuertemente infra-capitalizado a causa de la delictiva permisividad del Banco de España, autorizando al sistema financiero endeudarse a dos años y prestar a 30. Para capitalizarlo, el Banco de España puso en marcha un plan diabólico que implicaba el engaño y la ruina de todos los pequeños ahorradores. Se trataba de la emisión de deuda perpetua subordinada a todas las demás deudas, ¡o sea, que todas la demás serían pagadas antes!, y con pago de intereses condicionado a tener resultados positivos el acreedor. Y a esta macro-estafa la denominaron “emisión de preferentes”.

Se trata de la primera estafa masiva urdida en las más altas instancias financieras del poder contra las capas más débiles e indefensas de la población, como los ahorradores jubilados que necesitaban ese dinero para su supervivencia, bajo el señuelo de seguridad, alta rentabilidad y liquidez, y colocado engañosamente por las redes de sucursales del sistema bancario, cuando, en realidad, la medida que se tenía que haber tomado era la misma que en EEUU y Gran Bretaña, capitalizando el Estado y devolviendo después el dinero los bancos como han hecho ya todos los americanos y británicos.

Aquí se ha urdido y perpetrado la mayor estafa de la Historia de España, unos 30.000 millones de euros, por las personas cuya obligación esencial era vigilar el sistema para proteger a los más débiles del engaño de los más fuertes, en concreto  los gobernadores del Banco de España, Caruana y Fernández Ordoñez, y los directivos de la CNMV, Conte y Segura. De haber estado en un país decente, estos siniestros personajes dormirían desde hace tiempo en Soto del Real.

Más de 300.000 millones. Y la banca sigue siendo insolvente

El volumen de dinero público –FAAF, FROB, esquema de protección de activos, Sareb, avales, etc.– empleado en el rescate de la banca española ha sido el mayor del mundo desarrollado: más de 30% del PIB oficial y el 37,5% del PIB real. Y lo que es infinitamente peor: el único país del mundo donde las pérdidas para los contribuyentes van a ser colosales, más de 50.000 millones hoy y hasta 180.000 millones a medio plazo según el FMI (Informe Agosto 2013).

Las preferentes han sido la estafa masiva urdida en las más altas instancias financieras del poder contra las capas más débiles e indefensas de la población, como los ahorradores jubilados que necesitaban ese dinero para su supervivencia. Sareb es un desastre total donde se perderá más de la mitad del dinero inyectado, y algunos casos son alucinantes. Por ejemplo, el de Florentino Pérez. Está fuertemente apalancado con el Banco de Valencia –vendido a La Caixa por un euro–,  y cuya deuda podría haber entrado, gracias a la decisión de la cúpula de La Caixa, en el esquema de protección de activos. Si esto hubiera sido así, la deuda del Sr. Pérez la pagaríamos todos los españoles. 

Ninguno de los culpables de este saqueo sin precedentes de las arcas públicas ha sido ni procesado ni encarcelado. Luis de Guindos afirmó con un cinismo y una desvergüenza total en mayo de 2013 que “el rescate bancario no costará un solo euro a los contribuyentes”. Y, como premio, Rajoy le acaba de “comprar” una poltrona en Bruselas que nos costará 500 millones de dólares (me refiero a los 1.098 millones de dólares que Rajoy ha comprometido con la dueña de la UE, Sra. Merkel, quien le ha concedido dos poltronas, para la ayuda a los nazis de Kiev). ¿Y dónde estamos hoy? Nada mejor que reproducir lo que piensan el BCE y Bank of America Merrill Lynch en su análisis del pasado día 13 titulado Bancos españoles: balances bajo sospecha:

“Creemos que el sistema financiero español como conjunto tiene una cantidad significativa de activos problemáticos, tanto en términos relativos como en términos absolutos”. “Estimamos que los créditos dudosos (NPL) en España ascienden al 41 % del PIB oficial (423.000 millones de euros), con sólo el 44% de cobertura”. “Aparte, la magnitud en términos absolutos y relativos, a primera vista, da la impresión de que las coberturas son insuficientes”. “El ratio de créditos dudosos a grandes empresas crecieron fuertemente desde el 18% en junio al 19,8% en septiembre, y a los individuos, del 5,6 al 6% “. “Los NPL crecieron un 2,4% en diciembre (frente al 1,8% en noviembre) según el Banco de España”, es decir que el problema está empeorando, no mejorando. “Sin embargo, las provisiones no han seguido una trayectoria similar, sino a la inversa. Cayeron un -2% intermensual en diciembre y -3% interanual, a pesar del incremento de los NPL”. El Banco de España en acción, al servicio de las oligarquías.

