¿Pensaban ustedes que los
problemas de deuda privada ya estaban acabados, suavizados, eliminados? En
absoluto, simplemente están hibernando hasta que se forme la siguiente tormenta
perfecta. Y de nuevo la deuda privada, y un endeudamiento público creciente, no
para crecer, sino para generar colateral que permita subsistir a un sistema
bancario podrido, quebrado. Prepárense para lo que viene, nada nuevo y nada
bueno. Y nos pillará otra vez desnudos, sin haber armado el traje que nos
debería haber protegido.
El endeudamiento público ha sido
generado para pagar las deudas del sector privado a los bancos extranjeros
La situación actual es curiosa,
mejor dicho, paradójica. Tanto en los países del sur de la Eurozona -con
sistemas bancarios muy frágiles-, como en aquellos países postsoviéticos que
son miembros de la Unión Europea, pero no forman parte del euro -con una deuda
hipotecaria a punto de estallar-, el endeudamiento público ha sido generado
para pagar las deudas del sector privado a los bancos extranjeros. Y ello
constituye una auténtica perversión antidemocrática de unas élite profundamente corruptas. Pero vayamos por partes.
Target 2 y los países del sur de
Europa
Target2 es el sistema que guarda
y compensa las operaciones financieras de pagos en el Eurosistema. Permite que
las entidades bancarias tengan posiciones deudoras en el sistema mientras sigan
teniendo colateral que colocar. Mientras las entidades financieras españolas
sigan en una situación nada halagüeña como la actual, el Estado español no va a
dejar de emitir deuda para proporcionarles colateral. Los bancos centrales del
sur de Europa piden prestado a otros bancos centrales para “sus” bancos
comerciales. Target2, por lo tanto, es un sistema para las entidades
financieras europeas y los bancos centrales. No es un sistema ni para los
Estados europeos ni para los ciudadanos.
Protege siempre a la banca
privada porque al final si hubiera impagos lo acaban pagando los
contribuyentes. Si un banco español, por ejemplo, no pudiera pagar su deuda con
un banco alemán y su colateral no valiera nada, el Bundesbank pagaría al banco
alemán, el Banco Central Europeo (BCE) al Bundesbank, y el BCE reclamaría a
Banco de España. Si Banco de España no pagara, el coste de la perdida se
repartiría entre todos los bancos nacionales del Eurosistema.
Jamás el colateral que admite el
BCE había tenido menos valor que ahora
Ya hemos aprendido e interiorizado
que el BCE nunca se puede quedar sin dinero para prestar a las entidades o a
otros bancos centrales. Jamás antes había sido tan fácil a las entidades
financieras conseguir dinero del BCE. Nunca antes el BCE había expandido su
balance como ahora. Jamás el colateral que admite el BCE había tenido menos
valor que ahora. Ello explica dos cosas, por un lado, las operaciones de
financiación a largo plazo o préstamos LTROs a la banca europea, y, por otro,
tras el acuerdo tácito entre las élites, los programas de compra de activos
(deuda) del BCE a la banca, después de que esta financiara a los gobiernos y
consiguiera así colateral. Tremendo, ¿verdad? De esta manera se están
recapitalizando, por ejemplo, las entidades bancarias españolas. Pero no
olviden que la garantía de esos préstamos a las entidades la damos nosotros,
los contribuyentes. Recuerden que el BCE en el caso de
Grecia no rescató al gobierno ni
al pueblo griego, lo que hizo fue rescatar a las entidades financieras alemanas
y francesas.
Deudas hipotecarias en euros
países fuera del Euro
La deuda pública en Grecia sólo
fue la primera. Hay más bombas por estallar. Las deudas hipotecarias en algunas
economías postsoviéticas (Letonia, Hungría, Rumanía,…) son todavía más
peligrosas. A pesar de que estos países no están en la zona euro, la mayor
parte de sus deudas están denominadas en euros. Alrededor del 87% de las deudas
de Letonia son en euros u otras monedas extranjeras, y la deben principalmente
a los bancos suecos, mientras que Hungría y Rumanía a los bancos austriacos.
Para pagar deudas impagables a
estos bancos extranjeros los gobiernos de estos países de la otrora esfera
soviética se han ido endeudando para apoyar los tipos de cambio y así poder
pagar las deudas del sector privado a los bancos extranjeros. Como
consecuencia, en estos países aumenta el déficit comercial y su crecimiento
económico se paraliza. Lo peor es que estos países han apoyado a sus tipos de
cambio mediante préstamos de la UE y el FMI, cuyos términos son insostenibles:
fuertes recortes presupuestarios del sector público, las tasas más altas de
impuestos sobre el factor trabajo, ya saturado de impuestos, y unos planes de
austeridad que se encogen economías e impulsan más mano de obra que emigrar.
Lo que de una vez por todas deben
entender los banqueros de aquí y allá es que tienen que asumir tanto el coste
como las deudas que se van a dejar de pagar, o se pagarán en monedas
fuertemente devaluadas. Pero no se dan por aludidos, todo lo contrario. A la
primera señal de que un país amenace con pagar en una moneda devaluada o
cuestione una deuda externa como inadecuada, las agencias de calificación,
auténticos mafiosos, se moverán para recortar su calificación crediticia.
Es necesario modificar
profundamente un diseño institucional ineficiente que no solo no anticipó sino
que alentó que los pasivos bancarios se convirtieran en deuda pública
Lecciones a extraer
Podemos extraer varias lecciones
importantes a partir de este análisis. Respecto a los países del euro, es
necesario modificar profundamente un diseño institucional ineficiente que no
solo no anticipó sino que alentó que los pasivos bancarios se convirtieran en
deuda pública en situaciones de crisis, impidiendo la restructuración privada
de la deuda.
Para los países de la Unión Europea
que no forman parte del euro, las dos lecciones más importantes son que el
sector privado no debe endeudarse en monedas distintas de la suya ni emitir
bajo legislación que no sea la de su país. Pero además deben aprovechar algo
que nosotros no tenemos, la soberanía monetaria para implementar expansión
fiscal con tipos de cambio flexibles.
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