Articulo
de Vicenç Navarro en Publico, de fecha
4 junio 2013
Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public
Policy. The Johns Hopkins University
Mark Weisbrot, uno de los economistas más lúcidos que existen en EEUU,
acaba de publicar un artículo en Al Jazeera English,
que toca un tema clave: ¿por qué los países de la Eurozona, cuyos
instrumentos políticos (partidos, sindicatos y
movimientos sociales) están más a la izquierda que los existentes en EEUU, están experimentando un deterioro social (un 12,1% de
desempleo, como promedio, comparado con un 7,5% en EEUU) mucho más acentuado que en EEUU? En otras palabras, ¿por qué la Eurozona, que tiene países con Estados del Bienestar mucho más desarrollados que EEUU, está
hoy sufriendo un ataque al modelo social mucho más
acentuado que EEUU, y ello a pesar de que tiene unas izquierdas más poderosas? Estas preguntas se están haciendo a los dos lados del Atlántico Norte.
Un primer punto a comentar es que tal respuesta no es la
que suele darse en los círculos financieros y económicos, que atribuyen el alto desempleo en la Eurozona a su
supuesta menor flexibilidad laboral, en comparación
con EEUU. Tampoco son creíbles las explicaciones de las
políticas de austeridad y recortes
del gasto público, incluido el social, que
las justifica por la necesidad de reducir la elevada deuda pública que tienen estos países,
mayor que la que tiene EEUU. Estas explicaciones son fácilmente desechables mirando los datos. EEUU tuvo un mayor
desempleo que el promedio de los países de la UE y de la Eurozona
en la mayoría del periodo anterior al
establecimiento del euro en la Unión Europea. No es la situación diferencial de los mercados de trabajo, sino la
gobernanza del euro versus la del dólar, la que crea el
diferencial de desempleo. Y la deuda pública estadounidense es y ha
sido siempre mayor que la deuda pública de la UE y de la
Eurozona.
La respuesta a las preguntas del inicio del artículo procede más de las ciencias políticas que de las económicas, y tiene que ver con la
manera como se construyó la gobernanza del euro, y qué se hizo para potenciar el poder del capital financiero y
debilitar el mundo del trabajo. Para conseguir tal fin se despojó a los Estados del poder de decisión en temas monetarios e incluso fiscales –en ciertos ámbitos-, pasando a ser el
Banco Central Europeo, BCE, el eje de tal gobierno. Ahí está la verdadera respuesta, que
aparece con toda crudeza cuando comparamos el comportamiento del Banco Central
Estadounidense, el Federal Reserve Board, FRB, con el del BCE. El primero es
independiente del gobierno federal, pero su presidente tiene que rendir cuentas
al Congreso de EEUU, tanto a la Cámara Baja como al Senado. Y el
FRB tiene que ir con cuidado de no antagonizarlos, cosa que ocurrió recientemente y que provocó
que la Cámara Baja pidiera la auditoría del FRB (que fue vetada, por cierto, por el Senado).
No así el BCE, el banco central más independiente que existe en el mundo. El Sr. Draghi,
presidente del BCE, no se siente responsable frente al Parlamento Europeo, y es
sensible únicamente al gobierno Merkel y
a la Troika (Fondo Monetario Internacional FMI, BCE y Comisión Europea). En realidad, esta última es la que tiene en la práctica el poder de decisión
de los Estados, una vez éstos han sido despojados de su
política monetaria y gran parte de
su política fiscal. Y el objetivo de
la Troika (FMI, BCE y Comisión Europea) es bien claro y
transparente: terminar con el modelo social europeo y el sistema democrático que lo sostiene. Y ello aparece oyendo las
declaraciones entre otros, del Sr. Draghi, que en múltiples ocasiones ha indicado que el modelo social europeo
es insostenible.
El sistema de gobernanza del euro versus el sistema de
gobernanza del dólar
Y la manera de conseguir este objetivo es exponer a los
Estados a la presión especulativa de los mercados
financieros. Los Estados están totalmente desprotegidos,
pues carecen de un banco central que les proteja (comprándoles deuda pública, que es lo que un banco
central digno de su nombre hace). Y la Troika les dice a los Estados que a fin
de conseguir dinero tienen que recortar, recortar y recortar el gasto público para bajar el déficit y la deuda pública, y así ganarse la confianza de los
mercados financieros.
En realidad, todos estos recortes son totalmente
irrelevantes para conseguir la “famosa confianza de los
mercados”. El hecho de que los
intereses de la deuda pública española hayan bajado, no se debe al descenso de la deuda pública (de hecho, ha aumentado) sino a la declaración del Sr. Draghi de que está
dispuesto a comprar deuda pública para evitar que los
intereses se desborden y creen una revuelta general, revuelta general que ya
está apareciendo en muchos de los países, siendo la victoria del Movimiento 5 Estrellas de Beppe
Grillo en Italia (con su demanda de que Italia salga del euro) la más amenazante para la Troika (tal partido fue la fuerza más votada en las elecciones de este año). De ahí procede el temor de la Troika
de que todo el entramado pueda fracasar debido a la protesta popular. Es la dinámica política, y no la económica, la que está configurando lo que ocurre en
la Eurozona.
Ha sido el mérito de la Troika despolitizar
el discurso político presentándolo como un tema económico
y monetario que tiene que resolverse a base de reducir la protección social y el gasto público para recuperar la
confianza de los mercados. Lo que tiene que hacerse es mostrar que todo el
argumentario que se utiliza es para cargarse el modelo social y democrático de Europa. Y lo están
consiguiendo.
¿PROPUESTA DESCABELLADA PARA CREAR EMPLEO?
ResponderEliminar¿Por qué no perdonamos las deudas de las pymes? Japón ya lo ha hecho. En 2012 el gobierno japonés aprobó la Ley para la Revitalización de las Pequeñas Empresas (Small Enterprises Revitalization Act). Según la ley, cuando una empresa no puede hacer frente a sus pagos a los acreedores (principalmente bancarios en Japón) puede solicitar ante una autoridad administrativa que ésta ordene la cancelación o prórroga de sus deudas.
Esto requiere que la empresa continúe sus operaciones, que no despida a trabajadores, etc.
La autorización administrativa se ha concedido hasta la fecha en más del 90 por ciento de los casos evitando el fraude. Lo más interesante de la experiencia japonesa es que, en contra de lo que la mayoría de los oponentes a la ley predijeron, los costes del crédito han disminuido.
El perdón es mucho más extremo que las propuestas sobre la "ley de la segunda oportunidad", que está basada en el sistema americano de quiebras personales (Chapter 13.
En el caso japonés la autoridad está del lado del deudor, a diferencia del sistema americano en la que el juez es un intermediario entre las partes que trata de preservar los intereses de ambos.