El pasado 6 de marzo, el presidente del BCE afirmó refiriéndose implícitamente a España: “Lo peor que uno puede pretender es que los problemas no existen. Si algo hemos aprendido de Japón entre 1990 y 2000 es que los bancos zombis no prestan. El único camino posible es realizar una cirugía a fondo”. “Una de las razones por las que desconfiamos de los bancos españoles es la gran cantidad de cosas que se deberían haber arreglado y no lo han sido, justo al contrario que en Irlanda, donde el empleo está creciendo con fuerza, la deuda pública cayendo y el precio del inmobiliario subiendo. En España los NPA siguen subiendo y el precio de las viviendas bajando”.

El viernes, Eduardo Segovia publicó en estas mismas páginas que “el BCE no se fía de las valoraciones de los activos inmobiliarios de la banca realizados por Oliver Wyman en 2012”, que nos costaron un ojo de la cara. Que las “autoridades europeas cuestionan las valoraciones inmobiliarias realizadas en el rescate de la banca española”. Según ellos, el descuento real para los pisos debería haber sido del 75% y no del 50%, o sea que estos malhechores que nos gobiernan han robado al pueblo español 25.000 millones de euros; sólo en Sareb y sólo para empezar.

Y las preguntas son: ¿hasta cuándo el pueblo español será capaz de tolerar este expolio a él mismo, a sus hijos y a sus nietos? A quienes han arruinado sus vidas y su futuro. Tardarán decenios en pagar esta orgía de malversación en beneficio de las cajas alemanas, francesas y holandesas que tan irresponsablemente prestaron su dinero a unos malversadores sin escrúpulos. ¿Hasta cuándo existirán españoles que sigan apoyando con su voto al PP o al PSOE, colaboradores de su propia ruina y de la quiebra de España? ¿Cuándo los responsables de esta felonía podrán ser procesados y encarcelados? Ni España ni los españoles podrán olvidar ni perdonar.  

jueves, 6 de febrero de 2014

¿Por qué no mejora el empleo?


Artículo de Juan Torres López, de fecha 5 febrero 2014 en diario Público

Los datos de paro registrado que acaban de darse a conocer vuelven a mostrar —diga lo que diga el gobierno— que empeora el empleo en España. Es cierto que el paro aumenta en menor medida que en meses de enero anteriores, pero eso no ocurre porque haya más facilidades para encontrar trabajo sino porque aumentan los desanimados y se expulsa a gran cantidad de personas del mercado laboral, bien por desánimo, bien porque son inmigrantes que ya abandonan España o españoles que tratan de encontrar nuevas oportunidades fuera de su país.

Y lo peor es que este empeoramiento es inevitable y que va a seguir produciéndose en el futuro porque las políticas que se vienen realizando no aportan lo que resulta esencial en cualquier economía para que las empresas puedan generar inversión productiva y empleo. A mi juicio, en España se carece hoy día de seis condiciones básicas e imprescindibles para crear puestos de trabajo.

La primera es la financiación. Gracias a su enorme poder político los banqueros han impuesto un rescate muy costoso de sus entidades que les ha permitido ocultar su quebranto patrimonial y volver a obtener beneficios suculentos pero sin que hayan vuelto a financiar a la economía.

