Entrevista
publicada 7 marzo 2013 en www.cronicapopular.es por:
Paula
Guerra.
Periodista.
Hace doce años la politóloga y activista franco-americana, presidenta de honor de
Attac, Susan George, escribió “El informe Lugano”, un libro sobre el
capitalismo y sus más acérrimos defensores, el poder económico mundial, del que en España
se han vendido hasta ahora 14 ediciones. Mezclando realidad y ficción, o como diría la propia autora, haciendo
un ejercicio de “ficción factual”, ‘El informe Lugano’ se presentaba a los lectores
como una curiosa mezcla de ensayo y novela, en donde la ficción era utilizada hábilmente por George para
desvelar las crueldades del sistema neoliberal, desde la visión de los propios capitalistas: un organismo llamado Grupo
de Solicitantes (el poder económico mundial) encomendaba a un
Grupo de Trabajo (intelectuales pro capitalismo), la tarea de responder a la
siguiente pregunta: “¿Cómo puede el capitalismo no sólo
seguir funcionando, sino continuar fortaleciéndose
, e incluso hacerse invulnerable, en el Siglo XXI?”.
“Están vaciando la democracia y lo hacen a través de meterse en la cabeza de las personas. No podemos darnos
la oportunidad de no luchar”. ©Juanjo Delapeña
La respuesta a esa pregunta fue ‘El informe Lugano’, un libro que, más allá de la ficción (la existencia del Grupo de Solicitantes y el Grupo de
Trabajo constituyen una licencia literaria de George), mostraba, a través de cifras y datos reales, cuáles eran los tres retos a los que se enfrentaba el
capitalismo si quería continuar su avanzada
predadora: el medio ambiente, la gestión de la sociedad y las
finanzas.
Doce años después, continuando el estilo de realidad factual, George
presenta “El Informe Lugano II. Esta
vez, vamos a liquidar la democracia”, editado en España por Deusto.
La pregunta que debe responder ahora el Grupo de Trabajo es
si vivimos “una progresión inevitable de crisis y caída
final del mundo occidental”, o si estamos “ante un renacimiento del sistema capitalista”… ¿hacia dónde se inclina la balanza?
Si el poder económico mundial mantiene su
esfuerzo por controlar la mentalidad de la gente, y sigue enmascarando lo que
realmente están haciendo, podrán hacer que el sistema siga funcionando. Pero primero pero
tienen que tomar algunas decisiones. Por ejemplo, tienen que comprobar cuánto nivel de desigualdad están
dispuestas a soportar las sociedades. El libro explica cómo están actuando y hasta qué punto pueden llegar a actuar. Las diferencias entre clases
aumentan cuanto mayor es la desigualdad en una sociedad, y eso se puede
convertir en un peligro desde el punto de vista social y político.
La lucha de clases, una realidad
A propósito de clases, Warren Buffet,
el tercer hombre más rico del mundo, señaló en un artículo que publicó en 2011 que la lucha de
clases sigue existiendo y que es “su” clase la que está ganando. Resulta paradójico que un multimillonario hable de lucha de clases,
mientras personas de las capas más desfavorecidas de la
sociedad se nieguen a hablar en estos términos…
Creo que es porque Carlos Marx no está ‘”de moda”. La lucha de clases es una expresión que parece un poco antigua, pero es una realidad. Es una
lucha que se está dando en Europa y en Estados
Unidos. Después de la Segunda Guerra
Mundial, amparadas por el estado de bienestar, las capas medias de la sociedad
subieron su nivel adquisitivo y obtuvieron determinados beneficios y derechos.
Esto hizo que perdieran sus intereses de clase. Estos beneficios continuaron
hasta que la ‘”clase de Davos” dijo: “ya está bien con esto, estamos perdiendo dinero”.
¿La ‘clase de Davos’ es la que usted denomina la “clase social internacional”?
Sí, son una nueva clase social.
Es un fenómeno nuevo en la historia.
Antes no teníamos una clase dirigente
internacional. Son una clase social nómada, pueden vivir en
cualquier parte del mundo, en Rusia, en China, en España, tienen distintas nacionalidades y el inglés es su idioma vehicular. No sólo comparten dinero y poder, además comparten los mismos espacios sociales: esquían en los mismos lugares, se van de vacaciones a los mismos
sitios, asisten a los mismos encuentros -el Club de Bilderberg, por ejemplo-,
poseen casas en Londres, en Francia… Al contrario de la nobleza,
donde todo permanece inalterable, esta es una clase social que está en permanente cambio. Allí
están los principales banqueros,
empresarios y algunos políticos. Sus miembros se van
alternando en función de su estado financiero.