El llamado rescate de la banca es un escándalo que no ha servido para recuperar la financiación. Se ha tirado de la manta que cubría las vergüenzas financieras acumuladas en los últimos años por las cajas de ahorros para disimular la responsabilidad general, pero lo cierto es que si se hubiera tirado al mismo tiempo de la que cubre al resto de las entidades financieras los resultados hubieran sido parecidos. Es el sistema financiero en su conjunto y no solo las cajas, el que está repleto de activos tóxicos derivados de haber financiado sin escrúpulos ni responsabilidad la anterior burbuja financiera. Lo que se está haciendo es limpiar el segmento de mercado que ocupaban las cajas para que lo ocupen los grandes privados y así puedan recobrar más o menos su equilibro patrimonial, hoy día disimulado por las normas de contabilidad aprobadas por las autoridades con el fin de evitar que aparezcan como lo que son —bancos zombis— y puedan registrar beneficios a pesar de que apenas sí desarrollan negocio bancario. Pero a ese paso la financiación tardará años en recuperarse.

Mientras no se ponga de verdad en claro su situación y mientras no se garantice que fluya financiación suficiente y barata a las empresas y familias es materialmente imposible que se pueda crear empleo. Lo que ocurrirá, por el contrario, será que sigan quebrando y despidiendo trabajadores o, a lo sumo, utilizando la última reforma laboral para abaratar sus plantillas y así poder seguir malviviendo.

La segunda condición imprescindible para crear empleo y que falta también en España es la demanda. O, dicho de otra forma, ingresos suficientes para que la población compre los bienes y servicios que producen las empresas. En los dos años de gobierno de Rajoy el consumo privado se ha desplomado como consecuencia de la pérdida de ingresos salariales y, en general, de renta disponible de las familias. Y eso no puede traducirse sino en una pérdida de demanda para todas las empresas (las grandes han visto reducir sus ventas entre un 40% y un 50% desde 2008) y, en particular y de forma más grave, para las pequeñas y medianas.

Argumentar que lo que hace falta para crear empleo es más flexibilidad y costes laborales más reducidos es una falsedad que solo sirve para que las grandes empresas que dominan el mercado sea como sea (porque son multinacionales que operan en muchos países u otras que tienen demanda cautiva) tengan beneficios extraordinarios. Denles ustedes clientes y ventas elevadas a las empresas y comprobarán que contratarán empleo sin problemas de flexibilidad alguno. Por tanto, mientras sigan bajando los salarios no se creará empleo en España.

La tercera condición es disponer de uno o varios sectores de actividad que actúen como motor de la economía en su conjunto y que tengan gran capacidad de multiplicar el empleo e ingresos a su alrededor, algo para lo que no sirve cualquier tipo de actividad.

En contra de lo que se viene diciendo, no basta con que aumente el PIB para que se cree empleo y mucho menos para que éste sea de calidad y acompañado de ingresos suficientes. Además de generarse actividades sostenibles, que no terminen cayendo más pronto que tarde (como pasó y sucedería de nuevo con la construcción) es necesario que se vertebren y constituyan tejido e interrelaciones adecuadas y que, además de tener fuerza suficiente como para tirar de toda la economía (lo que, por cierto, no le ocurre al sector exterior), nutran sobre todo al mercado interno y no externalicen ni el ingreso ni el valor añadido que generen.

Mientras no se consolide otra forma de producir y de consumir en España, no se podrá crear empleo suficiente en nuestra economía.

La cuarta y la quinta condición quizá puedan sorprender a quienes están habituados a oír hablar de empleo y economía como si fueran mecanismos de relojería que nada tienen que ver con las personas y su diferente posición en la sociedad. A los pocos días de ser nombrado vicepresidente económico del gobierno, el profesor Fuentes Quintana compareció en TVE en hora de máxima audiencia para hablarle a los españoles de 1977 sobre la situación económica de aquel momento. Sus primeras palabras fueron exactamente estas:

“Las soluciones de los problemas económicos nunca son económicas sino políticas. No hay oscuras fórmulas técnicas que permitan resolver las dificultades en un clima de gabinete. Los problemas económicos de un país solo pueden superarse mediante el esfuerzo y la colaboración de todos (…). Sé, desde luego, que solo puede esperar esa colaboración un gobierno en quien ustedes confíen como veraz y que les merezca credibilidad”.

Pues bien, esto último también nos falta: un gobierno veraz, creíble y en quien confíe la gente.

Desde que la crisis comenzó a notarse en España con Rodríguez Zapatero en el gobierno, los españoles no hemos recibido sino mentiras sobre la situación económica y eso ha hecho que la confianza en nuestras autoridades esté bajo mínimos. Y así, por mucho que se quiera, es imposible que se genere la voluntad colectiva y el esfuerzo mancomunado que es necesario para sacar adelante una situación tan difícil como la que tenemos.

Finalmente, también carecemos de instituciones que canalicen las preferencias ciudadanas, que equilibren los poderes y que hagan posible el gobierno eficaz, controlado y transparente. Y, sobre todo, que estén obligadas a poner en marcha que la población quiera que se lleven a cabo para que así las pueda hacer suyas y apoyar con el máximo empeño

La servidumbre de los grandes partidos hacia los poderes económicos es total y eso ha corrompido las instituciones. Ni uno solo de los partidos (desde el PP a IU pasando por los nacionalistas) carece de imputados por corrupción y todos ellos han estado presentes y han sido cómplices, por ejemplo, de la vergonzosa gestión de las cajas de ahorro. Ni una sola autoridad —empezando por el monarca y siguiendo por la judicatura, la fiscalía o el Banco de España— está libre de sospecha o no ha sido denunciada por actos indignos o por complicidad con los sinvergüenzas que han provocado la situación en la que estamos. Ninguna de las estafas ni de los casos de corrupción que hemos sufrido se hubieran producido o hubieran adquirido la dimensión que han alcanzado si todas esas instituciones hubieran sido diligentes y si sus responsables o titulares se hubieran comportado con honestidad.

Hablando en plata, en España tenemos una democracia de cada vez más baja intensidad: los bancos y grandes empresarios controlan los medios de comunicación, hay un pacto de silencio sobre los grandes escándalos, los jueces que actúan contra los oligarcas son los que resultan perseguidos y expulsados y el gobierno da órdenes a la fiscalía para que no se persiga a los grandes ladrones y corruptos o los indulta si no ha habido manera de librarlos antes.

¿Cómo va a salir de la crisis un país cuyo jefe de Estado está más pendiente de disimular el enriquecimiento y mal comportamiento propio o de sus familiares o de lavar la cara y engrosar la cartera de las grandes empresas que de evitar que sus conciudadanos más desfavorecidos pierdan un derecho detrás de otro?

La sexta y última condición es disponer de suficiente capacidad de maniobra para poder poner en marcha las medidas que pueden ayudar a que todo lo anterior se resuelva. Y resulta que España no la tiene. No porque formemos parte de una unión monetaria superior, porque eso simplemente debería dar lugar a que la capacidad de maniobra radicase en otro lugar. Sino porque ésta unión está diseñada precisamente para evitar que los gobiernos o los pueblos dispongan de ella. Por eso no nos conviene, porque sin posibilidad de poner en marcha la voluntad propia, con las manos y los pies atados y sujetos simplemente al dictado de unos pocos grupos de poder que no están nunca presentes en las instituciones representativas, es imposible tomar medidas y tratar de cambiar el rumbo de las cosas. Mientras sigamos en esta Europa, mientras no demos un golpe en la mesa y hagamos ver que así no seguimos con la señora Merkel y compañía, no se creará empleo en España.

Sin libertad y sin disponer de soberanía es imposible que nadie salga adelante. Y lo que supone una paradoja bien significativa es aquellos que tienen constantemente en su boca discursos patriotas y grandilocuentes menciones a la Patria la hayan convertido en una vulgar esclava de los poderes financieros más antipatriotas y corruptos.

El gobierno y su partido, los banqueros y los dirigentes de la patronal podrán decir lo que quieran pero mientras no se pongan en marcha reformas de regeneración económica y política que resuelvan estas cinco carencias será imposible que se vuelva a generar empleo suficiente y de calidad en España.

martes, 28 de enero de 2014

Podemos: una propuesta imprescindible


Juan Torres Lopez, publicado en su blog 26 enero 2014.