Estos poderosos, que deciden las políticas económicas en el mundo, ¿son unos ignorantes de la economía que se creen su discurso neoliberal -tal como afirman los
economistas Krugman y Stiglitz- o, por el contrario, saben perfectamente lo que
están provocando con sus
decisiones?
Krugman y Stiglitz afirman que esta gente es tan estúpida o ignorante que, sin saberlo, se están precipitando hacia un suicidio económico… Pero ¿estamos ante una serie de errores de personas que no saben
de economía, o estamos ante unas políticas deliberadas? Yo no creo que sean estúpidos, creo que saben muy bien lo que están haciendo. Son la clase dominante, son la ‘clase de Davos’. Son los que dictan las políticas de austeridad según
los intereses empresariales y financieros que más
les convengan.
“La gente debe reconocer que no pueden esperar más de sus gobiernos y que son ellos los que tienen que
moverse”. ©Juanjo Delapeña
Suena a una gran conspiración
internacional…
No creo que existan conspiraciones que gobiernen el mundo.
Sin embargo, creo en la fuerza de intereses compartidos, particularmente cuando
quienes comparten estos intereses están dispuestos a defenderlos y
tienen el poder para hacerlo.
Movimientos
sociales, una alternativa
‘El informe Lugano II’ habla de una guerra de paradigmas entre el Modelo
Ilustrado (MI) y el Modelo Económico Elitista Neoliberal
(MEN). El segundo parece estar ganando la batalla…
El modelo ilustrado es un modelo democrático que tiene un estado de bienestar y valores como la
igualdad, apoyo a la cultura y a la investigación.
El modelo que defiende la ‘clase de Davos’ no es éste, ellos defienden el MEN.
Un modelo que dice que si eres pobre, es tu culpa; que si no tienes trabajo, es
tu culpa. Este modelo sustituye los valores del Modelo Ilustrado, que son
compartidos por la mayoría de las personas, por unos “‘principios” que repiten y reafirman
incansablemente: los mercados son sabios, las empresas privadas son más eficaces, si trabajas duro llegarás lejos, el gobierno no te tiene que dar nada, etc. Están vaciando la democracia y lo hacen a través de meterse en la cabeza de las personas. No podemos
darnos la oportunidad de no luchar.
¿Cómo pueden los ciudadanos ganar esta batalla?
A través de la acción. La gente debe reconocer que no pueden esperar más de sus gobiernos y que son ellos los que tienen que
moverse. Esto significa que la gente debe estar más
unida, que debe ser más determinante. El mejor
consejo para los movimientos sociales es que formen alianzas y coaliciones con
toda la sociedad civil, con asociaciones de mujeres, con organizaciones
medioambientales, incluso con pequeñas y medianas empresas. Nunca
hemos contactado con las organizaciones de pequeños
empresarios y ellos también están padeciendo la crisis. La unión debe ser de todos los que están sufriendo los efectos del capitalismo.
Una activista incansable
Susan George nació en 1934, en Ohio, Estados
Unidos. A los 21 años emigró a Francia, donde adquirió
la nacionalidad en 1994. Licenciada en Filosofía
por la Sorbona y doctora en Ciencias Políticas por la Escuela de
Estudios Superiores de Ciencias Sociales de la Universidad de París, es una de las más importantes activistas del movimiento antiglobalización. Ha formado parte de Greenpeace Internacional y,
actualmente, es presidenta de honor de ATTAC Francia. Su trabajo ha estado
enfocado en una constante: la preocupación por la precariedad y las
desigualdades del actual modelo económico. Desde que en 1976
escribió su primera obra “Cómo muere la otra mitad: las
razones reales del hambre en el mundo”, Susan George ha plasmado sus
teorías en diez libros, varios de
ellos traducidos al español como el primer “Informe
Lugano”, “Sus crisis, nuestras soluciones”, y “Otro mundo es posible si…” editados por la “Fundación Intermón Oxfam” e “Icaria”.
El problema mayor es la falta de solidaridad. Con ello cuenta esa política neoliberal. La gente en masa se agolpan en los conciertos y son capaces de pagar el triple por las entradas pagadas en la puerta. Se agolpan y se medió matan en los partidos de football. Se desplazan en masa para ver al papa, una procesión o un representante del celuloide pero a la hora de hacerlo por defender sus derechos, parece que se dicen, aunque consideró que me explotan, esto es mejor que nada. El que tiene un buen empleo dice, ese no es mi problema, y así nos va. La sociedad esta adormecida, nos han vuelto materialistas e irresponsables. Quizás nos tienen que estrangular del todo para que reaccionemos, desgraciadamente es entonces que se producen las revoluciones y el saldo son las pérdidas de vida.
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