La propuesta de un amplio grupo de personas encabezado por Pablo Iglesias bajo el lema Podemos me parece que supone un golpe de aire fresco y un revulsivo muy importante para promover la unidad ciudadana,  imprescindible para frenar los ataques a los derechos y los recortes sociales que estamos sufriendo.

Es lógico que pueda haber divergencias en algunos de sus planteamientos, o más o menos simpatías personales. Pero eso me parece que es lo de menos. A mí, por ejemplo, me hubiera gustado que viniese con pronunciamientos más concretos no solo sobre lo que hay que hacer en España sino, sobre todo, en Europa, pues al fin y al cabo, se presenta como una propuesta de cara a las elecciones europeas. Pero supongo que podrán ir haciéndose en el futuro inmediato y de manera común.

Comparto con sus promotores la idea de que estas elecciones son fundamentales. Nadie es tan simple como para pensar que solo con éxitos electorales se puede transformar la sociedad. Es preciso, además y sobre todo, que una gran mayoría social se empodere y ejerza su capacidad de decisión frente a los grupos que hoy deciden por todos. Pero es igualmente evidente, o al menos así me lo parece a mí, que si no se ocupan las instituciones con el apoyo de esa gran mayoría, tampoco puede lograrse ningún tipo de transformación. Por muchas que sean las huelgas y movilizaciones, si los de arriba siguen disponiendo del Boletín Oficial de Estado y tomando decisiones, seguiremos perdiendo derechos y bienestar porque nos gobernarán a su antojo.

Las elecciones europeas de mayo son muy importantes por ambas razones. Porque pueden servir para movilizar y avanzar hacia el el empoderamiento de la población y porque pueden permitir que se ocupen instituciones que ahora van a tener mucha más capacidad para frenar o impedir el daño que están produciendo las políticas dominantes.

Coincido también con la idea de que será muy difícil, por no decir imposible, que se consigan resultados electorales capaces de avanzar en esa dirección si no hay candidaturas unitarias y si éstas, en lugar de representar viejas formas de hacer política, no se identifican con la indignación y el rechazo de la mayoría de la sociedad hacia la forma en que hoy día se vienen gestionando los asuntos públicos. Un rechazo que es tan frontal que implica que ninguna fuerza política contaminada de lo viejo va a poder ser capaz de regenerar, como es necesario que ocurra, la vida social y económica.

Y sobre todo coincido en la convicción de que la única forma de promover candidaturas de esa nueva naturaleza y demostrar que efectivamente lo son es convocar elecciones primarias abiertas.

¿Cómo se puede decir a la ciudadanía que se ofrece un nuevo modo de representación y de hacer política si al final son los aparatos de siempre los que nos imponen la cara y el curriculum de nuestros representantes?

Es verdad que, antes que nada, hay que ponerse de acuerdo en qué medidas se defienden y en qué programa común se asume, pero basta con echar un simple vistazo a los documentos que se vienen elaborando, no solo desde la izquierda sino por cualquiera que de verdad quiera una auténtica democracia y bienestar social para España, para darse cuenta de que establecer los puntos de acuerdo no es un problema mayor.

Avanzar hacia ese programa de acción, algo que tampoco puede ser ajeno al debate abierto y participativo, es una tarea urgente pero igualmente lo es, y me atrevería a decir que incluso aún más, promover nuevos liderazgos y empoderar a personas que vengan a proporcionar aire nuevo a las instituciones y a la representación popular. Algo que se puede conseguir si se convocan las primarias que propone Podemos.

¿O es que de verdad hay otra alternativa para visualizar la amplia gestación ciudadana de cualquier candidatura y para que se revelen las preferencias ciudadanas sobre el nuevo tipo de personas que quiere como representantes?

En estos momentos hay varias opciones políticas que proponen el encuentro y la convergencia, la unidad frente a la agresión que sufrimos: una organización política muy importante, Izquierda Unida, y algunas otras que se van abriendo paso, además de plataformas diversas que proponen lo mismo. Todas ellas y sus dirigentes y responsables tienen ante sí una responsabilidad muy grande.

Es imprescindible que se convoquen cuanto antes y que acuerden la unidad de acción que pase por acuerdos programáticos fundamentales, la puesta en marcha de nuevas formas de organización desde la base y la convocatoria de elecciones primarias abiertas.

No se trata de sustituir la iniciativa de ninguna de ellas. Cada una puede y debe dar los pasos que mejor considere para proponer ideas, políticas y personas que puedan optar a ser candidatas. Se tratar de salir de su espacio para ir al universo de la ciudadanía que es mucho más amplio y que integra a todas las sensibilidades, ideologías y posiciones políticas, variadas pero con el común denominador de querer acabar con todo lo terrible que está pasando.

Los responsables de todas esas organizaciones y plataformas tienen ante sí un dilema fundamental: deberse a sus aparatos o a la ciudadanía. Habría que pedirle cuentas si no dan pasos visibles, concretos, efectivos y urgentes para poner en marcha esas candidaturas de nuevo tipo sin las cuales solo se conseguiría, si acaso, alguna que otra victoria precaria e incluso pírrica.

Agradezco a los promotores de Podemos y concretamente a Pablo Iglesias su propuesta y generoso ofrecimiento y los animo a no caer en la tentación de crear un espacio más, sino de exigir la convergencia de todos los existentes.

Como ellos dicen, ¡Podemos!

lunes, 27 de enero de 2014

ASÍ NOS VEN EN ALEMANIA



La verdad sin disimulos.

Traducción, reducida, de un artículo publicado el jueves 6 en varios periódicos económicos alemanes, por Stefanie Claudia Müller, su corresponsal en España:

En Alemania crece la crítica contra la supuesta "mentalidad de fiesta" de los españoles; en España los medios cada vez son más negativos con la supuesta dureza de la canciller Merkel. Pensamos que la situación es mucho más compleja de lo que presentan ambos gobiernos y la mayoría de los medios. España no es Grecia, pero España puede ser un paciente crónico si Alemania, junto con Europa, no contribuye a solucionar sus verdaderos problemas.

España no debería recibir más dinero sin que se cambie a fondo el sistema político y económico, hoy en manos de una oligarquía política aliada con la oligarquía económica y financiera, y sin que se aumente la participación ciudadana real en las decisiones políticas .

Las razones verdaderas de la crisis del país, nada tienen que ver con salarios demasiado altos -un 60 % de la población ocupada gana menos de 1.000 euros/mes, ni pensiones demasiado altas -la pensión media es de 785 euros, el 63% de la media de la UE-15- ni pocas horas de trabajo, como se ha trasmitido a veces desde Alemania. A España tampoco le falta talento, ni capacidad empresarial ni creatividad. Tiene grandes pensadores, creativos, ingenieros, médicos excelentes y gestores de primer nivel.

La razón de la enfermedad de España es un modelo de Estado, fuente de todo nepotismo y de toda corrupción, impuesto por una oligarquía de partidos en connivencia con las oligarquías financiera y económica, y con el poder judicial y los organismos de control a su servicio. En España no existe separación de poderes, ni independencia del poder judicial, ni los diputados representan a los ciudadanos, solo a los partidos que los ponen en una lista. Todo esto lleva también a una economía sumergida que llega al 20% del PIB y que frena la competencia, la eficacia y el desarrollo del país. Además, detrae recursos con los que podrían financiarse educación y sanidad.

Las ayudas para España, igual que para otros posible candidatos de rescates, no deben ir a bancos ya casi en bancarrota y fuertemente politizados. En la CAM, el Gobierno ha comprometido 16.000 millones de dinero público en lugar de cerrarla; en Bankia, 23.000, y el Ejecutivo acaba de darle 5.000 millones urgentemente para cubrir pérdidas en vez de cerrarla, y además de forma tan extraña que despierta todo tipo de recelos.¿Por qué se ha utilizado el dinero de los españoles (FROB) en vez de esperar los fondos de la UE? Es lícito suponer que la razón es la siguiente: los bancos no quieren que la UE investigue sus cuentas.

Control estricto y duras condiciones. Esas condiciones no pueden solamente representar recortes sociales o subidas brutales de impuestos, como hace ahora el Gobierno de Mariano Rajoy con la excusa de Europa . Se tiene que cambiar más en España que cortar gasto social, que de todos modos es mucho más bajo que en Alemania, y hay otros gastos infinitamente más relevantes que se pueden eliminar. Además, los casos de corrupción resultan tan escandalosos, incluso en el propio Gobierno, que uno solamente puede llegar a una conclusión: el dinero de Europa no puede ser manejado por personas tan increíblemente corrompidas.

La pasada semana el ministro de Industria Soria -imputado también por corrupción urbanística en Canarias- acusó al ministro de Hacienda en el Consejo de Ministros de favorecer descaradamente a la empresa líder de renovables, Abengoa, de la que había sido asesor, en la nueva regulación de estas energías, que reciben más de 7.000 millones de euros de subvenciones anualmente. Y Rajoy, al que entregó una carta probatoria, ni dijo ni hizo absolutamente nada.


Los últimos datos de las cuentas públicas conocidos la pasada semana son escalofriantes. El déficit del Estado a julio ascendió al 4,62% del PIB, frente a un déficit del 3,5% comprometido con la UE para todo el año (del 6,3% incluyendo regiones y ayuntamientos). Pero lo realmente inaudito es que España está gastando el doble de lo que ingresa. 101.000 millones de gasto a julio frente a 52.000 millones de ingresos.

El tema del déficit público es algo que roza la ciencia ficción, y que ilustra perfectamente la credibilidad de los dos últimos gobiernos de España.

En noviembre de 2011, el anterior Gobierno dijo que el déficit público era del 6% del PIB; a finales de diciembre, el nuevo Gobierno dijo que le habían engañado y que el déficit era superior al 8%, y que se tomaba tres meses para calcularlo con toda precisión. A finales de marzo, se dijo que definitivamente era del 8,5%, y ésta fue la cifra que se envió a Bruselas. Dos semanas después, la Comunidad de Madrid dijo que sus cifras eran erróneas y el Ayuntamiento de la capital igual… el déficit era ya del 8,7%.

Sin embargo, el INE dijo que el PIB de 2011 estaba sobrevalorado y, con la nueva cifra, el déficit era del 9,1%; dos días después, Valencia dijo que su déficit era de 3.000 millones más; o sea, que estamos en el 9,4% y las otras 15 CCAA y 8.120 ayuntamientos aún no han corregido sus cifras de 2011. Lo único que sabemos es que están todas infravaloradas. El déficit real de 2011 puede estar por encima del 11% , por lo cual en 2012 se está gastando el doble de lo que se ingresa. Como dice el Gobierno de Rajoy, “estamos en la senda de convergencia”. Y es verdad… de convergencia hacia Grecia.

Claramente, la joven democracia española tiene todavía muchos déficits de representatividad y de democracia que deberían interesar a la canciller Merkel y también a Europa, si queremos evitar una Grecia multiplicada por cinco y salvar el euro. Esto es lo que ha hecho posible el despilfarro masivo de las ayudas europeas, con una asignación disparatada de las mismas, a pesar de que estas ayudas han supuesto una cifra mayor que la del Plan Marshall para toda Europa.

Es frustrante que a causa de este sistema oligárquico nepotista y corrupto se destroce talento y creatividad y que ahora muchos jóvenes se vean forzados a trabajar fuera, muchos en Alemania. Esa situación nos ha llevado a una distribución de riqueza que es de las más injustas de la OECD.La antaño fuerte clase media española está siendo literalmente aniquilada.

Resumiendo: no es una falta de voluntad de trabajo, como se piensa tal vez en algunos países del norte de Europa, lo que hace que España sufra la peor crisis económica de su Historia. Es un sistema corrupto e ineficiente. La crítica del Gobierno alemán y sus condiciones para un rescate de España se deberían concentrar en la solución de esos problemas. En caso contrario, solo conseguirán que una casta política incompetente y corrupta arruine a la nación para varias generaciones.

*Stefanie Claudia Müller es corresponsal alemana en Madrid y economista.

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